"El principio del fin de muchas cosas": las claves de la postura de Lacalle contra el plebiscito jubilatorio

El presidente brindó ayer una conferencia de prensa en la que llamó "no votar" la iniciativa que promueven el Pit-Cnt y sectores del FA; "no es momento ni de dudas ni de medias tintas", advirtió.

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El 7 de julio de tardecita, mientras volaba desde Montevideo a Asunción para participar de la última cumbre del Mercosur, el presidente Luis Lacalle Pou comenzó a delinear la estrategia que semanas después comenzaría a desplegar para convencer a la ciudadanía de la crítica visión de todo el oficialismo sobre el plebiscito sobre la seguridad social que promueve el Pit-Cnt y ciertos sectores del Frente Amplio.

Al bajarse del avión en tierra paraguaya aquella noche, el mandatario declaró públicamente que haría expresa campaña en contra de esta consulta popular, al tiempo que defendería la reforma que impulsó su gobierno —que tuvo en Rodolfo Saldain una pieza clave en su coordinación previa y redacción final— con argumentos que ya había expresado muchas veces: que se cumplía con algo sobre lo cual casi toda la dirigencia política estaba de acuerdo, que si no se hacía el sistema previsional no sería sostenible en el mediano y largo plazo, y que actores fundamentales del Frente Amplio —como el expresidente José Mujica y el fallecido exministro y exvicepresidente Danilo Astori— habían anunciado hacía tiempo que lo que hizo este gobierno era algo que ellos entendían necesario, aunque la izquierda evitó hacerlo en sus 15 años de gestión.

Y ayer, en una conferencia de prensa que de alguna manera dio el puntapié inicial de esta campaña activa que Lacalle Pou liderará desde el gobierno en un mes que tendrá las elecciones el último domingo de octubre, volvió sobre todos estos temas. E incluso sobre lo que en su campaña electoral había prometido: que no subiría la edad jubilatoria. Recordó en ese sentido que lo que buscó fue que esta transformación no implicara una afectación de esa variable, pero que fue "imposible", según le dijo entonces Saldain —este martes sentado a su lado en la sala de conferencias de la Torre Ejecutiva—, y la edad para la jubilación mínima subió a 65 años, aunque con un período de transición para los nacidos en 1973, 1974 y 1975, además de "un conjunto de excepciones muy grandes".

También repasó la lista de algunos beneficios sociales que tiene la nueva norma, como la posibilidad que existe hoy para los jubilados de seguir trabajando en el sistema formal —dijo que hay 3.0000 uruguayos que hoy están haciendo esto—, así como los "cómputos especiales para padres con hijos con discapacidad severa" y otras compensaciones que hacen a los "esquemas de protección mínima que antes no se tenían o se tenían en menor medida".

Pero como está en juego los verdaderos pilares de la nueva ley previsional —y que tanto le costó a la coalición de gobierno sacar adelante, con negociaciones internas que por ejemplo terminaron de quebrar el vínculo del presidente con el senador y candidato cabildante Guido Manini Ríos—, Lacalle Pou pasó enseguida a explicar sus razones para "llamar a no votar el plebiscito" que derribaría el corazón de esta reforma, porque plantea volver a fijar en la Constitución la edad de retiro en 60 años, eliminar las AFAP y atar las jubilaciones mínimas con el salario mínimo nacional.

"No es momento ni de dudas ni de medias tintas. Si se sabe que no es beneficioso, si se sabe que perjudica a las generaciones que vienen y al sistema, hay que jugársela. No queda otra. Para algo pedimos ser dirigentes políticos y para algo pedimos gobernar el país o estar en un lugar de decisión", dijo el jefe de Estado, aludiendo sin decirlo al candidato a presidente por el Frente Amplio, Yamandú Orsi, quien también está en contra de la iniciativa que la central sindical, el Partido Comunista y Socialista quieren que se apruebe, pero sin la claridad que a criterio del oficialismo debería mostrar.

Sin embargo, ante una consulta durante la conferencia que apuntó a conocer si había conversado con el postulante de la oposición al respecto, el mandatario fue más explícito e incluso hizo referencia a las declaraciones de Gabriel Oddone, el ministro de Economía en caso de que Orsi gane las elecciones, quien aseguró la semana pasada que a su criterio "no es el fin del mundo" que se imponga el plebiscito en las urnas, a pesar de igualmente tener una opinión crítica sobre lo que se plantea.

