Para cuando Lucas Sugo comenzó con su show, en un Palacio Peñarol colmado, festivo y repleto de banderas, la llovizna ya se había disipado y el sol comenzaba a calentar las paredes del edificio, en cuyo interior la humedad hacía que el aire fuera casi irrespirable. El clima que se vivía en el exterior, y por supuesto que adentro, con tribunas explotadas de militantes del Partido Nacional, era el que tenía que ser: un ambiente de lanzamiento de campaña -la del precandidato a presidente Álvaro Delgado-, que siempre tiene características asimilables al fenómeno del fútbol: bombos y platillos, cánticos ansiosos, cornetas insistentes, carros de chorizos y olor a tortas fritas.
Y el ambiente, adentro, en la previa a la llegada del exsecretario de la Presidencia ayer en la tarde, era el mismo de afuera -en donde los militantes que no pudieron entrar siguieron el evento a través de una pantalla gigante-, pero más intenso. Y con un calor que hacía agobiante siquiera respirar y provocó que las camisas de dirigentes de primera línea del Partido Nacional, quedaran empapadas de sudor.
Delgado llegó con su familia completa sobre las 16:40 horas y se subió al estrado en un mar de aplausos y ovaciones luego de que los presentadores dieran a conocer el “equipo de gobierno” completo del precandidato, cuyos integrantes se fueron sentando en sillas grises que estaban situadas detrás de donde se pararía Delgado, y que pasaban a medida que eran nombrados -recibiendo aplausos a la manera de un cuadro de fútbol que entra a la cancha a disputar su partido.
“Yo de nuevo”, fueron las primeras palabras del precandidato blanco, una frase reiterativa con la que suele iniciar los mensajes que envía a través de Instagram a sus seguidores con frecuencia casi diaria. Las tribunas devolvieron el saludo, sobre todo la más activa y colmada, la que ocupó el Espacio 40 -sobre la calle Minas-, lista que repartió 2.000 globos y otras tantas camisetas, señalaron fuentes del sector.
![Álvaro Delgado.jpg](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/639967b/2147483647/strip/true/crop/1200x736+0+0/resize/1200x736!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2F54%2F5f%2F537b838e438d9399ffbb629efdcd%2Falvaro-delgado.jpg)
Las promesas
El discurso de Delgado estaba previsto que durara 40 minutos. Su comando contaba con el apoyo de una computadora que mostraba un cronómetro y una serie de bloques temáticos, que el precandidato podía mirar a su vez en una pantalla que tenía en el suelo, y que respetó hasta que llegó al final y alargó tanto la despedida con su público que sus asesores comenzaron a mirarse ansiosos de que concluyera de una vez el lanzamiento formal de esta campaña.
Su discurso tuvo una evolución gradual en intensidad, como por otra parte suele ser de estilo.
En el monitor que controlaban Javier Álvarez -asesor personal del precandidato- y el publicista Roberto Lafluf, estaba establecido que el discurso comenzara con “agradecimientos” a prácticamente todos los actores del sistema político: a los militantes y precandidatos de todos los partidos que integran la coalición de gobierno, y lo mismo a quienes forman parte del Frente Amplio.
Siguiendo el guión simplificado -que mostraba que para entonces venía el bloque de “tipo de campaña”- Delgado también pasó el mensaje de que, la suya, no será una campaña basada en “el agravio ni en la descalificación” y que tampoco iba a incurrir en “levantar la voz”.
Acto seguido comenzó a repasar una serie de hitos o logros del gobierno de Luis Lacalle Pou -del que él formó parte hasta mediados de diciembre pasado como secretario de la Presidencia-, como la superación de “crisis”; y luego pasó a señalar, sin nombrar al partido opositor, todo lo que este representa de acuerdo a su visión. “Los coherentes del no”, decía su monitor en el suelo, que indicaba la llegada de bloque en el que iba a resumir la actuación del Frente Amplio en este período como una oposición “que fue coherente con negarse a todo y no proponer nunca nada alternativo”. Este suele ser un concepto presente en casi todas las exposiciones que Delgado ha hecho en lo que va de su campaña.
![Discurso: Álvaro Delgado en acto de lanzamiento de campaña](https://imgs.elpais.com.uy/dims4/default/ec43d53/2147483647/strip/true/crop/1000x611+0+0/resize/1000x611!/quality/90/?url=https%3A%2F%2Fel-pais-uruguay-production-web.s3.us-east-1.amazonaws.com%2Fbrightspot%2F33%2F37%2Fc8b5ae704feca7fe094292a9ca4a%2Fimagen-e87b6540-8ad3-47ba-95dd-3ce8e3b62398.jpg)
Y entonces, ya llegando a la mitad del tiempo previsto para su discurso, el precandidato introdujo una idea fuerza que de aquí en más estará presente en sus exposiciones políticas: que si es electo presidente, dará comienzo a un “segundo piso de transformaciones”.
