La sesión del próximo martes de la Cámara de Representantes significará el retorno, después de casi cinco meses, de Gustavo Olmos a su banca. Lo hará luego de que el Tribunal de Conducta Política (TCP) del Frente Amplio dijera que no obtuvo pruebas que permitieran llegar a una “conclusión fehaciente” de que hubiera incurrido en acoso sexual y laboral contra su suplente, Martina Casás.
“Fue un proceso duro, doloroso, en lo personal y en lo familiar, tanto para mí como para la denunciante”, dijo el legislador a El País, que tiene la voluntad de retomar los temas que dejó pendientes en el Parlamento. “Confío en que esto deje enseñanzas para todos sobre cómo procesar estos temas en la fuerza política”, afirmó.
Su retorno plantea un escenario “bastante complejo” para la bancada de legisladores frenteamplistas, que advierten que su presencia tensionará el relacionamiento interno. Sobre todo con algunos compañeros con los que el diputado deberá alternar y articular en este último período parlamentario, signado además por la campaña electoral.
El detonante fue que, tal como lo consignó El País, algunos dirigentes del sector de Olmos, Marea Frenteamplista, habían apuntado la semana pasada, en una reunión de su dirección, a una “campaña de escarnio y linchamiento público encabezada por Casás y por su “entorno”. Allí se mencionó entre otros a integrantes del grupo informal de mujeres, La Sindicata, integrado por varias diputadas, entre ellas Micaela Melgar (PCU), la actual coordinadora de bancada en Diputados.
Como parte de esa “campaña”, se las señaló por “pasarle datos” al entonces senador nacionalista Sebastián Da Silva para atacar a Olmos. Se habló de un “ajuste de cuentas” contra Marea y se reclamaron responsabilidades. En la acusación también se incluyó a las diputadas Margarita Libschitz (MPP) y Dayana Pérez (PS). Las alusiones a dicha “campaña” habían surgido en la misma sesión en la que Plenario Nacional había ratificado las conclusiones del tribunal. En el encuentro Fernanda Blanco, dirigente de Marea, pidió “disculpas” al FA por “el daño ya causado” y habló de una “utilización espuria” del caso “con fines electorales”.
Olmos se desligó de estos señalamientos. El legislador dijo que corresponden solo a algunos dirigentes y aclaró que tampoco representan la posición orgánica de su sector.
“Tenemos todos la madurez suficiente como para trabajar para lo que la ciudadanía nos ha elegido, sin ningún ruido”, afirmó a El País. Y remarcó: “el FA resolvió por sus canales instituciones que no había mérito en las acusaciones de que fui objeto”.
En diálogo con El País, la diputada Bettiana Díaz (MPP) apuntó a la responsabilidad del propio sector de Olmos en la generación de este clima y consideró que la situación evidencia un “muy mal abordaje” que “pone en una situación incómoda” a parte de la bancada. Este escenario, apuntó Díaz, no ayuda a Olmos ni a sus colegas mencionadas.
Casás, según le confirmó esta semana a La Diaria, no volverá a ocupar la banca de Olmos por la vía de suplencias. Adelantó incluso que abandonará Marea y se declarará “frenteamplista independiente”.
Casás, que hasta hoy estará en Ecuador, donde cursa un máster, adelantó a El País que en las próximas horas retornará a Uruguay. A su llegada comenzará a interiorizarse sobre el trámite de las denuncias que presentó contra Olmos y contra el sector ante la Justicia, tanto a nivel penal como civil.
Desde noviembre, fecha en que trascendió la denuncia y se optó porque Olmos pidiera licencia en el Parlamento, la banca de Marea en Diputados venía siendo ocupada por la dirigente Alicia Esquivel, que en su momento fue una de las redactoras del protocolo sobre violencia política basada en género que aplica el FA.
El jueves pasado, durante la reunión en la que su sector avaló el retorno de Olmos a la actividad política, señaló que el TCP “hizo justicia” con su resolución y cuestionó luego el uso que se le había dado en este caso a la “herramienta” elaborada por la fuerza política para procesar y resolver, justamente, este tipo de situaciones.
Tiene dos proyectos que espera retomar
Entre las iniciativas que Olmos, señaló, espera retomar a su regreso al Parlamento está su proyecto que propone que los productos de venta al público tengan expresado su precio por unidad de medida. El texto había sido aprobado en minoría en comisión, pero desde el año pasado espera la elaboración de un informe para ser elevado a la Cámara de Representantes. También impulsa otro proyecto para la creación de un “plan integral de atención y protección a las embarazadas”, que incluye un esquema de seguimiento y control, un nuevo régimen especial de trabajo y un plan de vacunación específico.
Ante caso Orsi diputado de MPP llama a revisar la ley de Género
La denuncia que una mujer trans efectuó este mes contra Yamandú Orsi por una supuesta agresión sucedida en 2014 motivó ayer al diputado frenteamplista Nicolás Viera (MPP) a considerar que ciertos aspectos de ley sobre Violencia Basada en Género deben ser revisados.
“Es una buena ley, que genera fortalezas en derechos”, apuntó en diálogo con El País. “Pero muchas veces su aplicación invierte cuestiones básicas”, agregó. Por ejemplo, planteó que el acusado deba demostrar su inocencia y no permitir que se diligencien pruebas para validar que una denuncia puede resultar falsa.
“Hay que rever los mecanismos para que la ley logre tener una igualdad en la realidad”, afirmó.
“Toda ley tiene que tener flexibilidad para ser sometida a cambios si la realidad la tapa y mejorar su aplicación” dijo y aclaró que se trata de una opinión personal, no de su sector.
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