Por Pamela Díaz
“Si separás una brasa del fuego, se apaga”. Así justificó un cabildante la aparente unidad que se muestra en Cabildo Abierto. Porque, en los hechos, hay una división a la interna del partido. Algunos respaldan el accionar de Irene Moreira cuando era ministra de Vivienda en la adjudicación sin sorteo de un apartamento a una militante de su partido. Pero otros creen que no actuó de manera correcta ni que exista una normativa clara que la habilite.

Sin embargo, para la mirada pública, el lunes todos los legisladores rodearon a Guido Manini Ríos cuando leía una dura declaración contra el presidente Luis Lacalle Pou y respaldó a la exministra. Además, según contaron algunos de los que participaron de la reunión de la Mesa Política que se realizó antes de la conferencia, allí no se cuestionó a Moreira.

Dentro de Cabildo Abierto están quienes creen que, si algunos de los legisladores dan el portazo, no sobrevivirían fuera del partido. El principal motivo es que, antes de unirse a la fuerza política, no tenían un nombre con fuerza en el sistema político. En ese sentido, colocan de ejemplo a Eduardo Lust, quien abandonó Cabildo Abierto y ahora busca armar su propio partido, aseguraron cabildantes a El País.

Parte del grupo más cercano a Moreira mantuvo su apoyo. Entre ellas las diputadas Nazmi Camargo (Rivera) y Silvana Pérez Bonavita (Montevideo) que acompañaron a Moreira durante la conferencia del viernes a la noche, donde la entonces ministra anunció que se iba de la cartera y realizó un repaso de su gestión visiblemente emocionada. Fueron las dos únicas personas con una banca en el Parlamento que se pararon detrás de ella mientras leía el discurso, junto a otros jerarcas.

También recibió el respaldo del diputado Rodrigo Albernaz (Salto), quien lamentó el domingo en diálogo con El País que no pudo estar en Montevideo para “acompañar a Irene como se merece”. En ese entonces consideró que la situación, “a la interna del partido, la jerarquizó más”. Moreira, a su vez, recibió el respaldo de Álvaro Perrone, que se designó como vocero de la situación y defendió de manera pública en reiteradas oportunidades el accionar de la exministra.

Pero no todos hacen la misma lectura. Otros dirigentes cabildantes miran con desconfianza la normativa que Moreira presentó como argumento de la adjudicación de la vivienda. Así como tampoco creen que haya sido correcto que propusiera el nombre de una persona perteneciente a Cabildo para que sea analizada por los técnicos del ministerio. Es más, hay quienes desconfían de que, efectivamente, esa militante esté en una situación de vulnerabilidad.

Antes de que se designara al exsenador Raúl Lozano como ministro y que anunciaran que se mantenían como socios del gobierno, ya el domingo corría la voz entre los cabildantes que esa sería la elección de la cúpula del partido. De hecho, en un mensaje de Whatsapp que recorrió por los celulares de los cabildantes el domingo se aseguraba que eran “muchos los compromisos de Cabildo y la gente que quedaría sin trabajo, o sea en los cargos” si se decidía dejar el gobierno.

Además, decía que, “si bien el nombre de Elsa (Capillera) estuvo en la mesa, Manini ponderó las diferencias entre Capillera y su mujer”. No obstante, allegados a la diputada aseguraron a El País que no hay problemas en el vínculo entre ella y la exministra.

Pero las diferencias en el partido no surgieron ahora. Algunos se consideran más cercanos a la figura de Moreira, mientras que otros van por otros caminos. Incluso, se planteó tiempo atrás la idea de que la ahora senadora formara su propia agrupación nacional. En octubre del año pasado, en entrevista con El País, contó que “compañeros” se “lo pidieron”. Sin embargo, aún no se presentó y, según comentaron cabildantes, la idea se habría diluido.

Por otra parte, hay cabildantes que creen que el gobierno usó la adjudicación de la vivienda para desvirtuar el foco de atención de las acusaciones contra Gustavo Penadés, acusado de abuso y explotación sexual de menores.