El director de la consultora Factum tiene la certeza de que el nuevo escenario que quedó definido para el Parlamento llevará a que “sí o sí” la coalición oficialista y el Frente Amplio (FA) negocien. Algo que, para el sociólogo, es “una buena noticia” . De cara al balotaje sostuvo que Yamandú Orsi parte con ventaja sobre Álvaro Delgado y que ahora la clave pasa por saber qué proponen en concreto sobre seguridad, economía y educación. Y, no menor, quién estará a cargo de su implementación. Asimismo, planteó que la foto hacia el balotaje está “a mitad de camino” entre 2014 y 2019 y que no se vislumbra que se vaya a dar una fuga de votos en ambos bloques.
-Con los resultados del domingo, ¿uno de los dos bloques -coalición oficialista y FA- parte con ventaja?
-El resultado terminó dando una situación inédita en estos últimos años. Esta cuestión de tener una mayoría clara en una cámara -16 sobre 30 senadores en el caso del FA- y no tenerla en Diputados. Pero, además de no tener la mayoría, tener un representante menos que el otro bloque y quedar a dos de tener la mayoría... Ahí tenemos un primer tema: las dos cámaras que quedan conformadas de forma distinta. Eso ya genera un primer escenario y, de acuerdo a la pregunta, queda mejor parado el FA. Tiene una ventaja por tener la Cámara de Senadores, que es clave.
-¿En qué afecta para gobernar, más allá de que cada ley debe pasar por las dos cámaras?
-Por ejemplo, las venias se aprueban por mayoría en el Senado y no tener la mayoría implica que no se pueden aprobar automáticamente. También está el tema de censuras a ministros. Trato de ser cuidadoso en este punto, pero puede llegar a pasar, existe esa herramienta, existe esa posibilidad por cómo quedó todo; ahora, no quiere decir que vayamos a tener un gobierno, gane quien gane, en el que una mitad va a trancar totalmente a la otra. Pasan cosas, sí, hay leyes que son muy importantes como la Ley de Presupuesto que es relevante para la gobernabilidad.
-Existen casos de gobiernos sin mayoría parlamentaria...
-Sí, por supuesto, y la buena noticia del resultado es que van a tener que negociar. Sí o sí. Porque en la otra cámara nadie tiene mayoría.
-¿Qué puede pasar en Diputados? Porque ni el FA ni la coalición tienen mayoría y hay dos diputados de Identidad Soberana que son un misterio...
-Desde el punto de vista de la estrategia, a Gustavo Salle no le serviría alinearse a ningún bloque. Su lugar es otro. Él lo sabe y tiene su propia impronta desde lo ideológico y personal. Entonces, no es esperable que se sume en bloque, lo que no quita que haya momentos en los que dé los votos para alguna cuestión particular. El otro punto que es importante es la coalición como tal. Y una cosa es la coalición legislativa y parlamentaria siendo oficialismo y otra cosa siendo oposición. La duda que queda también es, ¿la coalición perdiendo va a funcionar como un bloque en el Parlamento? Quizá sea parte de estas negociaciones, quizás no sea un acuerdo específico y de largo plazo, pero sí es probable que haya participaciones o posicionamientos heterogéneos según los temas.
-Si bien puede sonar antipático, pero en los hechos, suponiendo que Delgado es presidente y el FA toma una postura de oposición total, él podría seguir gobernando, digamos, con lo que quedó aprobado hacia atrás. Ley de presupuesto o hasta podría este gobierno designar jerarcas que continúen en el próximo período...
-Claro, pero ahí podría darse una situación de que se empiece a vetar desde el otro lado, a censurar a ministros. Si decimos que estamos negociando y vos me estás imponiendo, vamos a ir a la guerra. Yo no lo veo por ese lado, creo que el camino, gane quien gane, va a ser negociar y transar, por decir de alguna forma, los cargos, los nombres, los lugares... A los dos les conviene eso.
-¿Qué se puede esperar hacia el balotaje siendo que parece ser un escenario distinto al de ciclos anteriores?
-Es un escenario a medio camino entre 2014 y 2019. Desde el punto de vista cuantitativo, un FA a mitad de camino entre el 48% y el 39%; y una coalición que también termina estando más o menos a mitad de camino, pero con unas características distintas. Es mucho más compacta desde el punto de vista de funcionamiento político, pero también de su electorado. Es un electorado que ya es proclive a la coalición en su gran mayoría, porque ya gobernó, porque no es una idea, no es que terminó la primera vuelta y se ponen a negociar para conformar una coalición, como sucedió en 2019. Por lo tanto, las pérdidas que puedan haber serán muchísimo menores que las de 2019.
-El FA creció si uno lo compara con octubre de 2019, donde no llegó al 40%, pero votó menos que en el balotaje de ese año, en el que superó el 49% ¿Esos puntos que aumentó ahora son esos frentistas “desencantados”?
-Claramente hubo una especie de préstamo del voto en octubre de 2019 (a la coalición), que enseguida volvió para atrás hacia el FA en noviembre. Pero no se puede pensar que lo que el FA creció de octubre a noviembre de 2019 sea lo que va acrecer ahora, porque hay una parte de ese electorado que ya lo captó la coalición.
-Entonces, ¿es poco probable que haya más “descontentos” que no hayan elegido al FA ahora?
-Sí, es poco probable.
-La coalición también da la sensación de que ya es una idea instalada y que los que votaron por uno de sus partidos lo hicieron respaldando esta alianza y difícilmente cambien el voto hacia el balotaje. ¿Delgado retendría ese 47% que recogieron los partidos de la coalición el domingo?
