La advertencia del comandante en Jefe del Ejército, Mario Stevenazzi, de responder por vía judicial a las “difamaciones” que pueda recibir a partir de ahora esa fuerza fue con “el conocimiento, el respaldo y la autorización” del ministro de Defensa, Javier García. Se abre así una nueva polémica política en plena campaña electoral sobre uno de los temas con los que la izquierda se ha mostrado más crítica.

En diálogo con El País, García reconoció que puede haber un debate legítimo sobre el tema. “Otra cosa son la difamación y las injurias”, agregó, con una advertencia directa al Frente Amplio (FA).

“No puede ser gratis difamar y atacar a las Fuerzas Armadas para unificar a la izquierda cuando se acercan las elecciones”, advirtió el ministro. “Que se busquen otro tema”.

En la editorial del último número de la Revista del Ejército, consignada por Búsqueda, Stevenazzi advirtió: “Cuando se mienta o se ofenda a la fuerza, debemos buscar mecanismos que nos permitan reparar ese daño hacia el público interno, pero también hacia el público externo”. Se hará, dijo, eligiendo mecanismos que estén “dentro de la ley”.

A inicios de diciembre, Defensa denunció penalmente al exdiputado frenteamplista Luis Puig (PVP) luego de que, en el programa Desayunos Informales mencionara “denuncias sistemáticas” referidas a que en los liceos militares “se estimula la violencia física” hacia y entre los alumnos.

La izquierda aguarda expectante a si el ministro cumple lo anunciado. Y en algunos sectores se da por sentado que deberá hacerlo.

El diputado Daniel Gerhard (PVP) acusó al comandante del Ejército de querer “condicionar el debate político” en pleno período electoral. En declaraciones a El País, el legislador se preguntó si el Ejército -y también García- considerarían una ofensa que se hable de una institución “con un sistema de retiros privilegiados” o de un cuerpo “con demasiados efectivos y con una dimensión sin sentido” para lo que es el Uruguay. Gerhard acusó a García de actuar con “excesivo celo” defendido los “intereses corporativos” del Ejército por encima de los del país.

“Hay que repensar qué Fuerzas Armadas necesitamos” insistió Gerhard, al ratificar dos propuestas programáticas que lejos están de tener unanimidad en la interna frenteamplista y que siguen pendientes de definición.

“No debemos participar más en misiones de paz y los liceos militares no deben seguir existiendo”, señaló sobre el planteo del Partido Socialista, respaldado por el PVP y los demás grupos que integran Izquierda y Libertad. Gerhard afirmó que la formación militar específica debe ser en instituciones terciarias, no secundarias. Gerhard reconoció que esta postura representa una minoría en la interna, aunque recordó que se trata de un planteo con un “fuerte arraigo” en la tradición de la izquierda.

En el Movimiento del Participación Popular (MPP), la senadora Sandra Lazo se preguntó “qué presiones internas” debe estar soportando” el comandante -al que consideró un hombre de diálogo- para efectuar declaraciones de un tenor que, afirmó, se parecen a un amenaza.

Lazo, de todas formas, aun cuando reivindicó el derecho a la libertad de expresión de sus correligionarios, se desmarcó de las declaraciones efectuadas por otros sectores del FA sobre los militares y aseguró que “no son orgánicas”, “más allá que el ministro García pretenda hacer ver que son de todo el Frente Amplio”. “No podemos decir que son prácticas constantes”, dijo la senadora, en referencia a las presuntas torturas en el liceo militar. En todo caso, agregó, existen ámbitos legales para denunciar esas prácticas.

Consultada, Lazo garantizó la disposición al diálogo de su sector. Advirtió sin embargo que primero se debe debatir “por qué y para qué” se quieren eliminar los liceos militares o no participar más de las misiones de paz.