Diferencias en la coalición y la oposición con el plan de Lacalle de transformar águila nazi en paloma de la paz

Sanguinetti, Pasquet, Ribeiro y Sánchez opinaron del anuncio que hizo Lacalle Pou. Manini presentará proyecto para impedir su destrucción.

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Aguila del Graf Spee
Águila nazi. La transformación del objeto del Graf Spee en un símbolo de paz derivó en diversas posturas.
Foto: Archivo

Redacción El País
La definición del presidente Luis Lacalle Pou de transformar el águila nazi del buque Graf Spee, en una paloma de la paz elaborada por el reconocido escultor uruguayo Pablo Atchugarry produjo discrepancias al interior de la coalición de gobierno.

La definición que anunció -y ya firmó- este viernes Lacalle Pou, implica fundir en Uruguay la pieza de bronce de dos metros de altura, dos metros ochenta de largo y 400 kg de peso, hallada en febrero de 2006 por privados, que tras un extenso litigio está en manos del Estado.

Actualmente, la pieza con la esvástica nazi que adornaba la popa del buque alemán, que se hundió en diciembre de 1939 tras ser atacado por buques británicos en “La batalla del Río de la Plata”, se encuentra bajo la custodia de la Armada Nacional.

Lo cierto es que tras el anuncio oficial, surgieron diferentes voces y críticas a la decisión que tomó Lacalle Pou. Consultado por El País, el expresidente y actual secretario general del Partido Colorado, Julio María Sanguinetti, consideró “excelente” la intención de tomar en cuenta el destino del águila nazi.

No obstante, planteó una serie de matices. “No me parece lógico destruirlo porque es un testimonio único de una batalla relevante del mayor conflicto de la historia, que se libró en nuestro país”, marcó el colorado.

Sanguinetti recordó que el episodio fue “tan importante” que el 18 de diciembre de 1939, el por entonces primer ministro británico Winston Churchill “celebró” lo que consideró “las noticias que nos llegan de Montevideo”.

Y no solo eso, meses después, el 18 de febrero de 1940, Churchill fue al puerto de Plymouth a recibir al navío Exeter y dio “un imponente discurso sobre el valor de esa batalla, la primera ganada por los Aliados en el mar”.

Para el exmandatario, tanto el “águila derrotada”, como el ancla del buque vencedor (Ajax) que está en poder uruguayo, “podrían integrar un recordatorio notable de un episodio de valor mundial, celebratorio del triunfo de la libertad sobre la tiranía”.

Sanguinetti dio un paso más y aseguró que “se han fundido fusiles o cañones para hacer monumentos, pero nunca piezas únicas, como esta águila, representativa de un régimen ominoso, que se debe recordar para no recaer en teorías como las que llevaron a Alemania a ese delirio”. “Uruguay debe asumir con orgullo esa historia y la posición de nuestro país en ese episodio”, agregó.

Otro dirigente colorado que expresó su disconformidad fue el diputado Ope Pasquet. “No estoy de acuerdo con la idea de fundir el águila del Graf Spee y convertirla en paloma”, escribió en su cuenta de Twitter.

“Uruguay es dueño del águila, pero no de la terrible historia que ella simboliza. Habría que donársela a Alemania, para que sean los alemanes quienes ajusten cuentas con su pasado”, acotó.

Por su parte, Guido Manini Ríos, líder de Cabildo Abierto, dijo “coincidir” con el juicio del también historiador Diego Delgrossi, quien calificó la medida de “desatino antihistórico”. Contó que en 2017, cuando era comandante en jefe del Ejército, le planteó al entonces ministro de Defensa, Jorge Menéndez, que el águila “fuera agregada al museo del Graf Spee que hay en Sarandí del Yi”. “Para nada promueve al nazismo... Constituiría un atractivo turístico que beneficiaría a esa localidad. Aún estamos a tiempo...”, indicó Manini Ríos en Twitter.

El líder de Cabildo apuntó este sábado que "el patrimonio cultura debe cuidarse" y "no puede quedar a merced de la voluntad de una jerarca". Manini anunció que presentará un proyecto de ley para impedir la destrucción del águila, junto a la creación de una "comisión" integrada por "especialistas" que decida sobre el destino de la efigie.

Sin aviso

Ana Ribeiro, historiadora y subsecretaria de Educación y Cultura, contó ayer en radio Sarandí que se enteró de la noticia por la prensa: “Me tomó por sorpresa, al igual que todos los demás”.

Contó que hace “varios meses -quizás haya sido el año anterior-” en una instancia de acuerdos presidenciales, Lacalle Pou “comentó que había tenido la idea que esa águila debería fundirse”.

Pero aclaró de inmediato: “Fue una conversación rápida, en medio de otros 20 problemas de gobierno y cosas a tratar en el acuerdo. Después no sentí hablar más del tema y ayer me encontré, informada por la prensa, con esto”.

“Yo lo conservaría, si me preguntaran y tuviera potestad. Si tuviéramos dinero y pujanza suficiente, parecería mucho más aleccionador hacer un buen museo de La batalla del Río de la Plata”, manifestó Ribeiro.

En ese potencial museo, agregó, “contaría todo”. Como ejemplo de ello, incluiría la historia del capitán del Graf Spee (Hans) Langsdorff, su suicidio, y todo lo vinculado con las fotos que se tomaron en el Río de la Plata.

“Yo entiendo el sentido que le quiere dar simbólicamente el presidente y el escultor Atchugarry a esto, que sin duda es muy encomiable, pero yo soy historiadora y un historiador nunca quiere la destrucción de un objeto histórico, y mucho menos cuando es altamente simbólico”, subrayó.

“Error”. Desde la oposición, el senador frenteamplista Alejandro Sánchez señaló a El País que este paso es un “error” y “habla de la improvisación del gobierno”, porque “no se consultó” a la academia, a la Comisión de Patrimonio, a historiadores ni a organizaciones judías locales.

Para el legislador que ocupa la banca que ostentó José Mujica, “no es conveniente destruir la historia”. El águila en cuestión, acotó, representa una “historia muy negra de la humanidad”. Por lo que consideró que “no es buena oportunidad las políticas de olvido de lo que fueron las situaciones terribles por las que pasó la humanidad y los millones de personas que fueron aplastadas por esos símbolos”.

Esta decisión, dijo Sánchez, “habla de la improvisación de un gobierno que tira titulares para tratar de escaparle a una realidad difícil, de cómo está viviendo la gente”.

Paloma de la paz por reconocido escultor

El artista uruguayo Pablo Atchugarry no cobrará por “La paloma de la paz”, obra realizada con mármol de Carrara (Italia) y bronce del águila nazi, que se va a fundir, indicó Lacalle Pou. En la resolución firmada por el mandatario, se aclaró que esta obra “no generará erogación alguna a cargo del Estado”. Tendrá 1,70 de largo, tras una intervención en Italia y Uruguay. Atchugarry afirmó el viernes, junto a Lacalle Pou, sentirse “honrado” y con “mucha responsabilidad” para llevar adelante “la idea de transformar un símbolo del odio, de la guerra, de la atrocidad, en un símbolo de paz”. Se prevé que la obra esté culminada en noviembre tras un trabajo “bastante complicado y bastante largo”, aseguró Atchugarry. Gran parte de sus trabajos están cotizados en cientos de miles de dólares.

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