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Por Rosina de Armas
A los ojos del Frente Amplio (FA), la campaña contra 135 artículos de la Ley de Urgente Consideración (LUC) tuvo numerosos beneficios. Por ejemplo, le permitió reconectarse con la militancia de base y los movimientos sociales, dejando atrás el largo proceso de autocrítica tras la derrota electoral.

Sin embargo, esta movilización tuvo una contracara: la pérdida de ingresos de las arcas del partido. Según la última rendición de cuentas que la coalición de izquierda presentó a la Corte Electoral, en 2022 el FA tuvo aproximadamente $ 66 millones de ingresos y $ 88 millones de egresos. Es decir, un resultado neto negativo de unos $ 22 millones, que -según la Comisión Nacional de Finanzas del FA- en gran medida se explica por el financiamiento de la campaña por el “Sí”, pagada a medias con el Pit-Cnt. Cada institución aportó US$ 600.000 en el referéndum y aún está saldando las deudas.

Aunque ahora los números son más auspiciosos que en 2019, cuando la coalición cerró el año electoral con un déficit de $ 33 millones, no conforman a la nueva dirección.

Flavia García, presidenta de la Comisión Nacional de Finanzas, señaló el jueves pasado ante militantes de la Coordinadora N que en 2023 se deberán hacer “cobranzas masivas” para llegar bien preparados a la contienda electoral del año siguiente.

Una de la primeras líneas de acción será el lanzamiento de una publicitada campaña de afiliaciones en los próximos meses, para que las finanzas de la colectividad dependan menos de las cuotas que aportan quienes ocupan cargos políticos.

La intención de salir a buscar más afiliados ha estado en las planas de los diarios por lo menos desde 2020, pero esta vez es distinto. Porque la dirigencia llega con un plan estratégico claro, con el que está decidida a avanzar y que verá la luz en las próximas semanas.

García explicó a El País que primero realizarán una campaña comunicacional y renovarán el sitio web oficial de la fuerza política, con los mínimos recursos indispensable.

De esta forma, sin solo apelar al “boca a boca”, potenciarán la ya vigente estrategia de “Al FA lo financia el pueblo”, que busca incentivar la adhesión y el pago de aportes a través de medios electrónicos. Además, invita a quienes no estén adheridos a hacer donaciones virtuales de forma puntual, mensual o anual.

Por determinación del Plenario Nacional, actualmente la cuota mínima impuesta a los frenteamplistas cada mes es de $ 30. Aunque intuitivamente alguien podría pensar que el promedio de contribuciones es bastante superior, pudiendo cada militante aportar más, García señaló que “no se aleja tanto” del piso fijado por la orgánica.

Esto agrava una de las principales debilidades identificadas por Finanzas del FA: la mayoría de los afiliados sigue aferrada a la opción de hacer sus aportes de forma presencial. A la fuerza política esto le supone desafíos logísticos y, a menudo, que no llegue a cobrar todas las cuotas mensuales que podría.

Por esta razón ahora se busca automatizar en la medida de lo posible el pago de los aportes.

La presidenta de la Comisión de Finanzas aclaró que dicha definición no implicará dejar de hacer las “visitas calificadas”, es decir, encuentros cara a cara con los adherentes cada mes. Según García, “la tradicional visita es excelente políticamente, porque hay un intercambio de información muy bueno” en cada rincón del país.

De hecho, de acuerdo a un documento interno al que accedió El País, en las próximas recorridas se recogerán ideas para el programa de gobierno del FA, que aspira a que sea “popularmente discutido” de aquí a diciembre.

La campaña será potenciada por Nexo, un software que -como informó La Diaria- fue desarrollado por simpatizantes del FA para mejorar la base de da- tos de la fuerza política. (Ver recuadro).