INFRAESTRUCTURA TURÍSTICA
La Intendencia de Rocha busca ampliar su recaudación a través de licitaciones y actividades para luego invertir en la costa.
Las noches en La Pedrera, las estrellas en el Cabo Polonio, las olas de Punta del Diablo o los atardeceres en La Paloma, pero sus playas oceánicas en general, transforman a Rocha en uno de los destinos favoritos de los uruguayos. Los balnearios, cada uno con sus particularidades, traen para las autoridades y operadores turísticos el desafío de una mejor atención en un departamento donde sobrevive el debate y -cierta tensión- entre modernizar los servicios y conservar lo artesanal.
La Intendencia de Rocha implementó un plan para incrementar los ingresos por las actividades comerciales en las playas, a partir de la instalación de nuevos paradores, así como con los tradicionales chiringos, zonas de sombrillas o escuelas de surf. El intendente, Alejo Umpiérrez, afirmó a El País que se debe “mejorar el servicio de playa” y adelantó que desde el próximo año proyectan recaudar US$128.000 por distintas licitaciones y actividades para luego reinvertir en la costa.
“Antes Rocha recaudaba por cánones alrededor de $ 700.000 por temporada. En este 2022 vamos a percibir US$ 63.000 y para el que viene vamos a duplicar. Este fue un año de transición en el que pusimos precios a medio valor”, dijo Umpiérrez.
Mientras con lo recaudado proyectan incrementar servicios como baños, accesos a la costa, y estacionamientos, otro de los focos será una mayor fiscalización a los alojamientos mediante un nuevo registro de hoteles, cabañas y hostels.
La comuna utilizará una estrategia “espejo”. Vía Internet recopilará dónde están los alojamientos y a partir de eso los inspectores empezarán a recorrer los balnearios. La intendencia tiene registrados 202 operadores turísticos y, según un primer relevamiento digital, el departamento cuenta con unas 1.800 ofertas para hospedarse, dijo a El País el director de Turismo de la comuna, Federico Zerbino.
El primer paso fue abrir nuevos paradores con cánones en función de la recaudación estimada para cada lugar. Umpiérrez, que recurre a la figura de superar “los chiringos del pasado”, destacó que las licitaciones fueron por cuatro años y eso permite mayor margen para invertir. Entre los licitados, el que pagó más fue en La Pedrera, donde según Zerbino destinaron 120.000 Unidades Indexadas por año, unos US$ 13.500 al valor actual. En La Paloma abonaron unos US$ 6.000.
El jerarca dijo que “el gran diferencial” es que tienen un sanitario en su interior, lo que permite que los clientes eviten los baños químicos. Además cuentan con cocina, mesadas, y heladeras verticales en busca de “una propuesta gastronómica más completa”, afirmó.
Los paradores están en las playas de la Balconada y Los Botes en La Paloma, en la del Barco y el Desplayado en La Pedrera, en Punta del Diablo uno en La Viuda y otro en el Ribero, y hay dos en la Sur del Cabo Polonio. La idea es expandirlos el próximo año a otras zonas.
“A Rocha lo que le duele es la infraestructura. En Rocha no hay baños públicos, no hay duchas, no hay bajadas de playa, no hay estacionamiento. Si en cada punto podemos reinvertir el canon que se está pagando, vamos a lograr invertir de manera adecuada según lo que pagó el comerciante”, afirmó Zerbino. De todos modos, los chiringos seguirán, y hay unos 20 licitados en toda la costa, aunque enfocados únicamente a vender bebidas.
Consultada por El País, la presidenta de la Corporación Rochense de Turismo, Delvair Rodríguez, apoyó las acciones de la intendencia y dijo que “el debate” sobre la identidad de los balnearios “es parte de la vida”. En tanto, afirmó que el mayor reclamo del sector es la informalidad.
Umpiérrez dijo el martes 4 en Desayunos Informales (Canal 12) que luego del levantamiento de la feria judicial esperan avanzar en la demolición de construcciones ilegales en 25 predios en Punta del Diablo, y otros 53 en el balneario Garzón.
Por su parte, la intendencia recibió reclamos de vecinos por un boliche ubicado en las afueras de La Pedrera. Zerbino dijo que la comuna “sacó la fiesta de adentro de la Pedrera” y sostuvo que analizan el resultado de la nueva ubicación, del otro lado de la ruta.