-Hay dos cuestiones básicas. El FA no tiene la tarea de retención, es casi automática, pero la primera tarea que tiene Delgado es la de retener esos votos de la coalición, y por eso la foto el 27 de octubre todos juntos. “No hay ninguna fisura”, ese fue el primer mensaje y no dejar a nadie afuera. De hecho desde el lado del Partido Colorado (PC) esta idea de cogobierno es muy útil para retener el voto de los colorados. Los incentivos para fugarse son menos que los que eran 2019.
-¿Qué resultado le sorprendió? ¿La votación del Partido Nacional (PN) que terminó siendo más de lo que se proyectaba o el desplome de Cabildo Abierto (CA)?
-Sí, quizás lo sorpresivo pasa porque el PN vota un poco mejor sin que el PC vote peor. Ese es el fenómeno y probablemente haya afectado a los otros socios de la coalición, a CA y al Partido Independiente. Quizá eso, pero estamos en un número muy chiquito, no podemos darlo como una cuestión cierta, porque está todo dentro de los márgenes de error. Quizá lo sorpresivo en todo caso sea ese punto, digamos, que el PN vota un punto y medio más de lo que se esperaba, y que CA un punto y medio menos de lo que se esperaba. Lo de CA no es de un volumen importante pero lo más importante es que no haya alcanzado la banca al Senado.
-De hecho, si CA mantenía una banca en el Senado hubiera cambiado la configuración de las mayorías en favor del oficialismo.
-Claro, no era solo tener la banca sino que alcanzar un senador era un escenario con mayoría para la coalición. Y lo otro que ya veníamos viendo y que se termina ratificando es que los costos del gobierno no los pagó el partido líder de la coalición.
-¿Cómo queda el liderazgo en el PC?
-Este resultado lo pone en disputa. Se generó una idea del crecimiento del PC con el fenómeno Andrés Ojeda y cuando miramos la votación en las listas Ojeda sacó 104 mil votos, Robert Silva 80 mil y Pedro Bordaberry 150 mil. Cuando sumamos los sublemas quedan tres a dos, o sea tres del sublema de Ojeda pero ese sublema es un acuerdo electoral. Bordaberry sale muy fuerte; entonces el liderazgo del PC queda en disputa, sin dudas. Y no va a ser menor según si gana o pierde la coalición porque ahí ¿quién se sienta en la mesa a negociar? Yo no creo que por el PC pueda ir solamente Ojeda, imagino que desde el PC se va a pedir tener dos representantes en esa mesa.
-Hay dirigentes que plantean la posibilidad en el futuro de que la coalición se presente bajo un mismo lema. ¿Ahora hubiera tenido mayorías?
-Algunos ya lo ven desde el año 2019, 2020. Primero, para poder llevarse adelante, hay muchas resistencias internas, ¿no? Es decir, el gran argumento es desde el punto de vista electoral. Pero se parte de la base de que una coalición votaría lo mismo que los partidos por separado. Si hacemos ese ejercicio, el resultado sería totalmente distinto. Con los números fríos hubiera tenido mayoría parlamentaria en el Senado, no necesariamente en Diputados donde habría que hacer un ejercicio final porque hay pequeños cambios que producen el ingreso de una banca. Pero es poco probable que si hubieran ido juntos votaran lo mismo partido a partido. Y eso es lo que ha pasado en la segunda vuelta.
-¿Con qué piso parten Delgado y Orsi, según la última encuesta previa a la elección?
-Cuando hacíamos ejercicio hacia el balotaje ninguna encuesta dio a Delgado arriba de Orsi. Y las variaciones han sido entre tres y cuatro puntos, en alguna siete.
-¿Esto puede cambiar con los candidatos definidos o era tan probable que ese es el punto de partida?
-Claro, por más que en este caso fuera bastante previsible. Nosotros hicimos un ejercicio, no en la última sino en la anterior, y daba más o menos que ocho de cada 10 votantes pensaba que el escenario más probable era un balotaje entre Delgado y Orsi. Falta ver con los nombres ya puestos arriba de la mesa y el arranque, o sea, cuál fue el mensaje de arranque. Ese mensaje de compactación de la coalición pudo haber tenido un efecto.
-Ante un escenario tan parejo, ¿qué elementos pueden incidir? Está el debate, la campaña de cada candidato.
-Están los mensajes. Acá se va a poner en juego cuál es el rumbo. Más allá de eso las cuestiones más puntuales y coyunturales pasan por saber ¿qué te diferencia a vos del otro? Y no en términos genéricos, no la honestidad como un concepto o no volver atrás a lo peor. En sí mismo ¿qué te diferencia específicamente del otro? ¿Por qué yo y no el otro? Y eso, además de características, es ¿qué vas a hacer? ¿Y qué le va a cambiar la vida a las personas? ¿Cómo lo vas a hacer? ¿Y quién lo va a hacer?
-¿Por importancia de temas, sería conocer los planes concretos en seguridad y economía?
-Seguridad, economía y educación. Economía ya está saldado, digamos. Quizá haya algún mensaje sobre el tema seguridad social, sobre el tema salarios. Pero en esta coyuntura tienen que ser cosas muy concretas, muy específicas y muy claras para que a ese electorado, que es más flotante o que no elige ninguno de los bloques, pueda despertarle una esperanza mínima de un cambio positivo en su vida cotidiana.
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