Luis Alberto Heber, un ministro muy cuestionado por la oposición, ya piensa en 2024: dice que un próximo gobierno debería sumar mil efectivos más de la Guardia Republicana y que a nivel de candidatos Laura Raffo es quien “le da más chances al Partido Nacional” para ganar las elecciones.
-¿Cree que van a bajar los homicidios al cierre de este período de gobierno? Porque los niveles hoy son similares a los de 2019.
-Han bajado con respecto a 2018 y 2019. Ahora, si van a bajar con respecto a nosotros mismos, ojalá que sí. Ya lo he dicho: son una consecuencia de una guerra que está dando el Ministerio del Interior a nivel de ciertos barrios de Montevideo, donde pululan las bocas de pasta base, donde hay 45 organizaciones que se disputan mucho el territorio.
-¿Eso significa que hay que acostumbrarse a estos niveles de homicidios?
-No, no. Acostumbrarse nunca. Estoy hablando de las causas de los homicidios. Más del 50% están vinculados al delito. Y en la medida que nosotros no busquemos atacar las causas difícilmente podamos revertirlo.
-Pero ir a las causas es un proceso de largo plazo. Mientras tanto, ¿estos niveles de homicidios son los que vamos a tener o hay posibilidad de que su administración pueda bajarlos?
-La posibilidad siempre la queremos y la deseamos. Pero no tenemos certeza. Tú me preguntas: ¿es factible bajar? Es muy difícil de saberlo. El mes pasado fue bajo; este mes por ahora no. Esperemos que no tengamos los niveles que tuvimos el año pasado. Lo cierto es que a esta altura del año estamos en 15 homicidios menos que el año pasado. No quiere decir nada porque son 15, en casi 380 que fueron el año pasado. Y otro tema que cambia la seguridad en este sentido es que los homicidios que involucran a la gente trabajadora bajaron a niveles inferiores incluso a los de 2012. En 2019 o 2018 había 50 de estos asesinatos. Eso ha caído estrepitosamente, es algo que da mucha más seguridad a la gente que sale y que antes tenía el temor de que la podían matar por una rapiña.
-¿Dónde entiende que está la principal diferencia con la gestión del exministro frentista Eduardo Bonomi?
-En todo. Es otro proyecto de seguridad. Hemos planteado una política de lucha contra el narcotráfico que no existía. Esto fue dicho no solo por nosotros sino por el (ex) fiscal de Corte Jorge Díaz. No había una política de combate al narcotráfico. Nosotros sí la tenemos, al punto tal de que creamos las brigadas departamentales de Montevideo y Canelones que habían sido desarmadas. Y pudimos así identificar 49 organizaciones en Montevideo, de las cuales totalmente desmanteladas son cuatro y hemos actuado en las otras 45 en 41 allanamientos y operaciones que hemos hecho. No es fácil, porque una organización puede llegar a tener hasta 25 bocas. Es una lucha sin cuartel que se da en una franja en Montevideo que está debidamente identificada y que es donde se dan las bocas de pasta base y en donde se cometen la mayor cantidad de los homicidios. Y de la administración anterior no recibimos absolutamente nada de información de cómo se operaba ni en el país ni en la región. Esta situación llevó a desplegarnos en el exterior para tener contactos con la Policía de toda la región. Y empezamos a tener una muy buena relación con la DEA. ¿Por qué se fue la DEA de acá? Esa es una buena pregunta.
-¿Por qué?
-No sé. Pregunten en la DEA.
-¿Su oficina va a volver a Uruguay?
-He insistido mucho en la embajada. Están en Buenos Aires pero vienen muy seguido para acá. Yo aspiro a que antes de terminar este gobierno la DEA esté acá.
-¿Hay más casos como el del narco González Bica que presentó documentos falsos en la Justicia sobre su salud para obtener prisión domiciliaria?
-Le puedo decir que hay más casos de gente peligrosa, narcotraficante, que está con tobillera.
-¿Le preocupa que esto sea una práctica recurrente?
-Me preocupa que tengan tobillera. Y si tienen tobillera es porque algún elemento llevó a convencer (a un juez). Me parece que hay que pedir la historia clínica y estar muy seguros de que realmente existe la enfermedad. Los narcotraficantes de esta envergadura tienen que estar bajo máxima seguridad. Y con estas cosas no me puedo quedar en silencio.
-Habiendo transcurrido ya varios meses, ¿cree que se podría haber evitado la entrega del pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset?
-Ya he dicho y reitero que nosotros hubiéramos podido avisar a Paraguay sabiendo que se estaba tramitando el pasaporte, no una vez que se otorgó. Ahí ya... Pero podíamos haber hablado con Paraguay, con quien tenemos un buen contacto.
-¿Dónde estuvo el fallo? ¿En la Cancillería, que no avisó?
-Primero en el decreto, el anterior, que no pedía antecedentes internacionales y que de pedirlos no se le hubiera dado el pasaporte porque había falsificado el pasaporte paraguayo. La Justicia de Emiratos Árabes soltó a Marset porque dijo que le creyó cuando afirmó que él no tenía nada que ver con la falsificación. Ahí hay un problema. Interpol de Emiratos nos dijo a nosotros, cuando le preguntamos por Interpol de Uruguay, que Marset no estaba preso cuando ese día había caído. Creo que el sistema no está bien. Y cuando se conoció que era un narcotraficante teníamos que haber tenido mucho cuidado en cada uno de los pasos y haber advertido quién estaba preguntando. En nuestro caso teníamos al subsecretario del Interior (Guillermo Maciel) advirtiendo a (su par, Carolina Ache) que era un narco peligroso. Pero ella dice que tampoco sabía. Veremos eso en Fiscalía.
