Con los números aún frescos, es hora de hacer las primeras conclusiones y aquí vienen en clave de semáforo. ¿Quiénes se quedan con la luz verde, quiénes con la amarilla que muestra que las cosas no salieron tan bien como pensaban y quienes un alarmante rojo?

La de ayer fue una noche larga que al final deja un panorama bastante entreverado con algunos ganadores claros, como el candidato nacionalista Álvaro Delgado (logró una votación casi igual a la de Luis Lacalle Pou en octubre de 2019 y dejó lejos al colorado Andrés Ojeda), el frenteamplista Yamandú Orsi (la votación fue algo menor a la esperada pero el Frente mejoró respecto a 2019 y todo indica que alcanza la mayoría en el Senado) y el polémico Gustavo Salle, que de la nada logró quedar en cuarto lugar y arañó el Senado. Y hay derrotados. El general retirado Guido Manini Ríos es el caso más claro: se lleva un furioso rojo tras derrumbarse su votación respecto a 2019. César Vega del PERI también entra en la lista, con un desplome en sus números.

En las internas sectoriales, Mario Bergara y Seregnistas así como el Herrerismo son dos casos de sectores que perdieron peso en sus respectivos partidos.

Aquí abajo, el semáforo.

“Soy el principal responsable de la magra votación”, dijo anoche el líder de Cabildo Abierto Guido Manini Ríos, en un discurso en su sede tras conocer los resultados. El partido liderado por el general retirado literalmente se derrumbó en esta elección; de aquel histórico 11,04% en 2019 a un porcentaje apenas superior al 2% según los datos preliminares conocidos anoche. En 2019 había logrado 268.736 votos y una bancada fuerte: tres senadores y 11 diputados. Esta vez Cabildo Abierto se queda afuera del Senado y tendría solo dos diputados, de acuerdo a los datos preliminares. Ahora bien, el gran desafío por delante para Manini Ríos es reconstruir el partido y volver a generar que Cabildo Abierto sea una opción atractiva para miles de votantes uruguayos.

César Vega fue la novedad de la elección anterior, cuando el Partido Ecologista Radical Intransigente (PERI) se metió en el Parlamento y obtuvo 33.461 votos, quedando por arriba del Partido Independiente y del Partido de la Gente. Cinco años después, el polémico diputado ambientalista -quien en plena pandemia apareció en el Parlamento con un par de personas que decían haber quedado “imantadas” tras haberse vacunado contra el covid-19- consiguió sumar en torno a los 9.000 votos y quedó muy lejos de lograr una banca. Es de suponer que parte de los votos de Vega fueron a parar a Gustavo Salle, que con su nuevo partido Identidad Soberana se convirtió en una de las sorpresas de esta elección. Otros al Partido Constitucional Ambientalista de Eduardo Lust, que sumó 11.000 votos.

Lo que se ha denominado el astoribergarismo, es decir el sector más moderado del Frente Amplio, verá reducida notoriamente su representación parlamentaria en este período. Todo indica que tendrá una sola banca en el Senado, cuando hoy son tres. Mario Bergara venía de ser precandidato antes de las elecciones internas pero bajó su candidatura para apoyar a Yamandú Orsi. Al cierre de esta edición y con el 97% de los votos escrutados, Convocatoria Seregnista-Progresistas (lista 95) tenía 86.988 votos, quedando como cuarta lista de la izquierda detrás del MPP (que obtuvo nueve bancas al Senado), el Partido Comunista y La Amplia de Carolina Cosse. El MPP obtiene más votos que todo el Partido Colorado junto y algo menos de la mitad de todo el Frente, con más de 400.000 voluntades.

Al ritmo de “Llenos de vida, llenos de magia”, la energética canción de La Vela Puerca, Andrés Ojeda salió anoche a celebrar la votación del Partido Colorado. Tenía razones para festejar porque superó ampliamente el 12% de 2019, es verdad, pero también es cierto que había puesto el listón demasiado alto: su propia meta de que era posible pasar al balotaje hace que su semáforo sea más amarillo que verde. La publicidad de Ojeda decía que había alcanzado a Álvaro Delgado “en la interna de la coalición” y que era “el mejor candidato” para vencer al FA. Nada de eso pasó, aunque -como dijo Ojeda- los colorados se posicionaron como los socios mayoritarios de los blancos con el 40% de los votos de la coalición. Si Delgado gana, y con Cabildo en el piso, tendrán más peso para incidir.

