Dentro de la coalición, mientras aún sangra la herida por la derrota en el balotaje, no logran dilucidar cómo se moverán una vez que asuman su rol de oposición en el gobierno del frentista Yamandú Orsi. Ya el día de las elecciones comenzaron las versiones -siempre a título personal, nunca a nivel partidario- de qué sucederá con el bloque -incluso hubo una reunión a la noche en el búnker de Álvaro Delgado- pero todo está muy lejos de definirse, sobre todo porque los dos principales partidos de esta alianza deben resolver conflictos internos sobre liderazgos.
Uno de los puntos a resolver es quién liderará la coalición, si es que así deciden actuar dado que también se puede dar un liderazgo compartido entre los integrantes de una potencial mesa interpartidaria -ámbito de coordinación que reclamó Cabildo Abierto de manera reiterada durante el gobierno al sentir que no se lo tenía en cuenta y que mencionó el excandidato colorado Andrés Ojeda la noche de la derrota tras una reunión con los otros partidos.
Aunque el mandatario Luis Lacalle Pou podría ser el líder de la coalición, no puede actuar en política hasta el 1° de marzo.
Dentro del Partido Nacional aún procesan la derrota pero -tal como informó El País- Delgado busca ser una suerte de “articulador” de la coalición en el próximo período de gobierno. El nacionalista -que asumirá su banca en el Senado- quiere -al igual que lo han expresado otros del bloque- que se instale una instancia de “coordinación” para que funcione de manera unida y organizada. Pero tampoco está claro entre los blancos si es él quien debe conducir ese proceso. Y más cuando hay fuego cruzado con acusaciones sobre responsabilidades de la derrota dentro del actual partido de gobierno.
Al mismo tiempo, algunos dirigentes blancos vieron con desconcierto que el senador colorado electo Pedro Bordaberry se reuniera con quienes fueron presidenciables por los socios de la coalición y con el presidente electo, Yamandú Orsi, en la búsqueda de un posicionamiento de mayor notoriedad dentro del bloque.
En el Partido Colorado prima el coalicionismo, pero las rispideces internas han quedado al descubierto en las últimas horas y conspiran contra la unión interpartidaria. Los colorados viven el proceso de rearmado de la coalición en simultáneo a la disputa por el liderazgo de su partido, a la renovación de sus autoridades y al debate sobre cómo debe vincularse el partido con los demás socios.
Bordaberry pateó el tablero, y dichas reuniones con expresidenciables y Orsi después de las elecciones generaron la reacción de la otra ala del partido, Unir Para Crecer, e incluso del prosecretario del partido, Gustavo Osta, el principal referente del lema. Las críticas que hasta el balotaje se decían por lo bajo comenzaron a escucharse por la radio.
El Comité Ejecutivo Nacional del Partido Colorado convocó este viernes a la convención nacional para el 7 de diciembre, cuando deberá fijar fecha para la elección de los 15 miembros del Comité Ejecutivo Nacional, la que, según el diputado Felipe Schipani, se agendará para antes de fin de año. La convocatoria se realiza a pedido de 107 convencionales de Unir Para Crecer, que respondieron de esta manera al planteo de Vamos Uruguay de postergar para 2025 la elección de las autoridades partidarias. La primera batalla, para el espacio liderado por Andrés Ojeda, es renovar la cúpula del partido y asumir el liderazgo para habilitar caminos oficiales de comunicación (y negociación) con los socios y el gobierno electo. Y esperan ganarla este mes.
Menos peso
La importancia que le dan algunos a la necesidad de coordinación de la coalición radica en que ni este bloque -que obtuvo 49 bancas, de las que 29 son del Partido Nacional, 17 del Partido Colorado, dos de Cabildo Abierto y una del Partido Independiente- ni el Frente Amplio -48 bancas- obtuvo la mayoría en la Cámara de Diputados. Las dos bancas restantes serán ocupadas por Identidad Soberana, el partido de Gustavo Salle.
Por lo tanto, será necesaria la negociación para aprobar leyes, sobre todo aquellas que son más complejas, como el Presupuesto y las siguientes rendiciones de cuentas.