Para cada segmento temático, luego de repasar lo hecho por la actual administración -y así incluyó la baja de los delitos, el “récord” en cifras de empleo o en obras de infraestructura-, comenzó a enumerar lo que ya son directamente promesas de campaña.
Fue así que, al llegar por ejemplo al módulo de seguridad, en donde hablaría del “modelo antimafia italiano”, como decía la guía en su pantalla, Delgado prometió crear un “grupo especial contra el crimen organizado y el narcotráfico”, que estaría integrado por representantes de varias instituciones del Estado. Es una idea en la que su grupo programático de seguridad, que es coordinado por Luis Calabria -ex director general de Secretaría del Ministerio del Interior-, venía trabajando hace tiempo y que es una iniciativa que no solo ha sido utilizada en Italia, sino también en otros países, como por ejemplo Argentina, según indicaron a El País fuentes políticas.
También hubo promesas en áreas como la de la obra pública, ya que entre otras cosas anunció que si es electo presidente concretará una “autopista para descongestionar la Costa de oro” o llevará el saneamiento de 61 localidades -obra que actualmente está en curso- a un total de 124.
Hubo promesas para el agro -anunció un plan nacional de riego- y para la ciencia, esa área generalmente postergada por todos los gobiernos pero que Delgado, en esta oportunidad, anunció que será una prioridad: “El segundo piso de transformaciones (en este caso) es aumentar el presupuesto público y privado para la ciencia”, dijo y los militantes aplaudieron.
Prometió a su vez un “Estado más simple”, que lleve a una mayor “productividad” de la economía nacional, y un incremento en la inversión destinada a la primera infancia. Además proclamó para “algún sordo, de esos que no quieren oír” que no subirá los impuestos para financiar el programa. nacional.
Cerró el acto con una bandera de Uruguay en sus manos, cuando ya el traje daba signos de profusa transpiración, luego de provocar a la oposición preguntando por sus planes programáticos y anunciar que estaba “pronto” para ser presidente, “un buen presidente”, dijo.
Arbeleche confirma apoyo a candidato
Uno a uno fueron subiendo ayer todos los integrantes del llamado “equipo de gobierno” del precandidato Álvaro Delgado, que en su enorme mayoría son actuales jerarcas de este gobierno de Luis Lacalle Pou.
Fue así que, por ejemplo -y la lista es solo a modo de ejemplo-, formaron ayer detrás del exsecretario de la Presidencia la vicepresidenta Beatriz Argimón; el ministro de Transporte, José Luis Falero, y su subsecretario, Juan José Olaizola; quien fue hasta hace pocos días el ministro de Desarrollo Social, Martín Lema; el senador y exministro de Defensa, Javier García; el ministro del Interior, Nicolás Martinelli; el canciller Omar Paganini; el subsecretario de Salud Pública, José Luis Satdjian; el ministro y la subsecretaria de Educación y Cultura, Pablo da Silveira y Ana Ribeiro, respectivamente; la senadora Graciela Bianchi -quien, siguiendo la línea de sucesión, en este gobierno ha tenido que suplir a Lacalle Pou en la Presidencia-; y la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche. Fuentes del comando de Delgado destacaron la presencia de la titular del MEF, porque fue el primer acto en el que la jerarca dio el respaldo formal al precandidato, integrándose directamente al equipo ejecutivo.
Todos ellos fueron presentados por los parlantes del Palacio Peñarol, lo que despertaba diferentes niveles de ovación, relacionados con la cantidad de militantes que los distintos sectores llevaron a este evento.
De esta manera, unos de los más aplaudidos fueron los diputados Álvaro Dastugue y Rodrigo Goñi, ambos del Espacio 40. El intendente de Durazno, Carmelo Vidalín, también despertó notorios aplausos en las tribunas, al igual que Beatriz Argimón y Martín Lema.
Las también ovaciones fueron intensas en varios pasajes del discurso de Delgado y, en particular, al finalizar el discurso, que orilló los 50 minutos.
Delgado destinó luego mucho tiempo a sacarse fotos con los militantes, que lo rodearon una vez que se bajó del escenario.
-
Interna blanca según Factum: Delgado se consolida, Raffo registró una caída y disputa entre Gandini y Sartori
En Sumar esperan que en mayo Raffo remonte en las encuestas y que en junio se dé una "arremetida"
Delgado presentó su jingle de campaña con guiños al proceso de Lacalle Pou y alusiones negativas al FA