No han sido años fáciles para la histórica Lista 71 del Partido Nacional. Tras el caso de Gustavo Penadés y la salida de Luis Alberto Heber del Ministerio del Interior, las cosas se han ido complicando. Lo cierto es que el Herrerismo bajó mucho su votación respecto a la elección pasada, aunque Heber habría logrado retener su banca en el Senado (no lograron la segunda banca, donde iba Juan Sartori, producto de un acuerdo electoral). Con el 97% de los votos escrutados, el Herrerismo alcanzó así 82.472 votos (en 2019 fueron unos 154 mil), quedando como cuarta fuerza en la interna del Partido Nacional. Al cierre de esta edición Alianza País iba primero con 223.049 votos, seguida de Aire Fresco -el sector de Álvaro Delgado- con 211.151 votos y luego D Centro con 94.748.

El exministro de Trabajo Pablo Mieres se jugaba una parada importante en estas elecciones: nada menos que volver al Senado -algo que solo había logrado en las elecciones de 2014- y conseguir más bancas de diputados. En las elecciones pasadas el Partido Independiente había logrado el 1% de los votos y apenas una banca en la Cámara de Representantes. Bueno, esta vez Mieres pudo mejorar el resultado alcanzando 1,7% con los datos preliminares al cierre de esta edición y casi duplicó su votación. Pero no pudo concretar la ansiada banca en el Senado y quedará afuera del Parlamento. El Partido Independiente mantendrá una banca en Diputados. Demasiado poco para el ala de izquierda de la coalición, que será la sexta fuerza en cantidad de votos.

“¡Buenas noches coalición!”, gritó un exultante Álvaro Delgado anoche cuando subió al escenario en la Plaza Varela. A su lado, la candidata a vice Valeria Ripoll y los socios de la coalición, Andrés Ojeda, Guido Manini Ríos, Pablo Mieres y hasta Eduardo Lust. Delgado -cuyo liderazgo estaba en juego e incluso en un momento pareció que Ojeda le hacía sombra- es uno de los triunfantes de la noche electoral no solo porque pasó a la segunda vuelta sino porque la coalición logró más votos que el Frente Amplio (el tema de las mayorías en el Parlamento es otro cantar). Pero además no quedó demasiado lejos de la votación de Lacalle Pou de 2019, cuando obtuvo 28,6%: ahora los blancos están algo menos de dos puntos abajo. Pero aún no ganó nada: se viene lo más difícil.

El exintendente de Canelones es otro de los vencedores. Yamandú Orsi logró casi cinco puntos más que Daniel Martínez en la primera vuelta de 2019 y habría obtenido la mayoría parlamentaria en el Senado (la banca 16 debe ratificarse cuando se cuenten los votos observados), no así en la Cámara de Diputados. El festejo del Frente Amplio, de todos modos, pareció tener algo de gusto amargo y por eso este es un verde casi amarillento: las expectativas de la coalición de izquierda eran lograr la mayoría parlamentaria en ambas cámaras y tener una votación superior al 45%, tal cual indicaban varias de las últimas encuestas difundidas en la semana previa. Orsi, que dio muy pocas entrevistas en la campaña, deberá ver si revisa su estrategia de cara al balotaje para intentar lograr el triunfo.

Las encuestas de la última semana ya mostraban que Gustavo Salle lograría una buena votación. Y se confirmó con creces, al punto de que el partido Identidad Soberana del polémico y excéntrico abogado antisistema se coló como la cuarta fuerza política más relevante: obtuvo cerca del 2,7%. Salle, quien en la elección pasada arañó la Cámara de Representantes, ahora tendrá dos bancas en Diputados e incluso quedó muy cerca de llegar al Senado, algo que sería histórico (hay que esperar los votos observados). Salle superó los 60.000 votos: su imagen creció desde la pandemia, cuando el abogado se posicionó con un fuerte mensaje antivacunas. Resta ver el rol que tendrá en el Parlamento y cómo adaptará su peculiar personaje a la actividad parlamentaria habitual.