FUEGO CRUZADO EN LA INTERNA FRENTEAMPLISTA
La situación se inició en 2020, en plena pandemia, cuando “un grupo pequeño de frenteamplistas dio un golpe de Estado”, según escribió en una carta el militante socialista Álvaro Díaz.
Este contenido es exclusivo para nuestros suscriptores.
El Frente Amplio de Argentina está en crisis: denuncian un “golpe de Estado en la orgánica” por la expulsión de grupos políticos de los organismos de dirección. En un escenario de tensión, de cara al 5 de diciembre piden fiscalizar las elecciones internas para evitar “fraude”.
La situación que se vive en la vecina orilla se inició en 2020, en plena pandemia, cuando “un grupo pequeño de frenteamplistas dio un golpe de Estado”, según escribió en una carta -a la que tuvo acceso El País- desde Buenos Aires el militante socialista Álvaro Díaz.
Según dijo, en las pasadas internas hubo “fraude” por medio de lo que llamó “urnas gordas”. “Con votos que casualmente pertenecían todos a un mismo partido, el PCU. Un milagro, verdaderamente, todos los votos iguales, al mismo candidato presidencial (Juan Castillo), a la misma lista sectorial y a los mismos delegados regionales. Un relojito”, denunció.
Después de las elecciones y debido a la pandemia nunca se reunió la Mesa Política hasta julio del año pasado. “Con el asunto del Covid no llamaban nunca el ámbito, hasta que se llamó a través de un chat nuevo e invitaron a los que ellos querían. Empezaron a tener actividad, pero solo los amigos”, indicó una fuente consultada del FA de Buenos Aires.
Así, aseguran que la “Mesa Política oficial” fue sustituida por otra paralela. “Dejaron afuera a todos los sectores políticos que no eran MPP y PCU”, relataron integrantes del FA de Argentina a El País.
Mientras tanto, un colectivo de ocho comités de base y de agrupaciones políticas (Vertiente Artiguista, Partido Socialista, Lista 711, Alianza Progresista, Lista 1303 y PVP) se reunió y elaboró tres cartas dirigidas a la Comisión Nacional de Organización (CNO) del FA en Uruguay.
Ahora, este grupo está pidiendo que las elecciones del próximo 5 de diciembre en Argentina sean fiscalizadas doblemente: por fiscales uruguayos y residentes en Argentina. Solicitan que se realicen en locales que no sean los de los comités de base de Buenos Aires, sino en lugares “pasibles de ser fiscalizados sin tener que sufrir hechos de violencia política y violencia física como los acontecidos en las elecciones del Frente Amplio anteriores”.
“O sea, lo que reclamamos son garantías; es fiscalización para evitar fraudes. Y sí, hablo de fraudes. Porque fraude fue lo que aconteció en las anteriores elecciones del Frente en Argentina”, señaló Díaz en su carta. Hasta el momento no hubo respuestas de la Comisión de Organización del FA en Uruguay.
La denuncia abarca también lo que sucedió en el último Congreso, cuando se habilitó a 22 comités de base, unos cuantos de ellos “sin haber cumplido los requisitos necesarios”. Por esto Díaz se refiere a ellos como “comités de base fantasmas”.
En las últimas internas votaron unos 1.000 frenteamplistas en Argentina y recientemente desde ese país se remitieron 7.000 firmas para convocar al referéndum contra la ley de urgente consideración, dijeron a El País fuentes del FA en Buenos Aires.
Denuncia.
En una primera carta fechada el 8 de julio y reiterada el 25 de agosto del 2020 (dirigida a Javier Miranda), el FA de Argentina dio cuenta de las diferencias internas.
El 16 de octubre de 2020, por medio de otra nota, un grupo de sectores informó que había sido “insólitamente excluido por parte de quienes se hacen llamar Mesa Política del Frente en Argentina”. La cual, indicaron “se ha vaciado totalmente de contenido y sus acciones responden a una minoría sectaria que mucho daño hace”.
Las tres cartas enviadas a la Comisión de Organización y a la presidencia de la coalición no han sido contestadas por ahora. “Hasta el momento no hemos tenido respuestas; no nos extraña. Algunos no entienden que no están allí representando a partidos, sino que están para dar garantías a todos los frenteamplistas”, acotó Díaz.
En una segunda misiva, ante respuestas que recibió de parte de tres dirigentes del Partido Comunista, advirtió que no puede haber 2024 en Argentina “si se sigue este camino de corrupción y antifrenteamplismo”. “No hagan la de la Inquisición, de estigmatizar y violentar a los que estamos dispuestos a remar, a cara descubierta, contra la corriente”, finalizó sobre las críticas recibidas en su primera carta.