COVID-19
Mañana se reúne el Grupo Asesor Científico Honorario (GACH) y el martes habrá Consejo de Ministros para analizar y definir.
Uruguay acaba la semana, y su primer año de pandemia, colándose en dos podios regionales. Es el segundo país con más porcentaje de su población ya vacunada con una dosis (solo superado por Chile), y es el segundo país con más infecciones nuevas en relación al tamaño poblacional (solo superado por Brasil).
Las autoridades sanitarias estiman que la “desafiante” marcha epidemiológica (como le llaman), no debería interferir en el ritmo de vacunación. Al contrario: sostienen que es el momento de apretar el acelerador, de priorizar la inoculación en la zona fronteriza (donde los casos positivos acumulados se duplican a razón de unos 30 días) y de hacer de la inmunización la medida prioritaria.
Más aún si se considera que de los grupos priorizados que ya podían vacunarse, hubo algunos que apenas superaron la mitad del listado de habilitados. Es el caso de los policías. Según cifras del Ministerio de Salud a las que accedió El País, de los 31.662 uniformados o funcionarios del Ministerio del Interior que estaban en la lista de habilitados, solo se administró la primera dosis a 16.175 (51,1%). Entre aquellos que requieren tratamiento de diálisis o esperan por un trasplante, se alcanzó el 60,8%. Los docentes y funcionarios del INAU llegaron al 61,3%. Y los militares consiguieron el 70,7% de cobertura.
El presidente Luis Lacalle Pou dijo que, por ahora, el Ejecutivo no está pensando en nuevas medidas de mitigación de la circulación comunitaria del virus. En todo caso, la estrategia parecería pasar por la persuasión: el Ministerio de Trabajo comunicó que siguen vigentes las resoluciones que exhortan al teletrabajo, y el ministro de Salud reiteró, en cuanta oportunidad mediática tuvo, la relevancia de mantener las medidas de higiene y distanciamiento.
Pero en los últimos días se quebraron varios récords y el martes habrá un Consejo de Ministros de evaluación de la situación y posible toma de nuevas medidas. Ocurre que se está en la cifra más alta de personas transitando la infección, la cifra más alta de ingresos diarios a cuidados intensivos, la cifra más alta de promedios de casos positivos nuevos en relación a los habitantes, y la cifra más alta de departamentos en zona roja según la clasificación de la Universidad de Harvard.
Claudio Sosa -profesor titular de Ginecotocología, doctor en Epidemiología y uno de los coordinadores del documento con recomendaciones que publicó en febrero el equipo de científicos que asesora al gobierno- dice que, en el escenario actual, “es razonable que haya que tomar alguna de las medidas planteadas” por el GACH.
Por ello los coordinadores y subcoordinadores del grupo científico se reunirán mañana. “Hay que evaluar cuáles son las (acciones) más factibles, ser creativos, considerar que la ciudadanía cumpla y pensar también en los tiempos: a veces conviene una medida intensa y corta... al estilo de shock”, dice Sosa.
El documento científico planteaba que, con la incidencia de casos de Uruguay (que llega a la zona de más riesgo según la Organización Mundial de la Salud), podría pensarse en la limitación del aforo del transporte interdepartamental, en la suspensión de torneos deportivos, cierre de gimnasios, de teatros y bares, entre otros. Eso sí, aclara Sosa, “Uruguay todavía tiene margen en su sistema sanitario, entonces ese es un punto a considerar: esto no es ciencia exacta en donde dos y dos son cuatro e inmediatamente se activa una medida”.
En este sentido, su colega Hamlet Suárez, otro de los autores del documento de recomendaciones, explicó que “las medidas no siempre son sinónimo de una restricción de la movilidad o una cuarentena. Por ejemplo: el haberse priorizado la vacunación de los adultos en la zona de frontera es una buena acción cuando la variante del virus P1, cuya mayor transmisibilidad ya se ha demostrado, está circulando masivamente en Brasil”.
Entre los científicos que asesoran al gobierno, sin embargo, hay quienes recomiendan medidas tendientes a la reducción de la movilidad. El Observatorio Socioeconómico y Comportamental, que se creó a instancias del GACH el pasado diciembre y tiene entre sus coordinadores a Fernando Filgueira, Alejandra López y Ricardo Bernardi, ha elaborado dos informes cuyas conclusiones apuntan a lo mismo: “No se identifica país occidental en donde con los niveles de movilidad presentes se haya controlado la epidemia por períodos prolongados. De hecho, Uruguay es el que más lo logra entre una decena de países que lo hacen”.
