La Asamblea Técnico Docente (ATD) Nacional de Secundaria, que se llevó adelante entre el 23 y el 25 de noviembre en Salto, determinó en un informe que los programas de primer año de bachillerato que comenzarán a regir desde marzo de 2024 son “reducidos en contenidos”. La revisión de los profesores de los documentos fue en cumplimiento de la Ley de Educación (18.437).

El informe de 41 páginas, al que accedió El País, destacó que la “mayoría” de los programas presentados de primer año -que deberán ser aprobados antes por Codicen- “se caracterizan por ser ambiguos, no solo en torno a la fundamentación, perfil y competencias sino también a los contenidos que disponen en relación a un ‘reordenamiento’ que en vez de dar luz a las prácticas educativas, arrojan confusión y desconocimiento”.

Los docentes en asamblea nacional apuntaron, además, que los programas “en el marco de la actual transformación educativa, apuntan al cumplimiento de competencias y vaciamiento académico-conceptual, reduciendo los niveles de aprendizaje”.

Las disciplinas “quedan reducidas a un ámbito meramente utilitario con la transformación educativa, llevando a cada persona y al colectivo social a pérdidas sustanciales”. Otro aspecto que manifestaron en su síntesis es que no cuentan con todos los insumos para hacer una consideración general de Educación Media Superior (EMS), el último tramo de la reforma, que comenzó en Inicial, en este gobierno.

“Los contenidos se mezclan de forma inconexa y sin mayor justificación, sin seguir una secuencia lógica que favorezca los aprendizajes, lo cual desconcierta tanto a docentes como estudiantes, e inclusive podría dificultar la navegabilidad pretendida”, en referencia a uno de los pilares de la reforma: el pasaje con menos trabas entre Secundaria y UTU si el joven lo considera mejor.

En la misma línea, los docentes apuntaron que en los programas “se presentan objetivos o perfiles de egreso que son, o bien demasiado ambiciosos por la incongruencia en la continuidad del desarrollo de contenidos programáticos, o reducidos en contenidos”.

Asimismo, manifestaron que “el desconocimiento de los contenidos programáticos de segundo y tercero de EMS no permite observar si existe la continuidad de los contenidos pedagógicos”. Por lo tanto, dijeron, “es imposible adivinar si los contenidos que desaparecen en el primer curso de EMS aparecerán o no en los cursos subsiguientes”. “La actual reforma implica una reducción en la cantidad de horas de clase semanal en distintas asignaturas, sin ningún sustento pedagógico. Algunas asignaturas que arbitrariamente perdieron horas en la reforma de EBI son ‘compensadas’ en bachillerato, de nuevo sin ningún criterio pedagógico más allá del oportuno reclamo de los diferentes colectivos docentes”, señalaron.

En concreto, los docentes apuntaron que con el plan previsto habría un “recorte” de horas en la propuesta de segundo y tercero de bachillerato. “La situación de Matemática es cuando menos escandalosa: se pierden dos horas semanales de tiempo pedagógico en quinto y 28 horas en sexto”.

También marcaron una baja en Física, Química, Biología, Historia, Dibujo, Economía y Educación Ciudadana tanto en quinto como en sexto, cuya nueva propuesta comenzará, según está previsto, recién en marzo de 2025.

También cuestionaron la real elección que podrán hacer los alumnos de una de las seis optativas en primer año de bachillerato. Si elige una optativa en un liceo donde no se encuentra “entre las más votadas, el estudiante no va a poder hacer efectiva esa opción”.

Entre varias consideraciones a la reforma, los docentes subrayaron que “actualmente en Uruguay se impone una rebaja de los contenidos bajo la premisa de que todos los jóvenes en edad de estudiar deben pertenecer al sistema”.