PARLAMENTO

En la mañana de este martes la Cámara de Senadores aprobó con 18 votos en 27 el proyecto de ley presentado por la legisladora colorada Carmen Sanguinetti para regular el teletrabajo. 

Durante la sesión se mencionaron y votaron las modificaciones que le fueron realizadas en una primera instancia, cuando el proyecto fue analizado en la Cámara de Representantes.

De esta manera terminó un proceso que se inició con la presentación del proyecto en abril de 2020 y que por tanto fue trabajado durante 16 meses antes de su aprobación.

El texto fue acompañado únicamente por los legisladores integrantes de la coalición de gobierno, pero no así por los senadores del Frente Amplio.

"Nosotros compartimos que la regulación de trabajo es muy importante en el tiempo que corre no solo por la situación de pandemia sino por la tendencia creciente al incremento del trabajo remoto, por eso estamos de acuerdo con que hay que regular. Pero consideramos que la regulación, que se establece muy débil, mal aplicada puede precarizar aún más el empleo", indicó el senador frenteamplista Eduardo Bonomi. 

El senador indicó que el proyecto, entre otras cosas, "flexibiliza demasiado la jornada laboral". En la misma línea consideró que "un punto crítico, aunque no es el único" es aquel que menciona que "ningún trabajador puede quedar excluido de la limitación de la jornada de trabajo".

Sebastián Da Silva, senador por el Partido Nacional, consideró en cambio que "este es un buen proyecto de ley, tiene un espíritu muy bueno".

La pandemia produjo un crecimiento del teletrabajo en el país. Aunque está claro que no todas las tareas se pueden realizar a distancia, parte de las empresas implementaron ese régimen en el marco de la emergencia sanitaria.

A continuación las claves para entender de qué se trata el proyecto de ley. 

Es la prestación del trabajo, sea total o parcial, fuera del lugar físico que brinda el empleador. Es cuando la persona realiza las tareas "preponderantemente" utilizando las tecnologías de la información y la comunicación, "ya sea en forma interactiva o no". 

Aplica a las relaciones laborables en un régimen de subordinación y dependencia cuando el empleador es una persona privada o de derecho público no estatal.

Un claro ejemplo es un administrativo en una empresa privada que utiliza una computadora para cumplir con sus labores. 

El home office es voluntario y el empleado deberá dar su consentimiento por escrito. Ya sea al inicio del vinculo laboral o después se deberá establecer en el contrato de trabajo o un documento anexo a este que se decidió realizar las tareas de manera remota.

Además, la modalidad de trabajo se podrá modificar. Un cambio permanente, sea de presencial a remoto o de remoto a presencial, "deberá contar con el común acuerdo de las partes y documentarse por escrito". 

El proyecto establece que el trabajador puede "distribuir libremente su jornada en los horarios que mejor se adapten a sus necesidades". Al mismo tiempo, dice que el "exceso de trabajo diario" no se cobrará como horas extra. Ese tiempo se "compensará" en otros días de la semana. 

No obstante, "las horas que superen el máximo de horas semanales de trabajo aplicables a la actividad o las horas semanales convencionalmente pactadas, se abonarán con un 100% de recargo sobre el valor hora de los días hábiles". 

"Las partes podrán establecer el sistema de registro de asistencia que permita determinar la cantidad de horas" que realiza el trabajador por semana. 

El trabajador y empleador deben acordar la "forma de provisión" de las herramientas tecnológicas que necesita el trabajador para realizar su tarea de manera remota. El arreglo deberá estar en el contrato de trabajo. 

En caso de desacuerdo, el empleador debe "proporcionar los equipos, insumos y servicios y demás herramientas necesarias para el desarrollo del teletrabajo". Además, son de su responsabilidad "los costos de operación, funcionamiento, reemplazo y mantenimiento de los equipos". 

Asimismo, los equipos, insumos y servicios que da el empleador "no serán considerados a ningún efecto parte del salario, materia gravada ni asignación computable". 

Todo trabajador tiene derecho a la desconexión "de los dispositivos digitales y del uso de las tecnologías". El empleado tiene el derecho a "no ser contactado por su empleador", lo que implica que tampoco está obligado a "responder comunicaciones, órdenes u otros requerimientos del empleador".