RENDICIÓN DE CUENTAS
El Gobierno pondrá varias fichas de la Rendición de Cuentas en la recuperación salarial.
La reunión del Consejo de Ministros tuvo un clima de armonía y distensión, en gran parte debido al optimismo del presidenteLuis Lacalle Pou y de la ministra de Economía, Azucena Arbeleche, que presentaron allí -y la secretaria de Estado lo hizo luego en conferencia de prensa- una nueva perspectiva de crecimiento económico que tiene el gobierno para este año y que animan al optimismo.
Lo que expresó Arbeleche luego ante los medios es que el Poder Ejecutivo tiene hoy “la tranquilidad de proyectar una nueva estimación de crecimiento económico, que es del 4,8%”, un punto porcentual por encima de la anterior proyección dada a conocer en febrero pasado. Y una mayor actividad económica -siguió la ministra- que vendrá acompañada de la creación de 40 mil nuevos puestos de trabajo.
Que la reunión fue distendida se notó desde el momento en que el presidente usó su frecuente sentido del humor en más de una oportunidad. Por ejemplo, a la hora de bromear sobre el extenso viaje que hizo el ministro Daniel Salinas por Europa y Washington -en el marco de su candidatura para dirigir la Organización Panamericana de la Salud-. O también en un intercambio que tuvo con la ministra de Vivienda, Irene Moreira, luego de que esta defendiera la solicitud de su cartera de contar con cerca de US$ 10 millones para reforzar el programa de Mevir. “Irene -la interrumpió el mandatario, según supo El País-, quedate tranquila que la plata para Mevir va a estar”.
Educación y salarios
Al margen de las bromas, la instancia tuvo en esencia dos ejes: uno vinculado a lo político y al rol que entiende Lacalle que tienen que tener de ahora en más los actores de la coalición de gobierno a la hora de hablar en público. Y el otro respecto al tema central de la convocatoria: las principales áreas que serán atendidas en esta instancia presupuestal.
Esos sectores que serán beneficiados -educación, seguridad y el postergado rubro de la ciencia, tecnología e innovación- ya habían sido adelantados en las últimas semanas en ruedas de prensa del presidente o de voceros del oficialismo luego de encuentros definitorios por este tema. Todo lo cual fue ratificado en la reunión del gabinete.
Pero hubo un punto tal vez no tan mencionado en tanto área como tal de esta Rendición en que Lacalle -y luego Arbeleche ante las cámaras- hizo particular hincapié: la prometida recuperación salarial para los públicos. Esto, de hecho, se llevará una parte bien importante del incremento del gasto -que todavía no fue definido, pero que será por encima de US$ 100 millones- porque el objetivo será lograr la ansiada recuperación total de la pérdida de poder adquisitivo de los trabajadores del Estado, cuyos sindicatos sostienen que es del 6%. Para esto, no obstante, faltan reuniones claves que tendrán esta semana representantes del gobierno con la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE), porque aún falta que se defina el porcentaje de pérdida real y la forma cómo se darán los ajustes. “Estamos en las etapas finales de esa negociación”, se limitó a decir Mieres en la conferencia, en la que igual destacó “la voluntad” de ambas partes de firmar el convenio.
No se habló aún de números precisos porque el gobierno usará todas las horas que restan hasta este jueves 30 de junio -cuando venza el plazo que da la Constitución para enviar la iniciativa al Parlamento- para “afinarlos”, pero todos saben cuáles son las referencias que tiene arriba de la mesa el equipo económico y que atenderá en mayor o menor medida: los US$ 23 millones que ha pedido el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, para renovar su flota, subir salarios y contratar más personal, y los US$ 60 millones que ha solicitado el titular de la Administración Nacional de la Educación Pública, Robert Silva, entre otros reclamos.
Los dos hicieron uso de la palabra. Heber destacó en grandes líneas su conformidad con la actuación general de los policías, y Silva hizo una exposición más larga acerca de la reforma educativa y sus desafíos, y reiteró el pedido presupuestal. Aquí también, como en los otros casos, Lacalle usó su humor para responderle “que no pidiera tanta plata”, según confió uno de los participantes, que recalcó el tono ambiguo de ese comentario, que osciló entre la broma y la seriedad.
En definitiva, esta será una Rendición “con una mirada de futuro, de crecimiento”, dijo Arbeleche, que recordó las diferencias con la del año pasado, en la que se atendió “una debilidad estructural” en la primera infancia y la vivienda.