Las elecciones de octubre reformularon el peso de cada socio dentro de la coalición: mientras que los colorados ganaron espacio, los cabildantes perdieron al pasar de un 11% en 2019 a 2,4% en 2024. Aún queda por conocerse si, de armarse un ámbito de coordinación, importará (o cuánto lo hará) el nivel de votación de cada partido.
Desde Cabildo Abierto, uno de los dos diputados que logró renovar banca, Álvaro Perrone, no lo ve tan “sencillo” que alguien de la coalición sea el líder del bloque porque, a diferencia de la situación actual donde ese rol lo cumple el presidente, ahora se enfrentan a un nuevo escenario.
Habrá temas en los que coincidirán durante el gobierno y, ante la consulta de si se designará un interlocutor de la coalición con el Frente Amplio, respondió a El País que no tiene por qué haber una sola persona -“puede llevar a desgastes que siempre sea la misma”- dado que hay quienes se “especializan más” o ponen “más énfasis” en algunos temas que otros.
A su entender, no hay que “apurarse” a resolver estas cuestiones ni “nombrar a una persona”.
También mencionó que se han visto en los últimos días “reuniones puntuales con algunos sectores de algunos partidos”, en referencia a los encuentros que ha tenido y hecho públicos Bordaberry. Y que no tienen ningún planteo concreto de que Delgado pueda cumplir el rol de “articulador” en el Parlamento.
Por otra parte, la posibilidad de generar una orgánica de la coalición es un punto que Cabildo Abierto, de formalizarse la propuesta, ponderará puertas adentro en la Mesa Política. A priori, Perrone indicó que en su rol de legislador no podrá “aceptar o formar” un ámbito de esa naturaleza sin la aprobación de su partido.
Del Partido Independiente, su líder Pablo Mieres comentó a El País que se podrá dar una primera etapa donde se establezca una “coordinación” pero, al igual que Perrone, hizo hincapié en que primero cada partido deberá aprobarlo en “ámbitos correspondientes” porque “supone un traspaso de pode-res de decisión”. En el caso su partido, “seguramente” se tratará de manera formal en la Junta Federal del próximo 7 de diciembre, aunque -como adelantó el excandidato- son “partidarios” de que se cree ese ámbito.
Ante la consulta de si Delgado podría ser un interlocutor con el Frente Amplio en el próximo gobierno, indicó que es un punto que “no se puede adelantar hoy” porque “primero tiene que haber una decisión de todos los partidos de confluir en una coordinación”.
Se “discutirá estructura, periodicidad y cometidos”
Desde el Partido Independiente, Pablo Mieres, dijo a El País que, de decidirse hacer un ámbito de coordinación, se deberá “discutir su estructura, funcionamiento, periodicidad, y qué competencias y cometidos tendrá”. Además, destacó que va a ser una “referencia” el programa Compromiso por el país que elaboraron en conjunto los partidos del bloque antes del balotaje.
Por su parte, el presidente de Cabildo Abierto ha hablado largo y tendido sobre el rol de su partido en la coalición como oposición. Para Guido Manini Ríos, “no tiene sentido una coalición que actúe para oponerse a algo”, es decir, unirse para ser el “palo en la rueda en sí”. En ese sentido, marcó a la salida del búnker de Álvaro Delgado el día de las elecciones que su “actitud siempre fue de mano tendida”, y repitió un concepto recurrente: que cada partido tiene su propia “visión sobre los diferentes temas”.
De a poco, mientras se curan las heridas de la derrota, los partidos comienzan a pensar en las elecciones departamentales. Aunque aún quedan unos meses, los nacionalistas saben que no pueden perder sus intendencias. Por su parte, Mieres comentó que, más allá de los “tres departamentos -Montevideo, Canelones y Salto- donde hay un lema coalición republicana” -para los que hay que “definir los candidatos para esa instancia”-, en “otros departamentos hay avances para poder comparecer conjuntamente, aunque sea bajo un lema preexistente”.
Por último, Mieres habló sobre la posibilidad que se manejó en estos días de que la coalición vaya en un único lema en las elecciones de 2029. “Para eso sí hay mucho más tiempo, hay que analizarlo. No tiene mucho sentido hoy adelantar una discusión e incluso entrar en un debate que obviamente requiere más tiempo”, marcó a El País.