OBITUARIO
Wilsonista por elección, Larrañaga ganó su primera intendencia de Paysandú con 34 años y desde allí se catapultó hasta ser parte de las figuras destacadas de la política.
"El Guapo" usaba la bandera del Partido Nacional al revés, con el celeste arriba y el blanco abajo. Es que Jorge Washington Larrañaga Fraga decía que esa era la forma de mostrar que siempre se estaba en lucha, en guerra, en el combate. En la primera línea de la batalla para trabajar desde el Partido Nacional por el Uruguay. Y esa será la idea que muchos recordarán del líder del sector blanco Alianza Nacional, quien este sábado falleció a causa de un paro cardiorrespiratorio en Montevideo.
Wilsonista por elección, Larrañaga ganó su primera intendencia de Paysandú con 34 años y desde allí se catapultó al escenario nacional para desafiar el liderazgo del ex presidente Luis Alberto Lacalle de Herrera en la campaña electoral de 2004.
Allí triunfó entre los blancos y si bien fue derrotado en la elección nacional de octubre por el líder frenteamplista Tabaré Vázquez, sin las chances de pasar a la instancia de balotaje, con él al frente del Partido Nacional obtuvo la mayor votación: 35%.
Es “chapa” fue la que entusiasmó a Larrañaga para levantarse de aquella derrota que colocó a la izquierda por primera vez en el poder, y volver a insistir cinco años después por la revancha.
Pero la suerte electoral en 2009 le volvió a dar un revés con el triunfo del herrerismo, y “El guapo” cerró filas para mostrar una fórmula unitaria con Lacalle de Herrera. “Primero el partido”, repitió en varias oportunidades durante las negociaciones políticas para fortalecer a los blancos en la competencia con el Frente Amplio.
La figura creciente de José Mujica se impuso a los blancos en aquella carrera y Larrañaga volvió a apretar los dientes, y convertirse desde su banca del senado en el principal referente de la oposición política en ese periodo.
Eso lo llevó a varias charlas con el presidente Mujica en su chacra de Rincón del Cerro, que el ex mandatario recordó en conversación con Subrayado de Canal 10. “Trabajador incansable y comprometido y bueno en el hondo sentido del término”, dijo.
En 2014 se preparó para ser presidente de la República y así se largó como favorito en la interna blanca. Pero en ese momento irrumpió la figura del joven Luis Lacalle Pou que sorprendió rompiendo los pronósticos. Y otra vez Larrañaga tras la derrota –y luego de masticar un rato de bronca refugiado en Paysandú– aceptó secundar al nuevo líder blanco.
“Es un bicho político”, aseguran los que lo conocen más en la interna. Por eso no dudó en volver a salir a la cancha en 2019. Ahora sí ya con un escenario de chances reales para permitir la vuelta del Partido Nacional después de 30 años.
Y “El Guapo” vivió otro duro revés político. Ya no con la derrota en la interna de Lacalle Pou que arrancó como favorito, sino con un outsider del sistema, y desconocido por los blancos, como fue el empresario Juan Sartori. Incluso soportando campañas consideradas desleales, inéditas para el sistema político uruguayo.
Pero Larrañga aceptó y tomó impulso para en la carrera a octubre para mostrar su mejor versión. Tendió la mano a Sartori, se alineó a la estrategia de Lacalle Pou y salió a juntar votos para los blancos. Incluso soportando un fortísimo dolor de espalda que le imposibilitaba estar parado mucho tiempo, como suelen exigir los actos políticos.
“Sí, las fotos que quieran, pero vení y sentate al lado mio, mija, que salimos más flacos”, bromeaba Larrañaga cuando se le acercaba algún militante para retratar las tan repetidas selfies de campaña.
Los que lo conocen mencionan dos palabras para describirlo: franco y frontal. “Se convenció de algo y era una topadora”, comentó Javier García en Telemundo de Canal 12.
Apasionado por los caballos y el turf. Ese era uno de los lugares que elegía para refugiarse cuando quería escapar del trajín político. Troyano Plicck, Andrezza, Eliot Ness eran algunos de los pingos de Larrañaga que laurean en Maroñas. Eliot Ness fue quizás uno de los que le dio la felicidad más intensa cuando ganó en tiempo récord el Gran Premio Maroñas del 6 de enero de 2014.
Es por esta pasión inmensa que mostraba por los caballos, que el Hipódromo Nacional de Maroñas decidió suspender las carreras que estaban previstas para mañana, informó el periodista Héctor García.
El triunfo de los blancos le abrió un desafío que no había barajado nunca antes: asumir el mando en el Ministerio del Interior. “Bailar con la más fea es poco. Pero me gusta”, contó a El País minutos antes de la primera entrevista como ministro.
“Murió guapeando contra la delincuencia”, dijo el intendente de Maldonado, Enrique Antia a Subrayado de Canal 10, haciendo referencia al apodo del líder blanco.