En tren, en ómnibus o avión: cómo se hicieron las campañas electorales por todo el territorio nacional

Las estrategias de los candidatos a la Presidencia para estar cara a cara con sus votantes.

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El entusiasmo de los militantes acompañó el ómnibus de la Caravana de la Victoria del Partido Nacional en 1958.
El entusiasmo de los militantes acompañó el ómnibus de la Caravana de la Victoria del Partido Nacional en 1958.
Foto: Archivo El País

Redacción El País
Las nuevas normas electorales establecidas a partir de la Constitución de 1917 y que determinaron entre otras cosas la elección del presidente de la República por el voto directo de la ciudadanía obligaron a un gran cambio en las campañas: los candidatos debían presentarse cara a cara con sus votantes.

En un territorio de las dimensiones del Uruguay eso no plantea dificultades en el presente, pero en la década de 1920 no resultaba tan sencillo viajar a muchos puntos del interior, y menos con la celeridad que exige una campaña política.

Una iniciativa del Partido Nacional fue el “tren relámpago”, que llevó a su candidato Luis Alberto de Herrera y a sus allegados más cercanos por casi todo el país a partir de las elecciones de 1922. Durante su misión diplomática en Estados Unidos, a comienzos del siglo XX, Herrera observó cómo los candidatos hacían proselitismo pronunciando discursos desde el último vagón de un ferrocarril en cada estación y luego continuaban su viaje, por lo cual adaptó la idea al territorio uruguayo.

La gira se realizó en la semana previa a los comicios, que tuvieron lugar el 26 de noviembre. El País, que entonces apoyaba a Herrera (con los años el distanciamiento fue muy grande) anunció con detalle el recorrido y cada parada del convoy.

Un antiguo ómnibus de la compañía ONDA en pleno viaje por los caminos del interior.
Un antiguo ómnibus de la compañía ONDA en pleno viaje por los caminos del interior.
Foto: Archivo El País

El primer día, el lunes 20, el “tren relámpago” salió de Montevideo a las ocho de la mañana y tocó 15 localidades hasta llegar a Rivera en la madrugada del martes. El martes 21 fue de Rivera a Salto. El miércoles 22, de Salto de regreso a Estación Central. El jueves 23, de la capital hacia Melo. Y el viernes 24 emprendió el retorno hacia Montevideo. Si el pueblo era muy chico, la parada duraba cinco minutos. El tiempo se prolongaba cuando la localidad era más importante, hasta llegar a una media hora en las capitales departamentales.

La idea funcionó y se repitió en las siguientes elecciones, incluso por candidatos del Partido Colorado.

Para la campaña de 1942 la novedad fue el uso del avión. El Partido Nacional Independiente utilizó un De Havilland DH 90 Dragonfly, que pintó en su fuselaje el número de su lista: 97. Así, los candidatos al Parlamento Eduardo Rodríguez Larreta –uno de los directores de El País–, Héctor Paysée Reyes y José María Penco pudieron hacer su recorrida por varios departamentos en una semana.

El candidato colorado Tomás Berreta habla desde el vagón de un ferrocarril durante la campaña de 1946
El candidato colorado Tomás Berreta habla desde el vagón de un ferrocarril durante la campaña de 1946.
Foto: Archivo El País

El "avión relámpago" partió del aeródromo de Melilla el domingo 15 de noviembre y llegó hasta Salto, previa escala en Young. Al día siguiente voló a Artigas. El martes 17 aterrizó en Rivera y el miércoles 18 en Tacuarembó. El jueves 19 arribó a Melo, luego de realizar escalas en Fraile Muerto y Río Branco. El viernes 20 visitó Treinta y Tres y el sábado 21 pasó por Sarandí del Yí, ya de regreso a Montevideo. Además, se iban lanzando hojas de propaganda sobre las poblaciones que sobrevolaba.

La aeronave utilizada era un biplano con doble motor para cuatro pasajeros y un piloto. De origen británico, fue uno de los primeros aviones para ejecutivos tras su lanzamiento en 1936.

Campaña politica de Tabare Vazquez
El candidato frenteamplista y expresidente Tabaré Vázquez saluda desde el ómnibus partidario durante la campaña de 2014.
Foto: Archivo El País

Cuando las conexiones por carretera lo permitieron, el ferrocarril fue reemplazado por el ómnibus, que contaba con una ventaja clave: podía ingresar al centro de cada ciudad, seguido por una ruidosa caravana de automóviles particulares. Generalmente se utilizaba una unidad de la hoy desaparecida compañía Onda, convenientemente “tuneada” (aunque la palabra no existía entonces) con los colores partidarios y el nombre del candidato.

Este sistema fue utilizado por el Partido Nacional, el Partido Colorado y desde 1971 también por el Frente Amplio, aunque en el imaginario de las elecciones se lo asocia a los blancos desde la “Caravana de la Victoria” de 1958, cuando se alcanzó el gobierno luego de casi un siglo. Para Luis Alberto de Herrera estas recorridas eran particularmente importantes, ya que buen porcentaje de sus votos provenía del interior, pero también hay numerosas historias de la gira de Wilson Ferreira Aldunate en 1971.

En el siglo XXI, la necesidad de campañas más dinámicas determina que se combinen las recorridas en ómnibus o camionetas con viajes en aviones privados, alternando presencias en el interior y la capital.

La novedad: en 1942 se introdujo el avión como medio de transporte. Lo usó el Partido Nacional.
La novedad: en 1942 se introdujo el avión como medio de transporte. Lo usó el Partido Nacional.
Foto: Archivo El País

 

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