En el PN hay "nerviosismo" ante estabilidad del FA y campaña de Ojeda; equipo de Delgado confía en estrategia

Con el objetivo de que el postulante blanco dejara de enfocarse exclusivamente "en los logros del gobierno" para mostrar una faceta más humana, su comando de campaña buscó un cambio en la comunicación.

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Conferencia de Delgado y Ripoll en Maldonado
Valeria Ripoll y Álvaro Delgado en conferencia en Maldonado.
Foto: Ricardo Figueredo

Dentro del panorama de incertidumbre sobre el resultado electoral que tienen en este tramo final de campaña los principales dirigentes del Partido Nacional —y los integrantes del comando del candidato Álvaro Delgado— hay una cosa que es segura: nadie esperaba el escenario de adversidad que están mostrando la mayoría de las encuestasy mediciones diarias de las principales consultoras de opinión pública.

Es decir, con un Frente Amplio que prácticamente no baja de un piso de 44%, con una coalición que en muchos casos no alcanza todavía ese nivel —salvo por las mediciones de Factum, en donde el bloque oficialista viene oscilando este año entre el 48% y el 49%—, y con un Partido Colorado que, luego de las elecciones internas, consolidó un crecimiento con el candidato Andrés Ojeda a la cabeza.

La batalla crucial entre la coalición de gobierno —liderada en este período por los nacionalistas, que aspiran a repetir la conducción para este 2025, aunque con una distribución interna que ya se sabe será diferente, sobre todo por la baja de intención de voto de Cabildo Abierto— y el Frente Amplio es por la mayoría parlamentaria. Es un objetivo clave que para el oficialismo supone superar a la oposición por al menos cinco puntos porcentuales en las elecciones de este 27 de octubre, como adelantó ayer el director de Opción Consultores, Rafael Porzecanski en su exposición durante el evento Balance Anticipado 2024 que organizó El País.

Delgado: el candidato del Partido Nacional continúa recorriendo todo el país de cara a las elecciones.
Delgado: el candidato del Partido Nacional continúa recorriendo todo el país de cara a las elecciones.
Foto: @alvarodelgadouy

Por eso a varios dirigentes blancos, algunos de los cuales son del riñón del exsecretario de la Presidencia, les gana cierta "desazón" cuando ven en el tracking diario que hacen las empresas Opción y Equipos —mediciones diarias en base a una muestra de unos 800 casos— que la coalición de izquierda aparece estabilizada en niveles que saca resoplidos en el Partido Nacional, y más cuando el candidato Yamandú Orsi evita participar de instancias que puedan habilitar debates con el oficialismo.

Lo que también han arrojado estos sondeos esta semana es que Delgado se ha movido entre el 21% y el 22% —aunque en uno de este jueves lo mostró volviendo al 25%— y a Ojeda entre el 14 % y 17%.

Son números que tampoco gustaron en el partido del gobierno, porque sobre todo se han dado en forma concomitante con al menos otras dos complicaciones para el presidenciable blanco.

Uno de ellos, inesperado, tiene que ver con la campaña que lanzó el candidato colorado luego del 30 de junio, acaparando la agenda mediática con propuestas disruptivas o salidas públicas poco tradicionales —el spot en el gimnasio respondiendo preguntas cotidianas tal vez sea el ejemplo más claro—, y dejando a Delgado y los nacionalistas "afuera de la jugada" durante varias semanas, al decir de uno de los dirigentes blancos consultados por El País, que no esconde el "nerviosismo" que se extendió en filas de esta fuerza política.

"Tenemos mucha preocupación. A la militancia tenemos que estar entusiasmándola", reconoció otro dirigente.

