Las fotos de las encuestas que se van colocando encima de la mesa en la sede de Sumar -la plataforma política que sostiene la precandidatura de Laura Raffo- no invitan al optimismo. Ha habido excepciones -como un informe de la consultora Equipos de noviembre del año pasado que mostraba a la economista a pocos puntos de Álvaro Delgado-, pero la tónica desde que Raffo decidió embarcarse en su actual precandidatura ha sido la de un partido contra un rival que tiene todas las de ganar.
No por eso, sin embargo, reina el pesimismo en el comando de la precandidata, que esta semana sumó una nueva encuesta -de Opción- que la posicionó en segundo lugar entre las preferencias de los nacionalistas (19%), lejos del 61% que cosechó Delgado.
Porque para los dirigentes de Sumar -y, sobre todo, para los que integran el círculo íntimo de la precandidata- estos números eran “esperables” en función de los momentos políticos que atraviesan uno y otro. Señalan que mientras Delgado comenzó en febrero una fase intensiva de su campaña -con recorridas por todo el país, cartelería que se distribuyó por todas partes y clips diarios que su comando publica en todas las redes sociales-, Raffo mantuvo un perfil más bajo en las últimas semanas, hasta que el pasado 22 de febrero convocó a una conferencia de prensa para leer una carta sobre su historia de vida y dio inicio así a una segunda etapa de su campaña.
Por eso las fichas están puestas en las encuestas no del mes que viene, que reflejarán los movimientos de la opinión pública de marzo, sino en las de mayo -que mostrarán lo ocurrido en abril- e incluso en las de junio, según señalaron varias fuentes de Sumar.
“La campaña electoral propiamente dicha empieza en abril, luego de la Semana Santa”, valoró, por ejemplo, el senador Luis Alberto Heber. “A partir de allí empieza la campaña a full, hasta que llega junio, cuando esperamos que se dé una arremetida” de la precandidata, agregó en diálogo con El País el referente de la Lista 71 y uno de los dirigentes que integra la mesa chica de Raffo.
Y ese es un análisis compartido. “Cuando la ciudadanía es consultada, responde en función de los últimos acontecimientos -dijo por su parte el diputado también herrerista Juan Martín Rodríguez-. Y además soy de los que creen que las campañas serán cada vez más cortas y esta campaña está lejos de empezar”.
Antecedentes
En el comando de la precandidata también se aferran a las remontadas que protagonizaron Luis Lacalle Pou en 2014 -que venció sobre el final a Jorge Larrañaga-, el colorado Ernesto Talvi en 2019 -que ganó de atrás al expresidente Julio María Sanguinetti-, y al acercamiento que logró el frenteamplista Danilo Astori al ganador de la interna frenteamplista de 2009, José Mujica.
Son todas elecciones de los últimos años signadas por precandidatos que comenzaron perdiendo la interna en el mismo punto en el que está Raffo ahora y que cambiaron sustancialmente el panorama cuando llegó el último domingo de junio: a esta misma altura, Lacalle Pou estaba por debajo del 40% y Larrañaga por arriba del 50%; Talvi superaba por poco el 20% y Sanguinetti orillaba el 60%; y Astori estaba en un 30% contra el 50% de Mujica -y sobre el final la diferencia entre ambos fue de 10 puntos.
El otro concepto que circula en el equipo de la precandidata blanca es el “techo” que tiene tanto la economista como el exsecretario de la Presidencia, proyectado en el universo de nacionalistas “que estarían dispuestos a votar” a los precandidatos, señaló una fuente del comando de Sumar.
Porque de acuerdo a las mediciones que tienen los dirigentes que hoy siguen a Raffo, la economista tiene todavía espacio para crecer, mientras que Delgado ya habría llegado a su máximo.
“Su desafío va a ser mantenerse en el 60%, lo que no es fácil”, aventuró un integrante de Sumar.