Delgado cerró su campaña con apelaciones a los “indecisos” y “descreídos” para que “comparen” con 2019

El candidato del Partido Nacional hizo su último acto en Las Piedras, en el mismo lugar que eligió Lacalle Pou hace cinco años, y les pidió a los socios de la coalición un “empujón final” para lograr la mayoría parlamentaria.

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Álvaro Delgado y Valeria Ripoll en el cierre de campaña electoral
Álvaro Delgado y Valeria Ripoll en el cierre de campaña electoral
Foto: Estefanía Leal

El clima y el ánimo que la fórmula presidencial del Partido Nacional buscó imprimir en su cierre de campaña, en la avenida céntrica de Las Piedras -el mismo lugar donde Luis Lacalle Pou hizo su acto final en octubre y en noviembre 2019-, fue de explícita alegría. De entusiasmo. De que la victoria electoral está a la vuelta de la esquina, aunque las encuestas proyectan un escenario de altísima incertidumbre.

Valeria Ripoll hizo su entrada en escena cuando finalizaba el show de Majo y la del 13, y se puso a bailar con la cantante de música tropical, adelantando con su actitud lo que diría minutos más tarde: “Esta campaña se fue volando. Se fue con tanta alegría, con tanto compromiso... la hemos vivido de una forma tan especial, que la verdad que les quiero agradecer a todos, de corazón”, dijo al arranque de su discurso de 16 minutos, en donde volvió a defender al gobierno, al mismo tiempo que emplazó al Frente Amplio a que reconozca los logros de la gestión de Lacalle Pou.

Acto final del Partido Nacional
Álvaro Delgado en el acto final del Partido Nacional.
Foto: Estefanía Leal.

La entrada de Delgado al escenario buscó un efecto similar, siguiendo una secuencia de hechos que bien podrían verse en un estadio de fútbol: fuegos artificiales coordinados con su aparición en el tablado, la respuesta automática de cornetas que llegaron a Uruguay luego del Mundial de Sudáfrica para quedarse para siempre, y un puño en alto con un furioso “¡vamos!” mirando al público como si festejara un gol contra el alambrado.

Bajada la espuma, la efervescencia militante, Delgado se concentró en un discurso que no tuvo mayores diferencias con todos los que ha pronunciado en esta campaña, y con los que hizo incluso en la etapa anterior, cuando buscaba convencer a los blancos de que él era mejor opción que sus competidores dentro del partido -y que lograría de forma arrolladora, con un histórico apoyo del 74%.

Lo que sí hubo fue un énfasis distinto, una apuesta que de todos modos venía haciendo en los discursos de cierre en todos los departamentos de estos últimos días, y que en el comando de Delgado esperaban que volviera a hacer, en esta semana previa al Día D: hablarles a los indecisos. A quienes todavía no saben lo que votarán este 27 de octubre, y que según las encuestas suelen ser personas alejadas de la política -y que, por ejemplo, de acuerdo al último sondeo de Cifra divulgado en la noche de ayer en Canal 12, mientras el propio Delgado discurseaba, son un 8%-. A los que, como resumió el candidato blanco, “están procesando la información” que reciben a raudales por estos días, y que aún así no saben qué hacer.

“No dejen que otros decidan por ustedes. Cada uno tiene que ser protagonista de su decisión. (...) ¿Saben lo que les pedimos? Que comparen -les pidió, entrando ahora en un concepto de los que ha machacado a lo largo de los meses-. Que vean cómo está el país hoy, (y) cómo estaba hace cinco años. Comparen quién está preparado para gobernar, y quién tiene el mejor equipo”. En ese momento señaló a sus espaldas a todos los jerarcas o exministros de este gobierno que lo escuchaban sentados, un capital político que suelen destacar continuamente en el equipo del candidato.

“Quién tiene propuestas y sobre todo quién es creíble -siguió el candidato, refiriéndose por contraste de una manera tan directa que no precisaba palabras, al frenteamplista Yamandú Orsi-. A esa gente que todavía no procesó la decisión, (quiero) pedirle que el Uruguay no retroceda, que siga yendo para adelante y solo para adelante. Estamos en un mejor país que en el 2019 y hoy tenemos que reafirmar el rumbo”.

