Con más consensos que disensos, el Frente Amplio define programa para salir a recorrer el país

“El clima de trabajo es muy bueno. Se dispone de más información, más experiencia y no hay tanta dispersión de miradas como se podría creer", señaló Álvaro García a El País.

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Fernando Pereira en la Mesa Política del Frente Amplio
Fernando Pereira en la Mesa Política del Frente Amplio.
Foto: Estefanía Leal

Cada partido tiene su propia receta para el programa de gobierno. La del Frente Amplio (FA) es una que se cuece a fuego lento, con varios pasos previos. Y que recién estará lista en diciembre.

Sin embargo, cuando el Plenario Nacional apruebe su circulación orgánica, un primer borrador de esas bases programáticas verá la luz el 15 de julio. Más allá de que el paso se concrete en Montevideo, el documento se presentará en simultáneo en todos los departamentos, asentando la idea de que “el cambio en Uruguay es inexorable” -como destacó ante la Mesa Política el presidente frenteamplista, Fernando Pereira- y con el “desafío” de ya ser el partido más votado en las elecciones internas.

Bajo la presidencia conjunta de Álvaro García y Ricardo Ehrlich, la Comisión Nacional de Programa discute desde hace más de un año y medio, todos los miércoles, qué ideas pretenden llevar adelante los frenteamplistas si reconquistan el gobierno, independientemente de quién sea el jefe de Estado.

Así se llegó a un documento preliminar de menos de 100 páginas, sintético, que comienza con un preámbulo de en qué condiciones se daría el traspaso de mando por parte del presidente Luis Lacalle Pou y consta de siete capítulos. Sumadas a Cultura, estas secciones son un espejo de los seis “espacios integradores” que se conformaron para debatir sobre distintos temas país que tienen puntos de contacto: desarrollo sostenible, bienestar colectivo, perspectiva de género, profundización de la democracia y construcción de ciudadanía, diversidad territorial y soberanía nacional en un nuevo contexto.

Cada uno de los espacios se nutrió de los insumos de algunas de las 31 unidades temáticas del FA, integradas por dirigentes y profesionales de distintas ramas, pero no necesariamente integrados a un sector. Además, cada delegado llevó a la comisión una lista de prioridades y énfasis que para su agrupación debería tener el eventual cuarto gobierno.

“El clima de trabajo es muy bueno. Se dispone de más información, más experiencia y no hay tanta dispersión de miradas como se podría creer. Estamos arribando a un muy buen puerto”, señaló García a El País.

Esta primera síntesis programática no solo es un adelanto para los votantes ya convencidos. También será el que los dirigentes llevarán a cada rincón del país en la tercera entrega de “El FA te Escucha”, un programa que -como había adelantado Pereira a El País- será rebautizado y tendrá un nuevo enfoque, dejando atrás la fase de autocrítica y escucha para darle paso a la devolución. A organizaciones de todo tipo, con las que ya se habían reunido, se les consultará si el documento refleja las inquietudes que habían planteado y, en la medida de lo posible, la Comisión Nacional de Programa evaluará si hay lugar a modificaciones sin perder el norte del partido.

A su vez, la Comisión de Interior del FA sigue de cerca este proceso porque -en palabras de su presidente, Aníbal Pereyra- es un “cable a tierra” para encauzar la discusión, ya que en cada región del país observan las prioridades de sus habitantes. Por ejemplo, dijo que en Rivera hay una marcada preocupación por la inseguridad, mientras que en los departamentos limítrofes con Argentina inquieta todavía más el desempleo.

Por esta razón ya se prevé que la versión final del programa explicite “énfasis” para cada región de Uruguay, en la búsqueda de respuestas específicas. En la misma línea se expresó Daniel Montiel, delegado del Movimiento de Participación Popular (MPP) en la Comisión de Programa, que señaló que para su sector el desarrollo en el interior es un tema prioritario: “En este quinquenio tenemos que plantear ideas que realmente den un salto cualitativo para toda la gente que vive allí, para que Uruguay pueda tener definitivamente un proyecto superador”.

Asimismo, de julio a diciembre habrá margen para que los integrantes de la Comisión Nacional de Programa hagan más aportes y terminen de despejar las diferencias sobre temas puntuales de la propuesta programática. Según supo El País, algunos que han generado más debate que otros son la gestión de la seguridad pública, el posicionamiento internacional de Uruguay en varias dimensiones, el rol de las Fuerzas Armadas, el vínculo entre el Estado y el sector privado y la educación, en particular el alcance del Congreso Nacional de Educación. Una fuente apuntó que en las áreas donde hay más diferencias, prefirieron “no dar declaraciones que no terminen diciendo nada”, sino seguir debatiendo hasta el último día para llegar a una redacción menos “lavada”, evitando así la “repetición de errores pasados”.

Diego Olivera, delegado de Fuerza Renovadora -que coordina con sus compañeros de Convocatoria Seregnista Progresistas- comentó que “la tónica general” de trabajo “es que este no es momento de definir asignaciones presupuestales, sino orientaciones, prioridades y objetivos”. Dentro de su sector se abordan distintos nodos temáticos y, por ejemplo, esta semana desarrollarán una actividad centrada en salud mental y adicciones, teniendo en cuenta “el impacto que tienen en la población especialmente vulnerable, tanto en situación de calle como privada de libertad”.

Un primer bocado de la apuesta del FA fueron los “seis compromisos por Uruguay” asumidos el 26 de marzo. Montiel se refirió al “gran desafío” de saber con qué Estado se encontrarían en 2025, atentos a la próxima Rendición de Cuentas. “Hemos tratado de tener una visión prospectiva, pero también dando respuestas a corto plazo que la gente necesita hoy”, dijo.

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Seguridad social: las claves del diálogo

Más allá de si el Pit-Cnt resuelve la promoción de un plebiscito para derogar la ley de reforma de la seguridad social, para el FA sigue vigente el compromiso de convocar a un diálogo nacional para reformular el sistema con base en nuevos criterios. “Si podemos darnos el próximo período para consolidar una nueva reforma, sería bueno, porque hoy las urgencias de sostenibilidad no son tan inmediatas. Podés tomarte ese lapso para repensar el sistema”, señaló el delegado socialista en la Comisión Nacional de Programa, Mauricio Zunino.

Este punto de partida, que implica que la discusión se daría de forma paulatina, no supone patear la pelota para adelante, sino que se procurará fijar de antemano ciertos lineamientos y aspectos centrales a abordar, aseguró. A título personal, Zunino mencionó “el fortalecimiento del pilar de solidaridad, la adecuación de inequidades y la corrección de sistemas muy inequitativos”. Dentro de esta categoría ubicó no solo al Servicio de Retiros y Pensiones de las Fuerzas Armadas, que suele ser la caja más señalada, sino “todas las paraestatales”.

Desde otros sectores también comienzan a proyectar cómo sería la reforma articulada por el FA. El potencial precandidato que lidera las encuestas, Yamandú Orsi, señaló el sábado pasado en el Comité García Lorca que el 2 de marzo de 2025 deberían presentar dos proyectos de ley. Uno que corrija la “injusticia” cometida en la nueva ley con respecto a las pensiones a la viudez, y otro que “derogue” las disposiciones sobre discapacidad en dicha norma.

En paralelo, propuso dar una “discusión profunda” de cuál es la reforma jubilatoria adecuada, “en el marco de una reforma de la seguridad social en serio”, donde —entre otras cosas— se contemple el Sistema Nacional de Cuidados y “el blindaje a la infancia”.

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