"No me corresponde darle sugerencias o consejos al candidato de la oposición —afirmó sobre todo esto Lacalle Pou—. Asesores tiene en la materia, (aunque) algún asesor dijo que no es el fin del mundo. Para nosotros está totalmente equivocado. Debe ser el fin de muchas cosas. Y además —siguió—, ¿qué necesidad de arrimarte al precipicio y poner las patitas a ver si te caés? No hay necesidad, hay que darse vuelta y caminar hacia el otro lado".

¿Qué podría pasar?

De aprobarse el plebiscito, Lacalle Pou —que también estuvo acompañado por la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, y el de Trabajo, Mario Arizti— no tiene ninguna duda que redundaría en un aumento de impuestos y de recorte en prestaciones que no se aplicarían en forma inmediata —"no aumenta el IVA o los impuestos al otro día"—, pero sí probablemente a partir de la administración que inicie en 2025. "Si se aprueba, nosotros el lunes (28 de octubre) vamos a decir lo que sostenemos, lo que pensamos y qué es lo que deberá hacer el próximo gobierno".

Tampoco cree que haya un efecto inmediato sobre el salario mínimo —cuyo aumento, según se ha advertido, quedaría condicionado al tenerse que equiparar a las jubilaciones—, aunque sí lo habrá a la larga. "Contrariamente a lo que se sostiene, que es que van a aumentar las jubilaciones porque va (atado) al salario mínimo, lo que va a hacer es presionar el salario mínimo a la baja".

Asimismo, Lacalle Pou también se detuvo en otros efectos económicos, con mayor posibilidad de manifestarse en cuanto se conozca el resultado en las urnas, en caso de que los promotores de la consulta tengan éxito —algo que de momento parece lejano, a juzgar por las encuestas, aunque algunas, como la de Factum de este martes, muestran un apoyo cercano a la mitad, pese a una tendencia a la baja en los últimos meses.

Lacalle Pou durante conferencia en contra del plebiscito de la seguridad social.
Lacalle Pou durante conferencia en contra del plebiscito de la seguridad social.
Foto: Estefanía Leal/El País.

"A veces, cuando hablamos de la confianza país, parece un intangible. ¿Qué es la confianza país? (Algo) que termina siendo tangible, tocable —señaló—. Cuando se habla del grado inversor, del riesgo de país, sí, nadie come, desayuna o vive del riesgo país o el grado inversor. Ahora, eso genera intereses más caros cuando uno tiene que tomar un préstamo internacional, eso genera menor llegada de inversiones". Y si el plebiscito se impone, lo anterior puede traducirse —explicó— en "desestímulo de inversiones que generan fuentes de trabajo. Y esto no es asustar, esto es real, Uruguay hoy tiene el riesgo país más bajo de la historia".

En el gobierno saben lo que también vienen diciendo las encuestas: que esta propuesta que será votada el 27 de octubre recoge más apoyos entre los más jóvenes, que a su vez son los que están menos informados.

"Yo, si alguno está viendo, le dijo que son los más perjudicados", cerró el presidente.

La respuesta

El Pit-Cnt prepara una respuesta al presidente para este miércoles

La Comisión Nacional Afirma Tus Derechos, integrada entre otros por el Pit-Cnt, buscará este miércoles rebatir "punto por punto" las consideraciones que Lacalle Pou hizo en contra del plebiscito sobre la reforma vía constitucional al sistema de seguridad social, como informó El País este martes en la noche.

La decisión de encabezar una conferencia de prensa rodeado de ministros para explicar su "posición negativa" sobre la propuesta cayó mal en la central sindical, al considerar que Lacalle Pou decidió utilizar "todo el aparato del poder para enfrentarse al movimiento social".

"No le hace bien al país, también es mi presidente", dijo a El País un dirigente de la comisión, al plantear que la actitud del mandatario puede considerarse una violación al numeral cinco del artículo 77 de la Constitución, que no permite al presidente intervenir en ninguna forma en la propaganda política de carácter electoral

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