Redacción El País
Aún resta para las elecciones pero los posibles candidatos ya empiezan a tomar nota de la simpatía que generan en el electorado para definir sus chances hacia 2024. Se habla de simpatías políticas debido a la lejanía de las próximas elecciones nacionales y hoy, según indicó ayer el director de Equipos Consultores, Ignacio Zuasnabar, hay un “escenario competitivo con ventaja hacia el Frente Amplio”. De acuerdo a la última encuesta de Equipos, cuyo relevamiento realizó en junio, la oposición se ubicaría en el 43% de la intención de voto y la coalición oficialista en 38%.

La diferencia de cinco puntos porcentuales es una brecha que se ha mantenido desde diciembre, indicó Zuasnabar ayer durante un evento del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) en el que expuso junto al economista y director de la organización, Agustín Iturralde.

En la interna de la coalición el Partido Nacional registró un 28%. Luego se ubicó el Partido Colorado con 7%, Cabildo Abierto con un 2% y el Partido Independiente con 1%. En este mismo porcentaje también se colocaría el Partido Ecologista, Radical e Intransigente (PERI) y votantes que dijeron “a otros partidos”. Un 5% indicó que votaría en blanco o anulado. Y aún existe un 12% de indecisos.

“¿Y si las elecciones se definen por la imagen de los candidatos presidenciales?”, se preguntó el director de Equipos Consultores. De acuerdo a esa variante, el Frente Amplio tendría una ventaja porque sus posibles candidatos tienen una popularidad promedio mejor en comparación a los eventuales postulantes de la coalición de gobierno.

Además, indicó que hoy hay una “enorme renovación de los candidatos en todos los partidos, y casi ninguno tiene una imagen sólidamente definida”. Y auguró que eso “puede llevar a volatilidad en el aprecio en función del desempeño”.

Por su parte, Iturralde hizo un repaso sobre el contexto económico global y regional y también de la negociación colectiva, en específico, sobre los Consejos de Salarios. El economista indicó que se necesita incorporar a la discusión “cada vez más elementos de productividad”. Si bien reconoció que llevarlo a cabo es “complejo, difícil, tedioso; que rompe mucha lógicas; y no es fácil de medir”.

No obstante, planteó que es “evidente que no se puede tener mejora del salario real sostenible en el tiempo sin que tenga un costo en el empleo si no va de la mano” de la productividad.

También se refirió a la novena ronda de los Consejos de Salarios que se realiza en este momento. Llamó a tener “cuidado” con los “aumentos nominales” que se negocian “muy por encima de la inflación”. “Sería muy cuidadoso en este contexto de aceptar acuerdos que estén por encima de las pautas” que dio el gobierno, dijo y añadió que “quizás” los lineamientos, “en este contexto, tengan que operar como un techo”. La alerta se debe a que en la “historia muy reciente” ya se vio el “impacto en el mediano plazo sobre los precios”.

Además, valoró que la política monetaria contractiva tuvo un efecto sobre el dólar: se “reforzó una tendencia de apreciación de la moneda uruguaya” pero es un “problema que tiene algunas causas más estructurales”. El economista se refirió a “algunos colegas” que piden que llegue a los $ 50 si se “mira el efecto histórico”. Aunque, dijo, no le “aconsejaría a nadie que tenga que invertir asumir que en algún momento vaya a haber una corrección” así sino que sería al “alza pero más moderada”.