-Pensando hacia 2024, ¿qué ve en Laura Raffo que no tiene Álvaro Delgado? ¿Por qué apoya a Raffo y no a Delgado?
-Es el momento de una mujer inteligente, capaz de conducir y quien le da más chances al partido.
-¿Dice que tiene más chances el Partido Nacional con Raffo que con Delgado en las elecciones nacionales?
-Es que es un tiempo en el que se le quiere dar a la mujer un protagonismo mayor y nosotros tenemos a una excelente mujer, que sabe hacer equipos, que tiene visibilidad y capacidad de explicar cosas complicadas en forma sencilla como lo hacía con sus reportes sobre economía. Eso fue lo que nos llevó a impulsarla como candidata a la Intendencia en 2020 y unánimemente toda la coalición la llevó. Y tuvo una muy buena votación a pesar de que no ganó. El Uruguay, además, no ha tenido la experiencia de tener una presidenta mujer.
-¿Puede remontar Raffo la distancia en las encuestas?
-El partido empieza en marzo, no ahora.
-¿Sumar, el proyecto político armado en torno a Raffo, qué viene para aportar como movimiento?
-Algo muy importante que viene diciendo Laura: continuidad con cambios. Es muy formidable lo que ha hecho el gobierno de Lacalle Pou, que no es solamente un gran presidente, sino un líder que el Partido Nacional tiene para mucho tiempo. Pero ahora no se trata solamente de continuar lo hecho por Luis. Hay que plantear nuevos temas porque hay nuevos problemas.
-¿Por ejemplo?
-En materia de seguridad hay que hacer una fuerte inversión. Es necesario tecnificar mucho más a la Policía. Y precisamos más efectivos en la Guardia Republicana.
-¿Cuántos?
-Mil. Y eso es importante. La gente, en todos los barrios, nos pide no solamente más patrullaje sino que sea la Guardia Republicana la que lo haga. La tenemos que armar, motorizar mejor y desplegar en el territorio. Todavía no hemos elaborado la propuesta con Laura, tenemos una mesa, estamos en plena elaboración, pero si me preguntan a mí, creo que tenemos que ir por cuatro cuarteles o bases más de la Guardia Republicana en un futuro gobierno. Uno en Treinta y Tres, otro en Colonia y dos en las puntas de Montevideo. Y de esos mil, setecientos tienen que estar en el Área Metropolitana.
-Va a renunciar para hacer campaña.
-Sí, en marzo. Ahí vamos a proclamar a Laura.
-Se hizo pública esta semana una denuncia contra su asesor ministerial Andrés Capretti por acoso sexual. ¿Tiene una postura al respecto?
-Hay una investigación interna en el Ministerio y hay una investigación en la Fiscalía. Si es culpable se va y si es inocente continúa.
-¿Ha hablado con el exsenador Gustavo Penadés, también investigado por la Justicia?
-Por teléfono mucho y hace pocos días tuve una reunión con él en la casa.
-¿Cree que hay una trama en su contra en la denuncia por presunto abuso sexual, como lo ha dicho él?
-Yo ya dije lo que tenía que decir. Incluso antes de que este tema estuviera en la Justicia. En aquel momento di mi parecer y dije que se lo estaba difamando y que creía en el amigo. Ahora hay muchos casos más que se tendrán que dilucidar en la Justicia y como ministro no debo hacer comentarios en estas instancias.
“Cabildo Abierto no tiene ánimo de reconstruir” la relación
-Cabildo Abierto sostiene que no se han cumplido algunos puntos del Compromiso Por El País, y reclaman especialmente que se abran más comisarías, tengan un rol más protagónico en el combate a la delincuencia y se tome un verdadero control de los barrios. ¿Qué responde?
-Del compromiso que hemos firmado juntos en la campaña hay dos puntos que nosotros podemos decir que no hemos cumplido a cabalidad. De varios. El primero es que no declaramos la emergencia en materia de seguridad. No declaramos la emergencia porque hicimos la ley de urgencia (LUC). Y allí se dieron armas realmente muy importantes para el combate al delito, además del respaldo moral y político a las fuerzas policiales. El otro punto que no cumplimos es haber hecho del Instituto Nacional de Rehabilitación un servicio descentralizado y en eso hemos cambiado de opinión.
-¿Respecto a las comisarías?
-Hemos abierto 146 seccionales y destacamentos nuevos en todo el país. Yo los invitaría, porque hablan con desconocimiento, a que concurran y vean que muchas de las seccionales que hemos abierto hacen labores de investigación. Pero cuando hay oídos sordos....
-No lo apoyó tampoco en la interpelación de fines de junio. ¿No es un socio leal de la coalición? ¿Cómo los ve?
-Creo que el affectio societatis ha sido lesionado, sobre todo luego del episodio que lamentablemente ocurrió con el Ministerio de Vivienda y todavía no hay ánimo en Cabildo para reconstruirlo. Pero nosotros tenemos que insistir. No es el mejor clima el que nos estemos pasando cuentas. Ahora, en la interpelación, por ejemplo, me parece que hubiera sido de orden que nos dijeran antes que iban a tener una postura distinta a la defensa de lo que venimos trabajando.