En el último de estos informes, cuya revisión final fue hace un mes pero nunca se hizo público, los académicos explican que “tampoco existen países entre los seleccionados (con características similares a Uruguay) que, luego de presentar circulación comunitaria y pérdida de trazabilidad (positividad superior al 5%), hayan logrado aplanar o disminuir el ritmo de contagios sin medidas vinculantes fuertes no farmacológicas y/o sin una importante caída de la movilidad”.
El promedio de test positivos sobre el total que se realizan supera, en las dos últimas semanas, el 11%. En eso el escenario se asemeja al observado en el pico de diciembre. Pero hay algunas diferencias que podrían incidir en la toma de decisión.
El crecimiento de ocupación de camas de CTI es más acelerado: en solo tres semanas la ocupación de camas pasó de 69 a 117. Pero, sobre todo, la transmisión comunitaria está más di- seminada por el país y el área metropolitana dejó de ser el principal motor de los nuevos contagios.
De hecho, en Montevideo la pérdida del hilo epidemiológico actual es alta, pero menor a la registrada en la fase exponencial de diciembre: 35% vs. 45%.
Suárez dice que, en este contexto, “sería razonable pensar algunas medidas por regiones”. En Rivera, el departamento con más riesgo según la escala de Harvard, el comité de emergencias recomendó la suspensión de las clases por 15 días aunque la ANEP todavía no lo resolvió y fijó la clausura de bares y restaurantes antes de las 23 horas.
Río Negro, en donde los casos acumulados se duplican cada 15 días, el gobierno departamental resolvió el cese de actividades religiosas y sociales, y limitó el horario de los bares. En otras zonas, como Tacuarembó y Colonia, se extendieron las medidas que ya estaban vigentes.
La excepción es Artigas. Pese a que el departamento fronterizo está en zona roja, las autoridades locales entendieron que había demasiada fatiga social y el viernes habilitaron las reuniones por cumpleaños, los partidos de fútbol cinco y las carreras de caballos con protocolos.
El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, dijo en entrevista con El Observador que “la voluntad (del gobierno) es mantener una economía condicionada pero abierta y apelar mucho a la conciencia”. El documento del Observatorio Social, en cambio, expresa que “la responsabilidad individual sigue siendo fundamental, pero sin un cambio en las restricciones y en los apoyos sociales para enfrentar las mismas es complejo avizorar una ralentización epidémica”.
Así, el debate de qué hacer se vuelve a instalar tras la peor semana en un año de pandemia.
Habilitarán vacunación entre los 50 y 70 años
En 11 días de vacunación, Uruguay se posicionó como el segundo país de Sudamérica con mayor porcentaje de su población vacunada (al menos con una dosis). Y esta próxima semana puede ponerse a tiro para superar a Chile, quien ya cuenta con más del 30% de sus habitantes inoculados. Porque el Ministerio de Salud habilitará el martes la agenda de vacunación para las personas entre 50 y 70 años (inclusive) de todo el país. Si el plan se desarrolla sin contratiempos, este nuevo grupo poblacional podrá vacunarse a partir del jueves con las dosis de Coronavac (laboratorio Sinovac).
Según las proyecciones de poblaciones del Instituto Nacional de Estadísticas, para este año habría en Uruguay 776.327 personas entre 50 y 70 años. Quiere decir que esta franja representa el 22% de la población uruguaya. Eso sí: algunos de los docentes, policías, personal de salud y militares que ya podían vacunarse puede que estén dentro de esas mismas edades.
A las 13 horas del martes llegará al país el segundo embarque de vacunas de Coronavac. Esta vez la partida es de 1.558.000 dosis. Con estas se podrá cubrir a nuevos colectivos, como a la nueva franja de 50 a 70 años -para quienes la agenda se abrirá este martes- y la población carcelaria.
El miércoles, además, arribará el avión que trae 50.310 dosis de Pfizer(vacuna que funciona con ARN mensajero y que se está administrando al personal de salud, y luego se dará en los residenciales).