El Frente Amplio (FA) tendrá el próximo domingo su "Día D". En esa jornada sabrá si la estrategia que tiene pensada desplegar en gran parte del país le resulta para lograr su gran objetivo: no solo ser la fuerza política más votada sino alcanzar la mayoría parlamentaria el próximo 27 de octubre. Con una de las "barriadas más grandes de su historia" pretende llegar, a través de los indecisos, al punto porcentual que, se sostiene, le posibilitaría tener más bancas en el Parlamento a partir de 2025.

Oficialmente, el FA define esta recta final como el "relanzamiento" de su proyecto político, "escuchando como forma de unir al país ante este Uruguay chato, desigual, inseguro y a la deriva, sin horizonte ni esperanza". Un FA que, se afirma, "sacó al país de la crisis en 2005 y hoy lo va a sacar del estancamiento", según se indica en un documento al que accedió El País.

Esta estrategia, sin embargo, es un rumbo que para varios sectores debió adoptarse antes. En la interna son varios los que cuestionan el tono de campaña que ha desplegado hasta ahora la fórmula, a la que ven monótona, fría y sin ideas.

La oposición busca entonces por esta vía también activar a su militancia, a la que varios sectores ven desmotivada, ante la falta de mensajes directos hacia una sensibilidad de un votante de izquierda que, se entiende, no está del todo asegurado.

Según dijeron a El País fuentes frentistas, hubo al menos dos mensajes planteos formales, procedentes de comités ubicados en Montevideo. El tema sobrevoló este miércoles el encuentro en que Yamandú Orsi y Carolina Cosse mantuvieron con la estructura política del FA, en donde la decisión sin embargo fue "cerrar filas" en torno a la fórmula, tomando en cuenta el momento electoral.

De todas formas, los reclamos siguen vigentes. "Tiene que haber una apelación al frenteamplismo militante, a conversar y a convencer", resumió a El País un dirigente. El reclamo apunta también a que la línea discursiva de la fórmula sea más concreta y apele a cuestiones "de izquierda", en momentos en que varias de sus actividades recientes han estado destinadas a transmitir "certezas" al empresariado.

"Queremos hablarle a la izquierda", remarcó a El País el diputado Daniel Gerhard (PVP), al indicar que un eventual cuarto gobierno deber ser de "transformaciones profundas" que, de no llegar, dejarán al país en la misma situación que 2019, cuando el FA perdió las elecciones. Dichas transformaciones, dijo, están previstas en el programa del FA pero han quedado lejos del centro discursivo. Como ejemplo, mencionó la "destercerización" del mercado laboral y la reducción de la jornada de trabajo, una propuesta con la que reconoció, no está de acuerdo el "posible ministro", en referencia a Gabriel Oddone. "Cuando la fórmula no levanta estos aspectos, nos vemos más impulsados a repetirlo. Nos gustaría que fueran jerarquizados", sostuvo.

También hubo otros sectores que en menor medida manifestaron sus reparos con la estrategia que se llevó hasta ahora, indicaron las fuentes a El País.

"Hay que cuidar la plata chica, la grande se cuida sola", comentó a El País el exalcalde de Piriápolis, Mario Invernizzi, que viene de cuestionar duramente a Orsi y sus asesores. "Si el Frente Amplio llega a perder las elecciones por los impresentables que le llevan la agenda y lo asesoran, me olvido de mi edad y los cago a patadas de a uno", comentó Invernizzi en sus redes sociales. La causa de su enojo, explicó, se debe a que desde el comando le habían confirmado un encuentro que pidió para coordinar una actividad en su departamento, pero luego le dejaron de contestar. Según dijo, su queja "tuvo efecto".

Foto: Ariel Colmegna

Los últimos detalles de la estrategia fueron afinados este miércoles en una "reunión de trabajo" en la que participaron Orsi y Cosse, a la que se integraron los representantes de los distintos sectores y las bases en el Secretariado Ejecutivo, junto a los dirigentes que encabezan las listas al Senado.

La apuesta del FA en la actividad de este domingo es al "voto emocional", en un contacto "mano a mano" para replicar el "envión final" que se dio en noviembre de 2019, en el que el FA quedó a poco más de 30 mil votos de arrebatarle el balotaje a Luis Lacalle Pou, luego de una muy pobre primera vuelta.

La "barriada" pondrá el foco en la periferia del área metropolitana y de varias ciudades del interior, con énfasis en las grandes áreas de gestión en las que, se entiende, el gobierno de Lacalle Pou falló. El "puerta a puerta por la victoria" de los militantes pasará por el barrio Maracaná, las zonas cercanas a Aparicio Saravia, Belloni, Capitán Tula y Rafael, La Paloma, Tres Ombúes, el Complejo América, Camino Carrasco y el Marconi.

En estos días el FA apelará al concepto de "estancamiento" para definir al gobierno actual. Así lo indica un documento aprobado este lunes, luego del encuentro con la fórmula presidencial. También que la de Orsi y Cosse representa "la mejor fórmula", con una "sobrada capacidad de gestión". La apelación también tendrá lugar para los tres gobiernos presididos por Tabaré Vázquez y José Mujica en los que, se asegura, "se introdujeron reformas que le cambiaron la vida a la gente".

"Uruguay necesita un nuevo gobierno del Frente Amplio", se afirma, "para tener un país con más y mejores oportunidades". También para que exista "más salario para quienes no llegan a fin de mes, para proteger a la infancia y para trabajar por la seguridad".

El mensaje en estos días pasará por un cúmulo de falencias que, se sostiene, tuvo este gobierno. "Aumentaron los precios, faltan medicamentos en los hospitales, hay más gente viviendo en las calles y aumentó la pobreza, especialmente la pobreza infantil". Se insiste también que, en estos últimos cinco años, "aumentaron los homicidios y los delitos violentos", en un país en el que "cada vez más organizaciones del narcotráfico internacional se instalan en Uruguay".

Orsi y Cosse estuvieron participaron ayer de la asamblea de la Federación de Cooperativas de Viviendas de Propietarios (Coovipro), en la que el candidato presidencial firmó un documento donde asumió el compromiso de que, en su eventual gobierno, se destinará como mínimo el 1% del PBI a Vivienda. Eso equivale hoy a unos US$ 700 millones.

El acuerdo fue divulgado por el postulante, al señalar que la cooperativa le había presentado un documento con "propuestas concretas". En ese sentido, Orsi dijo que su compromiso implica "realizar los máximos esfuerzos" para llegar, en caso de ser electo presidente, a la cifra mencionada.