Redacción El País
Los blancos decidieron que la crisis que sufrieron estos días, tras la revelación de los chats entre Pablo Iturralde y Gustavo Penadés, que terminó con la renuncia del primero a la conducción del partido, se resolviera lo más rápido posible. Por eso, aunque ahora tengan que convivir con los coletazos del episodio durante varias semanas o meses más, la fuerza política eligió sin perder tiempo una nueva presidenta para que, al menos en lo institucional, se pueda pasar raya y mirar para adelante. Y es que, si se mira hacia adelante, se vienen tiempos complejos: una elección en junio, otra en octubre y una muy probable en noviembre, instancia histórica para el Partido Nacional, que tiene la oportunidad de repetir gobierno como no ha pasado desde 1985 a la fecha.
Pero además, con esta salida de Iturralde, los nacionalistas marcaron el ingreso a una nueva etapa partidaria, dejando atrás casi cinco años de una conducción que, a ojos de varios dirigentes de este partido, tuvo algunos problemas. Y esto más allá de que en público, al momento de reaccionar a la renuncia de su presidente, la mayoría destacó que Iturralde dejaba una “correcta” gestión.
Lo que hubo, por ejemplo, fueron ciertas dificultades a la hora de defender la “autonomía” del Partido Nacional, pues Iturralde solía demorar algunas resoluciones hasta que no tuviera el “aval” del presidente Luis Lacalle Pou, líder indiscutido de los nacionalistas.
Pero ahora, desde que los nacionalistas decidieron en un ágil consenso la semana pasada que la persona para sucederlo iba a ser Macarena Rubio, todos coinciden que se viene un momento diferente.
Rubio es una dirigente “perfil bajo” -como la definen varios de sus compañeros- aunque eso no significa que no tenga una ya larga trayectoria en un ámbito competitivo como lo es la política, como recuerdan sus correligionarios, puesto que tiene un importante camino recorrido en gestión pública
Al partido lo conoce de sobra porque, de hecho, hasta la semana pasada era secretaria del Directorio blanco.
Rubio es, y esto fue destacado por ella misma al asumir, no solo la segunda mujer en ejercer la presidencia de los nacionalistas -luego de que lo hiciera la hoy vicepresidenta Beatriz Argimón, quien ocupó el cargo entre abril de 2018 marzo de 2020, cuando debió asumir como presidenta de la Asamblea General- sino también la primera mujer “del interior”, como dijo en conferencia de prensa, luego de finalizar la sesión que la proclamó presidenta.
Es una mujer que recoge elogios de sus compañeros. “Siempre está detrás de los temas”, dijo, por ejemplo, Santiago Gutiérrez, integrante del Directorio de este partido, y quien subrayó a El País que ella es “es buena gestora y una persona muy ordenada, algo muy importante para este rol”.
El precandidato y senador Jorge Gandini, en tanto, resaltó que el perfil bajo de Rubio se complementa con una alta capacidad de “eficiencia”. “Conoce todas las reglas, conoce al partido, conversa para que se logren las cosas. Es muy prolija, muy metódica y creo que para la etapa que comienza ahora le va a hacer muy bien al partido”, dijo sobre una dirigente que, en la interna nacionalista, responde a Carlos Enciso, hoy embajador de Uruguay en Buenos Aires.
¿Cuál es la etapa que se abre ahora? La referida más arriba: días complejos, momento del tramo final de la campaña por las elecciones internas, en donde los conflictos entre los blancos, si bien por el momento no han pasado a mayores como en otros períodos, pueden estar a la orden del día, y en ese caso se necesita de la mediación del presidente del Honorable Directorio.
“Tiene que articular mucho para que no se escape la tortuga -afirmó en este sentido Gandini-, y hacer las cosas de tal manera para que se eviten los conflictos”.
Rubio va a buscar impulsar a la juventud
Macarena Rubio llegó al Directorio con la experiencia de haber ocupado el cargo de secretaria general de la Intendencia de Florida entre 2010 y 2019. Fue electa como diputada en las elecciones pasadas, pero renunció para ser directora general de Secretaría de Industria, cargo que dejó en 2021 para ser secretaria ejecutiva del Congreso de Intendentes. Hoy su objetivo es “acompañar” a la militancia blanca y “especialmente a la juventud” nacionalista.
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