No hay ministro o jerarca de gobierno que admita que en su licencia de verano -esa que para una parte importante de los uruguayos inicia y termina en la primera quincena de enero- logra la ansiada desconexión total con las actividades laborales: dicen que pese a estar en la playa -los que se han tomado estos días- no pueden distanciarse del celular para responder, llamar, monitorear o disponer alguna medida de urgencia desde su cartera.
Sin embargo, no es lo mismo -esta aclaración es casi unánime- dar órdenes recién bañado al lado de un parrillero a punto de iniciar un fuego, o desde la reposera enclavada en la arena y cerca del agua, que desde sus escritorios -por más buena vista que se tenga desde sus despachos-, en 18 de Julio y Barrios Amorín (Ministerio de Desarrollo Social), Juncal y Cerrito (Ministerio de Trabajo) u 8 de Octubre y Presidente Berro (Ministerio de Defensa), por poner algunos ejemplos. Tampoco desde la Torre Ejecutiva.
Sobre todo porque, aparte, luego de largos meses en que la rutina ministerial obliga a los secretarios de Estado a extensas jornadas alejados de su familia -lo que muchas veces implica días en el exterior-, en muchos casos también es una oportunidad de compensar esas ausencias con la presencia física del padre o el esposo que no suele estar en casa.
El primero que ha sufrido esa realidad es el propio presidente Luis Lacalle Pou, que por estos días toma un parcial descanso en La Paloma.
Ahora bien, ¿en dónde están y cuántos días se alejaron de Montevideo los ministros e integrantes de este gobierno, muchos de los cuales -fiel a la idiosincracia uruguaya- son vistos por los veraneantes en almacenes de balnearios o haciendo ejercicio en las ramblas del este?
El secretario de Presidencia, y uno de los articuladores más relevantes del oficialismo, Álvaro Delgado, pasa estos primeros días de enero en Punta del Este, con una agenda igualmente ajetreada, con encuentros informales con distintos dirigentes políticos, así como con empresarios argentinos, todas instancias en las que se dialoga sobre el futuro de quien hoy es el favorito en la interna del Partido Nacional para las elecciones de 2024.
También mantiene a diario contacto con varios integrantes del Poder Ejecutivo -ayer, por ejemplo, habló con seis ministros- y estuvo atento estas horas al desenlace del conflicto con la Federación de trabajadores de Ancap (Fancap).
Pero, en los ratos libres que son más amplios que en la capital, se distiende: sale a caminar en la mañana -con momentos de trote-, habitualmente acompañado por su esposa. Luego suele bajar a la playa, y ha estado intentado retomar la lectura del libro "La revolución del sentido: el poder del liderazgo trascendental", del argentino y asesor de Google, Fred Kofman.
Son cinco secretarios que trabajan en la capital
Estrictamente hablando, el ministro de Turismo, Tabaré Viera, no está necesariamente en su oficina del puerto de Montevideo, porque en plena temporada recorre distintos lugares turísticos, pero es de los pocos integrantes del gabinete que no está de licencia. No es el único, sin embargo. El ministro de Ambiente, Adrián Peña, tampoco se ha tomado licencia en estos días, y lo mismo ocurre con el ministro Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero; la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche y el ministro de Salud Pública, Daniel Salinas.
Otro que combina descanso con actividades de gobierno es el ministro Martín Lema, que veranea -como el presidente- en el balneario de La Paloma.
Su rutina cambió ligeramente, porque en lugar de levantarse todos los días a las cinco y media de la mañana lo hace a las siete. Y entonces hace una rutina de rigor: se comunica con casi todos los directores ministeriales para pedir actualizaciones de diversas situaciones.
Lema sale a correr cerca de 10 kilómetros todas las mañanas -aunque si es por la playa llega a los seis-, y aunque le cueste desconectarse del Mides intenta retomar libros que empezó a leer la suerte de llegar a terminarlos, entre otros uno de Winston Churchill.
El ministro Javier García es otro de los integrantes del gabinete que descansa en la playa -como Delgado, en Punta del Este- y, al igual que el resto, sale a caminar todas las mañanas. Eso sí, siempre con el celular consigo para seguir de cerca los asuntos del Ministerio de Defensa. Viaja a Montevideo, no obstante, todas las veces que su cartera lo requiere. ¿Qué lee? El último del cubano Leonardo Padura, "Personas Decentes".
Con Pablo Mieres es la misma historia: pese a que está descansando en una casa en Playa Grande (casi Piriápolis), conversa con los jerarcas de la cartera de Trabajo en forma periódica, y no se pierde detalles de los conflictos, como el de Fancap, o un asunto vinculado a los seguros de paro de los cañeros de Bella Unión. Los libros que se llevó a la mesa de luz de la casa de alquiler, y que también lleva a la playa, son "Revolución", de Pérez Reverte, "Todo va a mejorar" de la fallecida Almudena Grandes y un libro de cuentos de Antón Chéjov.
La ministra Irene Moreira (Vivienda) descansa en este momento también en Punta del Este, con dos libros: el autobiográfico "Con luz propia", de Michelle Obama y el sexto libro de la serie Theodore Boone, de John Grisham.
Luis Alberto Heber, ministro del Interior, no tiene tiempo como para instalarse en La Pedrera -donde tiene una casa alquilada-, pero igualmente trata de ir cuando puede. A pesar de esto, sí tiene entre manos un par de lecturas: "El Caudillo y el Dictador", de Ana Ribeiro y "Bendita indiscreción", de María Esther Gilio.
Por su parte, el titular del Ministerio de Industria, Omar Paganini, toma su descanso en el balneario de Punta Colorada.
Viera destacó el mayor flujo de turistas en relación a 2019
El ministro de Turismo, Tabaré Viera, se encuentra de zafra, por lo que no tiene planes de tomarse vacaciones a la brevedad. Esta semana, de hecho, estuvo en su departamento, Rivera, para visitar el destino turístico del Valle del Lunarejo, y hoy va a estar en el departamento de Tacuarembó, para promocionar al Uruguay como destino de viajeros -o de turismo interno- más allá de las famosas costas atlánticas.
Al momento, tanto en el gobierno como en el sector empresarial, hay buenas expectativas. “Estamos teniendo un buen comienzo de temporada, si tenemos en cuenta los niveles de reservas, la ocupación hotelera y el movimiento general”, dijo Viera a El País. “Y más si le sumamos el movimiento de cruceros, que ha traído un récord en los últimos ochos años”, agregó el ministros, aunque destacó que “hay que evaluar” luego, con los datos cerrados. Los números fríos y primarios indican que entre el 22 de diciembre y el 2 de enero ingresaron 306.541 turistas, 9.681 más que en el año prepandémico de 2019.
Aclaración: en una primera versión de esta nota se decía que el ministro de salud Pública, Daniel Salinas, "descansa en su casa de Solís". Sin embargo, el jerarca no se encuentra aún de vacaciones. A los lectores y los involucrados, ofrecemos disculpas.