Enojo e indignación. Esas son las dos palabras que legisladores del Partido Nacional utilizan para describir el sentimiento que les generan las ramificaciones de la investigación sobre el exsenador Gustavo Penadés, imputado por 22 delitos, entre ellos, violación. Más allá de que la mayoría está convencida que cometió actos “aberrantes” de índole sexual con menores de edad, alertan que el imputado involucró a militantes en la trama que intentó montar para zafar de la prisión, que lo ubicaba en lugar de víctima de sus denunciantes, hipótesis que fue desmontada por la Fiscalía. El Ministerio Público considera que incurrió en una “estafa procesal” para la que utilizó la estructura estatal.

En principio son tres los militantes herreristas presuntamente involucrados que trabajan (o se desempeñaron) en oficinas públicas: dos exsecretarios suyos del Palacio Legislativo, Horacio Tejera y Ximena Portillo, y una funcionaria de la Corte Electoral, Graciela del Vecchio. A ellos les ordenó conseguir información reservada sobre determinadas personas, algunas que son víctimas. Portillo ya declaró en calidad de testigo ante la fiscal de Delitos Sexuales Alicia Ghione, que dirige la investigación, mientras que Tejera y Del Vecchio fueron citados en principio como indagados, pero, al momento de comenzar la audiencia, el 4 de octubre, les avisaron que deberían declarar como testigos, sin asesoría letrada, pero, por sugerencia de sus defensas, resolvieron no hacerlo hasta que quede clara su situación procesal.

Mientras la Corte Electoral dispuso una investigación administrativa, en estos tres funcionarios prima también la indignación con Penadés, aseguraron fuentes nacionalistas a El País.

El senador que quedó en su banca, Rodrigo Blás, definió a los tres funcionarios como “pobres desgraciados” que fueron víctimas de “un hombre desesperado”. El miércoles en el Senado, cuando defendía la gestión del ministro del Interior, Luis Alberto Heber, Blás pidió no confundir la conducta de dos o tres “funcionarios infieles” de la Policía que colaboraron con Penadés, con la institución policial, en la que trabajan más de 20.000 efectivos. “No mezclen a la Corte Electoral. Un funcionario de la Corte Electoral” está implicado en el tráfico de información reservada, planteó Blás, y agregó: “Porque si no, vamos a terminar pidiendo la renuncia de la vicepresidenta, porque estoy seguro que en este Senado también se hicieron llamadas, y hay asesores y funcionarios que trabajaban desde acá. ¿Y es la institución? No. Y si no es la institución acá, no es la institución en la Corte Electoral ni en la Policía”. Luego, dijo que se trata de funcionarios “infieles” o de “otros pobres desgraciados dependientes” a quienes “les hizo hacer lo que no correspondía y lo hicieron pensando en el bien”.

“Van a aparecer llamadas de un despacho que es medio mío hoy, que no lo uso, pero está la secretaría, y el mío está enfrente. Estoy seguro que desde ahí se llamó. ¿Me tengo que ir yo? ¿Se tienen que ir los senadores del Partido Nacional? ¿Nos tenemos que ir todos? Porque es el Senado, es un teléfono del Senado”, lamentó.

De las escuchas al entorno de Penadés surge que el exsenador le pidió a algunos de estos funcionarios que borraran información de sus celulares, informó El Observador. Dado que aún no está claro en qué calidad deben declarar Tejera y Del Vecchio, el abogado que los asesora solicitó una audiencia con Fiscalía para conocer su calidad procesal. Esta será el jueves.

El senador blanco Rodrigo Blás dijo el miércoles en sala que “en el ejercicio de su defensa, Penadés trató de comprobar algo, y hasta ahí está bien”, pero “para hacerlo hizo cosas ilegítimas”. Reconoció así la llamada “estafa procesal” señalada por la Fiscalía. Además, ayer justificó en una entrevista en Del Sol FM por qué, a pesar de que aún no hay condena judicial, el Senado lo expulsó por actos “indignos”. “Es bien claro que hay una acción de entorpecimiento de la Justicia. Eso está claramente comprobado, haya o no sentencia. Sabemos que existe. Pasó cerca nuestro. Y eso ya es un acto indigno”, dijo Blás al referirse a sus “asesores”, algunos de ellos parlamentarios, “que hicieron averiguaciones, llamadas, a pedido de Penadés”. Agregó que “será tema de la fiscal y la jueza ver si han actuado de forma infiel, de forma de dependencia, si eran conscientes”.