Y sobre todo, les volvió a pedir, “como padre o ciudadano”, que reflexionen acerca de qué candidato representa mejor categorías como “confianza”, “previsibilidad”, “paz”, “tranquilidad”, “certezas”, y un proyecto político que apueste al crecimiento y el desarrollo, y que evite “volver al peor pasado”.

Acto del Partido Nacional
Acto del Partido Nacional
Foto: Estefanía Leal

Y asumiendo que no es un “candidato que entusiasma a las masas”, como lo reconoció en uno de sus últimos spots, volvió sobre la idea de que lo que elegirán los uruguayos el próximo domingo no es un candidato, sino un jefe de Estado. “Estamos eligiendo a un presidente”, dijo y los militantes volvieron a sonreírle, en algún caso gritando adjetivos despectivos con el postulante de la oposición.

Por último, y antes de sostener el pabellón nacional -bajo el cual invita a hacer campaña desde que la Convención blanca oficializó la fórmula presidencial el 10 de agosto-, dedicó varias palabras a la coalición de gobierno, una alianza política que -como repite Lacalle Pou- nació con su sentencia de muerte y sin embargo sobrevivió a todo un período de gobierno.

Es una coalición que “no nació solamente para ganar, nació para gobernar”, y que confía que va a lograr la tan disputada mayoría parlamentaria en estas elecciones. Para eso, concluyó Delgado, “para asegurar el proyecto, para asegurar la continuidad”, es necesario un “empujón final” que permita tener una eventual gobernabilidad en el Parlamento.

Al bajar del escenario, Delgado se encontró con una alta demanda de saludos y selfies, esas que, en Uruguay y en el contexto político, popularizó Lacalle Pou.

Arbeleche, la más aplaudida

Como es habitual al comienzo de estos actos, los principales dirigentes que apoyan al candidato -todos actuales o pasados jerarcas de primera línea del gobierno de Luis Lacalle Pou- fueron entrando al escenario a medida que eran llamados. Y, al escuchar su nombre por los parlantes, la militancia respondía con ovaciones y aplausos, lo que permitió medir y comparar la popularidad de la dirigencia. Esto volvió a suceder ayer de noche en Las Piedras, en donde se constató con claridad -y generó consenso entre los nacionalistas- que la más festejada de todos fue la ministra de Economía, Azucena Arbeleche.

Valeria Ripoll.
Valeria Ripoll.
Foto: Estefanía Leal
OTRO MENSAJE

Ripoll pidió que ya se piense en mayo

Como parte de la estrategia de marcar los dos “modelos” incompatibles que a criterio del Partido Nacional y del comando de Álvaro Delgado se encuentran en pugna en esta elección, Valeria Ripoll también se valió de referencias hacia los gobiernos departamentales, que serán votados en este mismo ciclo electoral, pero en el mes de mayo.

Con su experiencia a cuestas como exdirigente del sindicato de funcionarios municipales de Montevideo y como expresidenta de la Federación de Municipales, Ripoll cuestionó la gestión locales del Frente Amplio en Montevideo y Canelones. “Cuando uno recorre el interior y ve los gobiernos departamentales llevados adelante por el Partido Nacional, qué envidia nos da a los montevideanos y a los canarios, ¿verdad?”, dijo la candidata a la vicepresidencia. Pero no se preocupen -agregó-, porque el primer partido se juega en octubre y en noviembre, pero después vamos por mayo”.

Como ya informó El País, la apuesta a “departamentalizar” la campaña nacional en la zona metropolitana es una estrategia buscada a propósito, en gran parte debido a que los integrantes de la fórmula frenteamplistas fueron intendentes de Canelones (Yamandú Orsi) y Montevideo (Carolina Cosse). Pero también debido a que, en las recorridas en ambos departamentos, aunque sobre todo en la capital, los reclamos vecinales recibidos tienen que ver con problemas mayoritariamente de jurisdicción municipal. Y porque, además, hay figuras blancas que ya preparan sus campañas, como Martín Lema en Montevideo y Sebastián Andújar y Leonardo Cipriani en Canelones.

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