Redacción El País
En medio de la realización de la Expo Prado Rural, el atraso cambiario se colocó como uno de los temas centrales de la campaña electoral. A poco más de un mes del llamado a las urnas, el sector agroexportador reiteró su reclamo que comprarte con el ámbito empresarial. En ese marco, los candidatos y sus equipos económicos proponen medidas para responder críticas que vienen desde hace tiempo; y el gobierno explica cuál es el detrás de un dólar que el miércoles superó la barrera del $ 41 después de casi dos años.
Ya la ministra de Economía y Finanzas, Azucena Arbeleche, habló el martes sobre los reclamos del sector agroexportador —que incluyen críticas por el déficit fiscal del país— después de una reunión con la Asociación Rural del Uruguay (ARU). La economista indicó que la diferencia cambiaria en el país no es producto de un “carnaval electoral” de gasto —apuntó que el nivel de egresos está dentro de lo que se pactó en la Rendición de Cuentas—; y que hay una “menor recaudación” por una “baja de la inflación” en el periodo, caída que catalogó como “buena para toda la sociedad”.
De la diferencia cambiaria también habló hace poco el presidente del Banco Central del Uruguay (BCU), Washington Ribeiro, en la comisión del Senado que trató la Rendición de Cuentas. El 5 de setiembre, el economista dijo: “¿Es el correcto el valor de $ 40? ¿Es el que les cierra el balance a todas las empresas de Uruguay? Por supuesto que no, como tampoco se lo cerraría un tipo de cambio de $ 30 o de $ 50. No hay un valor que cierre el balance en todas las empresas y eso es lo que justifica legítimamente el reclamo de todos o de parte de los sectores empresariales”.
Dentro del Partido Nacional, quien lideró el armado del programa de Álvaro Delgado, Agustín Iturrlade, señaló que se buscará un “tipo de cambio más competitivo” para lo que se van “seguir fortaleciendo las finanzas públicas y la consolidación fiscal”, como se ha “demostrado en este gobierno”. En el equipo del candidato blanco ven con “simpatía que el dólar pudiera seguir subiendo”; y creen que “probablemente va a tener una corrección, como está teniendo".
Al mismo tiempo, contó que su partido entiende que hay que “abordar de manera integral” el “problema de la competitividad”. Además del tipo de cambio, el economista enumeró que es necesario “tener una mejor infraestructura para sacar la producción de forma competitiva, tener mano de obra calificada y con alta productividad, y tener relaciones laborales más modernas”. A estos aspectos, comentó, "apunta el programa de gobierno del Partido Nacional”.
Desde la oposición, el exministro de Economía y Finanzas, Álvaro García, indicó que el Frente Amplio propone un “mantenimiento de los equilibrios macroeconómicos”, logrando la “estabilidad de los precios con la promoción de las capacidades competitivas del país que aseguren un crecimiento sostenible”. Aunque celebró la “reducción de la inflación a un nivel más bajo” del que estuvo en los “últimos años”, apuntó que “está directamente vinculado con un valor del dólar reprimido”, por lo que cree que “habría que asegurar un mayor equilibrio”.
En esa línea, dijo que “no habrá demasiada innovación en un gobierno del Frente Amplio” de lo que es la “postura histórica” del partido: un “mantenimiento y defensa de la flotación del tipo de cambio con un trabajo muy fuerte y efectivo —eso sí puede ser una diferencia con el actual gobierno— del Comité de Coordinación Macroeconómica”.
Esa “búsqueda de equilibrios” —continuó el dirigente del Frente Amplio— implica nivelar las diferentes variables, por lo que “quizás un nivel de inflación un poco superior puede ser igual de confortable —siempre con la política muy estricta del partido de la defensa de los ingresos de la población, tanto del salario real como del empleo”. Al mismo tiempo, —y en línea con la necesidad de encontrar el equilibrio— señaló que la “competitividad está vinculado con el empleo”.
Por otra parte, el Partido Colorado entiende que el atraso cambiario tiene “predominantemente un origen fiscal”, lo que “está asociado tanto al déficit fiscal como al alto nivel de gasto público en la economía uruguaya”. Así lo indicó a El País el coordinador del programa Luis Mosca, quien, en esa línea, explicó que la propuesta para mejorar el tipo de cambio real es “reducir el desequilibrio fiscal mediante una disminución del gasto como porcentaje del Producto Bruto Interno (PBI)”.
Al mismo tiempo aclaró que lo fiscal no es el único factor que incide. Mosca aseguró que el BCU tiene un “elevado stock de Letras de Regulación Monetaria” dado que “actualmente equivale a entre 12 y 13 puntos porcentuales en relación al PBI”. En esa línea, propuso que haya una reducción progresiva de la cantidad, medida que, además, va a “permitir que el BCU pueda resolver sus problemas estructurales en relación a su patrimonio”.
También planteó “otros componentes sobre los cuales actuar” para la mejora de la competitividad, como el “atemperar el peso del Estado” al “eliminar una cantidad de regulaciones que con el tiempo se han ido acumulando”. Además, están —continuó— la “apertura de la economía, la mejora educativa, el reentrenamiento de la gente”, los cambios en las “relaciones laborales y la negociación colectiva —tratando de flexibilizar y que se adecuan a una realidad que es distinta a la que tenía el país hace unos años—, los servicios logísticos y la facilitación del comercio —como el transporte, la conectividad marítima, los costos portuarios y de logística doméstica”.
Otra medida de los colorados es que “todas las unidades de infraestructura y los departamentos de obra que existan en las distintas reparticiones del gobierno central y los organismos del 220 de la Constitución estén concentrados en una única agencia de infraestructura”.
Dentro de Cabildo Abierto, Kenneth Coates, uno de los referentes de economía del partido, consideró en diálogo con El País que es un “poco arriesgado salir dos o tres meses antes de las elecciones” con un anuncio de una “política en un tema tan sensible como el tipo de cambio”. Esto es porque, a su entender, “se debe andar con mucha delicadeza y hay muchos aspectos a considerar”, y se debe “juntar toda la información disponible que quizás” no la tengan.
Al mismo tiempo, consideró que una de las posibilidades puede ser una “reducción lenta” del “diferencial de tasas de interés entre las colocaciones en moneda nacional y las colocaciones en dólares”. Eso podría generar —comentó Coates— una “recuperación del dólar como moneda de ahorro, lo cual a su vez debería fortalecer su cotización en el mercado bancario”.
Iturralde: "Acá tenemos tipos de cambio flotando (es decir, no fijo), y se va a finalizar el periodo con la creación de casi 100.000 puestos de trabajo. No desconocemos que tenemos un problema con el tipo de cambio, y hay que abordarlo con más responsabilidad fiscal. Pero la competitividad hay que verla de forma integral".
García: “La inflación está directamente vinculada con el poder adquisitivo de los salarios, y la competitividad está vinculada con el empleo. Entonces de ahí viene la necesidad de equilibrio. Celebramos la reducción de la inflación, pero nos parece que está directamente vinculado con un valor del dólar reprimido”.
Mosca: “Se requiere de una adecuación de la infraestructura física para mejorar la competitividad o, dicho en otros términos, para hacer frente a los problemas que los sectores productivos enfrentan (…) Se propone que se concentren en una única agencia de infraestructura todas las unidades de infraestructura y los departamentos de obra”.
Coates: “Estados Unidos tiene un déficit comercial crónico que lo financia con emisión de moneda, y un motivo de la pérdida del valor del dólar podría ser el exceso de oferta mundial. Pero en otros países no nos parece ver la situación de Uruguay —dado que el dólar sigue teniendo valor— por lo que un poco se descalifica la tesis”.