Eligen al presidente del BID en medio de una polémica entre socios

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Mauricio Calver-Carone es un cubano-estadounidense muy cercano al presidente de Estados unidos, Donald Trump. Foto: EFE

CONTROVERSIA

El único candidato en carrera, Mauricio Claver-Carone, es estadounidense. Su postulación genera resistencias porque rompe una tradición de 60 años.

El alto asesor del presidente estadounidense Donald Trump para Latinoamérica Mauricio Claver-Carone es el único candidato a la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), una elección que genera resistencias en la región pues rompe la tradición de 60 años con latinoamericanos al frente de la institución.

El BID informó que la junta de gobernadores recibió una sola nominación presentada por Estados Unidos, El Salvador, Guyana, Haití, Israel y Paraguay.

El jueves pasado cerró el periodo para presentar candidaturas y la elección para nombrar al sucesor del colombiano Luis Alberto Moreno se desarrollará este fin de semana en una reunión virtual entre los 48 miembros de la institución.

La decisión del gobierno de Trump de presentar a un candidato generó especial urticaria en Argentina, Costa Rica, Chile y México, que buscaron que la votación, que ya había sido postergada por la pandemia, fuera aplazada nuevamente, a menos de dos meses de unos comicios presidenciales muy reñidos en Estados Unidos.

El gobierno uruguayo encabezado por Luis Lacalle Pou decidió acompañar la candidatura del estadounidense, lo quegeneró algunas resistencias a nivel local.

La decisión de Lacalle no le cayó nada bien al expresidente Julio María Sanguinetti quien a mediados de junio divulgó una carta junto a otros cuatro expresidentes latinoamericanos rechazando la postulación del funcionario de Trump.

“Deseamos manifestar nuestra profunda preocupación y desacuerdo con tal propuesta”, expresaron Sanguinetti, el brasileño Fernando Henrique Cardoso, el colombiano Juan Manuel Santos, el mexicano Ernesto Zedillo y el chileno Ricardo Lagos.

Los expresidentes apelaron a la declaración del exmandatario estadounidense Dwight David Eisenhower (1953-1961) ante las Naciones Unidas en la que señaló que el éxito del BID radicaría en que la presidencia la ostente un latinoamericano. “Implica una ruptura de la norma no escrita, pero respetada desde su origen, por la cual el BID, por razones, entre otras, de eficiencia financiera, tendría su sede en Washington, pero a cambio siempre estaría conducido por un latinoamericano. Este fue el espíritu del compromiso del propio presidente Eisenhower”, indicaron sobre la candidatura de Claver-Carone.

Para los exmandatarios también se trata de “un quiebre, con obvias derivaciones políticas”.

El entonces canciller Ernesto Talvi tampoco compartió la elección de Lacalle Pou.

En junio, la bancada de senadores del Frente Amplio efectuó un pedido de informes para conocer los “fundamentos” del gobierno que “llevaron a modificar un criterio histórico que desde siempre aceptó nuestro país en conjunto con el resto de los países americanos”.

En dicho pedido de informes remitido a la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, adjuntaron palabras críticas a esta decisión de Sanguinetti y de Talvi.

Entonces, Javier Miranda, presidente del Frente Amplio dijo que las diferencias entre Talvi y el presidente por el apoyo a Claver-Carone “muestran una vez más la falta de conducción en el gobierno, la debilidad de una coalición que empieza a mostrar fisuras y que traslada sus propios conflictos internos a la población”.

El exsecretario de Estado de EE.UU. durante la administración de Barack Obama, John Kerry aseguró ayer que “la Administración Trump ha presentado un candidato ideológico y sin las calificaciones necesarias”.

Claver-Carone -un abogado de ascendencia cubana conocido por su firme oposición a La Habana y a Venezuela- acusó a los países que presentaron resistencia de “querer robarse el balón”.

BID
Banco Interamericano de Desarrollo.

Estas declaraciones fueron consideradas “agresivas” por el canciller chileno, Andrés Allamand, quien dijo que “confirman que su elección sería muy inadecuada”.

El próximo presidente del BID tendrá un mandato de cinco años con posibilidad de reelección.

Procedimiento interno.

Para ganar, un candidato debe tener el apoyo de al menos 15 de los 28 países americanos y el respaldo de un número de países miembros del BID que le den mayoría de 75% del poder de voto, el cual está vinculado a las acciones en el organismo.

Estados Unidos tiene el 30% del poder de voto en el directorio del BID, mientras que Argentina, México, Chile y Costa Rica suman poco más de 22%.

El principal contendiente de Claver-Carone, tras el retiro de la candidatura de la exmandataria costarricense Laura Chinchilla a principios de mes, era el argentino Gustavo Béliz, pero Buenos Aires bajó su postulación el jueves pasado y la Casa Rosada anunció que se abstendrá en la votación.

“Dejamos asentada nuestra coincidencia con las múltiples y respetadas voces de las más varias procedencias políticas, académicas, sociales e ideológicas que han expresado la inconveniencia para América Latina y el Caribe de vulnerar una tradición de gobernanza regional”, indicó la presidencia de Alberto Fernández en un comunicado.

Argentina -que invitó al resto de países a abstenerse también- se hizo eco de varias críticas al gobierno de Trump por proponer un candidato para el BID.

El BID, principal fuente de financiamiento para el desarrollo de América Latina y el Caribe, nació en 1959 en el seno de la Organización de los Estados Americanos (OEA) y ha tenido cuatro presidentes: el chileno Felipe Herrera (1960-1970), el mexicano Antonio Ortiz Mena (1970-1988), el uruguayo Enrique Iglesias (1988-2005), y el colombiano Moreno que lo preside ahora. (Con información de AFP y Efe)

Ante la pandemia el organismo prestó a Uruguay US$ 1.700 millones

Tras la aparición de la pandemia por COVID-19 el BID puso a disposición de Uruguay más de US$ 1.700 millones en desembolsos y nuevos instrumentos de crédito disponibles para hacer frente a la emergencia sanitaria y sus impactos en temas de salud, sociales, económicos y fiscales.

Este apoyo busca apuntalar el esfuerzo del país en su respuesta a la emergencia en salud y en la atención a los sectores más vulnerables, así como en las medidas para reactivar la economía a través del acceso al crédito de las micro, pequeñas y medianas empresas, según explicó el organismo cuando aprobó los recursos. Se concretaron desembolsos por US$ 1.050 millones de créditos contingentes. Asimismo, el BID aprobó en tiempo récord un crédito de US$ 350 millones para el fortalecimiento de la política pública y gestión fiscal para la atención de la crisis sanitaria y económica causada por el nuevo coronavirus.

Por otra parte se prepararon otras cuatro operaciones que permitirán al país contar con otros US$ 311 millones en el correr del trimestre en curso. Dichos fondos se destinarán a apoyar la reactivación económica mediante el fortalecimiento del Sistema Nacional de Garantías para promover el acceso de las Mipyme al crédito en condiciones favorables; atender a sectores vulnerables afectadas por la crisis; a avanzar en la digitalización de los servicios de salud y la historia clínica electrónica; e incrementar los instrumentos financieros que dispone el país para enfrentar la pandemia.

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