Redacción El País
Alvaro Delgado reunió a la dirigencia que lo apoya en un parking donde puso en escena el poderío de quienes lo secundan y el pasaje a un segundo piso de transformaciones que propone. “Tengan claro los uruguayos que acá hay un equipo que está preparado, probado y pronto para entrar a gobernar y tengan claro los uruguayos que no les vamos a fallar”, dijo al cierre de su discurso, que levantó el aplauso de ministros, subsecretarios; del secretario de Presidencia, Rodrigo Ferrés, y la prosecretaria Mariana Cabrera, intendentes, legisladores, técnicos y ediles.

El precandidato que reúne la mayor cantidad de respaldos en la interna blanca, tanto de dirigentes como de simpatizantes del Partido Nacional, según todas las encuestas, presentó su programa de gobierno, compilado en 176 páginas, para el que trabajaron 530 técnicos agrupados en 53 grupos y subgrupos.

“Este contrato nos genera un país de equilibrios donde no nos asfixien ni nos condicionen los extremos, ese es el país que sueño, que juntos vamos a construir. Este es mi contrato con los uruguayos: el mejor programa del sistema político, con diagnóstico, con propuestas. Somos la garantía de ese país de equilibrios”, aseguró, dejando en evidencia, aunque sin nombrar, que considera que la oposición está en manos de esos extremos “asfixiantes” que busca combatir.

En medio del segundo piso del parking, con los referentes de sus equipos técnicos a sus espaldas y las cámaras al frente, con jerarcas del gobierno nacional y de los departamentales sentados a su izquierda e invitados a su derecha, propuso “un salto al desarrollo”. “Sabemos de dónde partimos y los invito a soñar juntos adónde vamos a llegar”, aseguró.

Delgado dijo ofrecer equipo, certezas y sueños, en concreto, el de ser “en cinco años el país más desarrollado de América Latina”.

El evento comenzó a la hora 18.30 en el primer piso del parking de la Asociación Española, en Montevideo, donde en una pantalla gigante se repasaron los avances más significativos del actual gobierno. Luego, un equipo de comunicadores entrevistó a algunos de los responsables de esos trabajos, como la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, que se sentó junto al precandidato previo a su oratoria, y el asesor presidencial en materia de seguridad Luis Calabria.

Mientras los parlantes reproducían esas conversaciones, el murmullo de blancos entusiasmados retumbaba en las paredes y el senador Juan Sartori, quien anunció esta semana su apoyo a Delgado, repartía besos, abrazos y selfies, seguido por su fotógrafo personal y un comunicador que, celular en mano, filmaba cada uno de sus gestos.

Foto: Estefanía Leal

Tras el repaso de los principales hitos del gobierno, del primer piso de transformaciones, representado con un tic en las columnas del estacionamiento, señal identitaria de la campaña electoral del presidente Luis Lacalle Pou, los organizadores invitaron a la dirigencia a subir al segundo piso, donde dos tics señalizaban el nuevo momento político electoral. “Bajamos los impuestos y pusimos al ciudadano en el centro de las políticas públicas (...) Nosotros estamos comprometidos con este programa, con nuestro partido y con la coalición de gobierno. Un segundo gobierno de coalición no va a ser más de lo mismo, no va a ser continuismo, va a ser continuidad del rumbo, que es otra cosa: es corregir lo que hay que corregir, es reafirmar lo que hay que reafirmar y continuarlo, y sobre todo desafíos nuevos y propuestas innovadoras y superadoras del gobierno al cual pertenecemos”, planteó.

El anhelado desarrollo se plantea sobre los siete ejes del programa de gobierno: “un salto de competitividad”, “un Uruguay más global”, “un salto de infraestructura”, “un salto de bienestar”, “un salto de convivencia”, “el conocimiento, la innovación y la cultura como ejes de desarrollo” y “un Estado más simple para las personas”. El encargado de presentarlos fue Agustín Iturralde, coordinador de sus equipos técnicos, quien, al precederlo en la oratoria, destacó que “la agenda de la competitividad y la del bienestar” no se contraponen, sino que, como sucede en países desarrollados, se complementan. Tras ese salto en ambas agendas van los sueños de Delgado, sus técnicos y su dirigencia.

Foto: Estefanía Leal/El País.