El Pit-Cnt entiende que desde 2019 se incrementó la cantidad de trabajadores con salarios sumergidos ya que en 2023 se registraron unos 548.000 ocupados con ingresos inferiores a $ 25.000 líquidos al mes por 40 horas semanales de trabajo, una cifra similar a la de 2022, pero que representa un incremento de casi 100.000 “veinticincomilpesistas” respecto a un lustro atrás. Si se consideran exclusivamente los asalariados, la cantidad de trabajadores con salarios sumergidos menores a $ 25.000 líquidos al mes ascendió a 322.000, unos 47.000 más respecto a los observados en 2019. Estas conclusiones están contenidas en un estudio realizado por el Instituto Cuesta-Duarte, el centro de investigación de la central sindical. El estudio se llama “Sumergidos en 2023: 100.000 “veinticincomilpesistas” más que en 2019” y se elaboró tomando datos de la Encuesta Continua de Hogares.
En 2023 unos 548.000 ocupados percibieron remuneraciones por debajo de los $ 25.000 líquidos al mes por 40 horas de trabajo semanales y representaron un 33% del total. Dentro de este grupo, unos 166.000 no alcanzaron los $ 15.000 líquidos al mes.
En cuanto a los asalariados (o sea los trabajadores que se desempeñan en relación de dependencia), la cantidad con salarios sumergidos menores a $ 25.000 líquidos al mes ascendió a unos 322.000 en 2023, lo que representa un 27% del total.
“Los datos de 2023 suponen un retroceso significativo respecto a la situación de 2019. Mientras en aquel año la proporción de ocupados y asalariados con ingresos laborales menores a $ 25.000 mensuales afectaba al 28,1% y 23,7% respectivamente, en 2023 los porcentajes crecen y se ubican en 32,6% y 26,8%”, dice el trabajo.
En el análisis se destaca que hay 5 sectores con ocupados con remuneraciones particularmente sumergidas: rural (con el 50%), restaurantes y hoteles (49%) y comercio (48%). En el servicio doméstico el porcentaje es del 42%, alto pero algo menor al de años anteriores cuando rondaba el 50%. Por el contrario, en el otro extremo, la proporción de “veinticincomilpesistas” en la enseñanza, el sector financiero y el de información y comunicación se ubica por debajo del 10%.
Alejandra Picco, una de las autoras del informe, consideró, que “lo que hay detrás de esto, en un contexto de recuperación económica, del empleo y del salario, es que vemos que indicadores sociales como la pobreza no se han terminado de recuperar”. “Obviamente, aumentaron por la pandemia, como en todos lados, pero en la mayor parte de los países de América Latina, con excepción de Argentina, ya volvieron a los niveles previos. Sin embargo, en Uruguay todavía tenemos niveles de pobreza superiores”, comentó.
“Los datos que vemos nos hablan más de lo que sucedió durante la recuperación que de la pandemia. Esa recuperación de mayor riqueza y mayor Producto Interno Bruto (PIB) no les llegó a todos y, a algunos, ni siquiera les permitió superar los niveles de pobreza”, explicó.
Los sectores que están más afectados por salarios considerados deprimidos son los jóvenes, las mujeres y los residentes en el interior.
Por otro lado, el PIT decidió realizar el 27 de junio un paro de 9 a 13 para conmemorar un nuevo aniversario del golpe de Estado de 1973.
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