Esto último —el desánimo que por momentos gana entre los militantes— se conecta con el segundo problema: que la candidata a vicepresidenta Valeria Ripoll, cuya designación para ese lugar causó revuelo y tensiones internas en el Partido Nacional —por su pasado sindical y comunista—, "no termina de prender" en los nacionalistas de a pie. Y para muchos ese efecto es lo que en parte explica "la fuga" de votos hacia la candidatura de Ojeda, como informó Búsqueda este jueves. "La dirigencia la aceptó pero la gente no, y eso se nota en la calle", resumió otra fuente nacionalista.

La agrupación Blancos con Ojeda, que lidera la exfiscal Gabriela Fossati, busca justamente capitalizar ese deplazamiento, lo que en el entorno de Delgado han calificado como una "movida al borde del reglamento" pero tolerada en pos de una línea discursiva que busca evitar toda confrontación pública con el socio coalicionista.

Conferencia de Gabriela Fossati y Andres Ojeda
Conferencia de Gabriela Fossati y Andres Ojeda.
Foto: Leonardo Mainé

El "cambio estratégico" de la campaña de Delgado

Que Delgado y el Partido Nacional deberían protagonizar el debate de este campaña es una inquietud que recorre las filas nacionalistas desde hace tiempo.

Sin embargo, en el comando de este postulante se tiene la tranquilidad de contar con una estrategia trazada desde hace tiempo y, particularmente, del contraste que entienden ya está instalado en la opinión pública entre un candidato "rico en propuestas" y con un discurso "sólido" y "presidencial", contra lo que propone Orsi, que suele ser cuestionado por sus ambigüedades a la hora de expresarse sobre temas que generan división en el Frente Amplio.

Lo que sí se diagnosticó en estos últimos días, según indicaron a El País fuentes oficiales, es que la campaña del nacionalista estaba demasiado enfocada "en los logros del gobierno", una entidad abstracta de la que el candidato blanco sería la "continuidad", como suele insistir Delgado en sus discursos cuando asegura que lo suyo "no es continuismo", que sería "más de lo mismo", sino "mejor de lo mismo".

Y que lo necesitaba era centrarse más "en la persona", mostrando más claramente una faceta de "cercanía" y "hablando como presidenciable".

Con ese análisis arriba de la mesa fue que buscó imprimir un "cambio estratégico", que explica la publicación esta semana de una serie de videos con entrevistas —grabadas por el comando el viernes pasado— al candidato y a representantes importante del gobierno de Luis Lacalle Pou, como la vicepresidenta Beatriz Argimón, el actual secretario de Presidencia Rodrigo Ferrés, el canciller Omar Paganini, los exministros Martín Lema, Javier García y Luis Alberto Heber, y el titular de Transporte y Obras Públicas, José Luis Falero.

Las breves piezas muestran a estos jerarcas describiendo la personalidad de Delgado, y los atributos que dicen que demostró como gobernante en este período de gobierno: entre todos, destacaron que en el Ejecutivo demostró ser un "verdadero jefe de gabinete", un "articulador" y conocedor de "los ejes temáticos que un gobierno moderno debe llevar adelante "con mucha templanza", y un hombre que "sabe dónde tiene que accionar para que las cosas se concreten".

La diferenciación buscada

La insistencia en el contraste entre "certezas e incertidumbre"

Una de las claves de la campaña de Álvaro Delgado pasa por transmitir a la ciudadanía el mensaje que "no da lo mismo" elegir al candidato blanco —que todo el tiempo busca proyectarse como postulante de la coalición de gobierno— y el candidato de la izquierda, Yamandú Orsi, en parte en función de algunas conclusiones que también extrajeron las encuestadoras.

Eso explica que Delgado plantee todos los días que en esta elección se enfrentan "dos modelos" incompatibles, y que lo mismo hagan dirigentes cercanos a este candidato, como el diputado Martín Lema. Este último ha repetido varias veces en las últimas horas que esta es una elección para "contrastar" entre un proyecto que da "garantías, certeza y estabilidad" y otro que representa "la incertidumbre, la inestabilidad y un salto al vacío".

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