“Bueno, ¡salió el primero!”, dijo el presentador para marcar el comienzo de un bingo organizado por la agrupación colorada Impulso Renovador, encabezada por la diputada Elsa Capillera, que se alejó antes de las internas de Cabildo Abierto para apoyar al candidato colorado Andrés Ojeda.

“Sesenta y tres”, cantó el locutor, y los presentes se dividieron entre festejos y palabras de desaprobación. Al sacar el tercer número se dieron cuenta de que había un problema: las bolillas eran de lotería, por lo que varios números eran mayores al 75 —el máximo en las hojas que habían sido repartidas. Se paró todo durante unos minutos, militantes trajeron otra bolsa con bolillas que iban hasta el 75 y luego se retomó el juego.

Poco antes de las cuatro de la tarde, el piso de un edificio ubicado sobre la calle Cuareim, casi en la esquina de Paysandú, había empezado a llenarse de votantes de Capillera. Niños, jóvenes, algunas pocas personas de mediana edad, pero sobre todo adultos mayores habían sido recibidos por un Ojeda de cartón, en tamaño real, igual al que podía verse en varios puntos de la rambla de Montevideo de cara a los comicios del pasado 30 de junio.

Al ingresar al salón, las paredes estaban adornadas con globos mayormente rojos, aunque también de otros colores como azul y amarillo. Nuevamente una figura de Ojeda observaba todo lo que acontecía desde al lado de una mesa donde estaban los platos con la merienda, que sería ofrecida un poco más tarde, luego de que comenzara la acción, tras el reparto de los cartones y los primeros sorteos.

Foto: Juan Manuel Ramos.

“Nuestra agrupación se sumó a apoyar al mejor candidato que tenemos, que es el que necesitamos para liderar la coalición de gobierno”, dijo Capillera al momento de tomar el micrófono, ya con la sala casi llena. “Hay que unir, sentirnos juntos y que todos podamos expresarnos”, añadió, en una alocución que no tuvo las ínfulas de un gran discurso político, y que fue sumamente breve.

En momentos donde el gran despliegue de dinero utilizado para la campaña viene siendo foco de críticas hacia varios precandidatos, el evento organizado por Capillera fue más bien modesto. El bingo se hizo el domingo y fue ella misma quien convocó un par de días antes a través de su estado de WhatsApp. En la imagen se podía ver una gran foto de la diputada, la palabra "BINGO" con letras bien grandes, y bolillas de todos colores. También se daba a conocer el precio del ticket: $500. Y el organizador: Impulso Renovador. El nombre de Capillera no aparecía. No era necesario, pues era algo dirigido a los más cercanos y a quienes estos pudieran arrimar.

“Colorados hasta en las sábanas”, había bromeado un hombre mientras repartía lapiceras rojas antes de que comenzaran a rodar las bolillas. Muchos de los presentes, que serían unos 50, habían hecho chistes también al respecto de que hubiera mucho rojo y rosado en la vestimenta de los jugadores militantes. En cada mesa había unas siete u ocho personas, y Capillera pasó una por una para saludar y agradecer la participación.

Con cada entrada se otorgaban dos cartones de bingo, pero en total fueron cinco los sorteos. Con un cartón se jugaban dos bingos, el primero y el tercero, y con el otro el segundo. Para participar en el cuarto o quinto había que abonar $ 100 por cada nuevo cartón. El primero en gritar "bingo" se llevaba una botella de whisky y una entrada a una fiesta pre-nostalgia, y el primero en sacar la línea un litro de vino.

La merienda se hizo presente luego del tercer sorteo: jugo de naranja y café con leche —que era servido con una amplia sonrisa por la propia Capillera— para beber; para comer, cada persona recibía una bandejita de espuma plast con un scon de queso, un sandwitche y una medialuna —ambos de jamón y queso—, un alfajor y una masita —en muchos casos un cañón de dulce de leche. Algunas bandejas carecían de alfajor y tenían en su lugar una galletita dulce.

Foto: Archivo El País.

Mientras los presentes merendaban, algunos colorados se animaron a tomar la palabra y allí destacaron que Impulso Renovador "no es como las demás" agrupaciones que respaldan al candidato colorado, debido a que "no se cuenta con un gran respaldo económico". También muchos destacaron la personalidad de Capillera, asegurando que “es distinta a otros políticos que solo hablan y hablan”.

Tras esto se dio inicio a otro juego no esperado, una suerte de remate: el presentador primero puso una cifra en una libreta, sin que nadie pudiera verla, después cada persona fue entregando distintas cantidades de dinero $ 50, $ 100, $ 200... Así la bolsa de colaboraciones iba creciendo hasta que la suma coincidiera o rebasase el número escrito por el presentador, que en el caso del premio mayor llegó a ser de $ 2.500. Se trató de una torta de durazno y crema. Pero también se regalaron más botellas de vino y whisky, y gorros y remeras del Partido Colorado.

Tras celebrarse los últimos dos bingos, triunfadores y perdedores comenzaron a retirarse. Afuera habían colocado un nuevo cartel en el que podían verse a Ojeda y Capillera juntos, abrazados, y donde se invitaba a votar la lista 25 de cara a las elecciones nacionales.