El presidente del Frente Amplio (FA) recibió a El País en la sede de la calle Ejido, a seis días del triunfo de Yamandú Orsi. El conductor de la fuerza política lo sigue disfrutando, pero también prepara el nuevo rol que deberá cumplir la izquierda con uno de los suyos al frente del gobierno. Pereira habla de resistir la “tentación de cogobernar” y de la necesidad de que el FA “acompañe” al Ejecutivo y le “traslade” los reclamos que lleguen desde la sociedad. Pereira valoró el resultado electoral, habló de un triunfo colectivo y adelantó que “no será el FA el que resuelva los temas del gobierno”. Que no se gobernará en “asamblea permanente”.
-¿Qué valoración ha hecho del triunfo de Yamandú Orsi en el balotaje?
-Fue un trabajo intenso, de varios años, de la fórmula, de Yamandú y Carolina, y del Frente Amplio, que nos trajo hasta acá. Un partido que tenía 30% de intención de voto en 2021 y en 2022, llegó al 49% en la segunda vuelta. Esto es un enorme avance para cualquier partido. Para cualquiera, aumentar cinco puntos de una elección a otra, y aumentar cinco más entre la primera vuelta y la segunda, es tremendo. Y esto el pueblo frenteamplista lo vive. Uno se da cuenta que en la calle hay alegría. Mucha gente nos saluda, nos abraza, nos agradece. Aunque no tienen que agradecer. Otro valor fue la cantidad de jóvenes que participaron. Hay que ver lo que fue el domingo.
-¿Se logró se objetivo de contactar a un millón de personas que ustedes se habían planteado durante la campaña?
-Sí, muy ampliamente. Seguramente, en la última semana de la campaña militaron entre 30.000 y 40.000 personas. Fue escandalosa la cantidad de gente en todo el país.
-¿Cuánto influyó esa movilización en el resultado?
-El resultado fue que un gobierno, que decía que fue un gobierno que había que reelegirlo, no fue reelecto. Hay una victoria del Frente Amplio, que no se puede objetar, y hay una derrota de (Luis) Lacalle Pou, que no fue reelegido.
-¿Hubo errores del gobierno?
-Fue un gobierno que no rindió lo que la gente esperaba. Durante 40 meses, la gente ganó menos que en 2019. Perdió 7.500 millones de dólares.
-¿Cuál va a ser el rol del Frente Amplio en un gobierno presidido por Yamandú Orsi? ¿Cómo evitar que el gobierno se “trague” a la fuerza política, como pasó en cierta medida en anteriores administraciones?
-Aprendimos. Yo, por ejemplo, me voy a quedar acá. Cualquiera se podría tentar, en mi lugar, de que un lugar en el gobierno podría tener. La primera conversación que tuve con Yamandú fue clara en el sentido de que yo me iba a quedar acá. Y que buena parte de la Mesa Política, el Secretariado y la Presidencia, se va a quedar. Es una decisión.
-¿Se lo había visualizado a usted como parte del gobierno?
-No sé. Pero convenía que no lo hiciera. No solo porque me comprometí con el pueblo frenteamplista, sino porque estoy convencido de que tiene que haber un Frente Amplio sólido para acompañar al gobierno y para atender los reclamos que la sociedad tenga y trasladarlos al gobierno. Son tareas bien distintas a gobernar. Es una tarea a largo plazo, para fortalecer al partido y pensar todo un proceso que lleve a un ciclo progresista. Es un trabajo tan enorme como el que hicimos para llegar a 2024 con chances de ganar.
-¿El presidente electo ha consultado a la fuerza política sobre eventuales nombramientos?
-No. Todos podemos vernos tentados a comentar. Pero conviene que lo resuelva el presidente. Otra cosa son los contactos sectoriales. No creo en la corresponsabilidad, ni él tampoco.
-¿Existe la tentación de cogobernar?
-Puede llegar a existir. ¿Cómo uno la limita? No metiéndose.
-¿Se piensa en el Frente Amplio como una especie de nexo entre el gobierno y la sociedad?
-Nexo y trabajo político. Poder transmitir también a la sociedad las cosas que el gobierno está haciendo. En el interior, hay obras del Frente Amplio que ningún habitante percibe que fueron obras del Frente Amplio. Construimos 50 escuelas en cada período de gobierno. Es necesario que esa comunicación entre el partido y la sociedad funcione de forma permanente. Que nuestros militantes tengan claro las cosas que se están haciendo.
-¿Sería como una caja de resonancia de la gestión del gobierno?
-Se trata también de recibir las demandas que van a llegar. En todo este tiempo, las organizaciones sociales estuvieron muy golpeadas. Lógicamente, van a venir reclamos, porque entienden que ahora habrá un gobierno que tiene mejor oído que el que va a terminar.
-¿Esto implica opinar sobre la gestión del gobierno? Hay un documento de 2004 que se pretende actualizar que habla de evitar “un gobierno en asamblea permanente”...
-Eso no va suceder. El que va a velar por el cumplimiento del programa será Yamandú, y los ministros que designe. La que va a velar por un Frente Amplio fortalecido será la Presidencia del Frente Amplio y militantes, una herramienta fundamental sin los cuales no hay nada.
-¿El Frente Amplio tendrá opinión en temas importantes, como hizo en 2018 cuando definió la aprobación del TLC con Chile?
-Si hay tema de esa volumen, obviamente pueden laudarse. Allí habrá una asamblea, pero no habrá asamblea permanente. No será el Frente Amplio que el resuelva los temas del gobierno. Será el gobierno. Y el gobierno no será el que resuelva los problemas del partido. Este círculo virtuoso de diálogo tiene que funcionar perfectamente, y en eso estamos trabajando. Por suerte, tenemos un presidente electo que fue militante de base, entiende lo que es la participación y lo que espera de él el pueblo uruguayo.
-¿Desde el punto de vista político, cómo define al Frente Amplio de hoy con respecto al de 2019? Hay un claro predominio del MPP…
-El MPP viene ganando la elección hace mucho tiempo. Es el 40% del Frente Amplio. Ya presidió el Uruguay, con José Mujica, y no avasalló al resto de los sectores. Y menos se espera que Yamandú lo haga. También es verdad que fueron bien votados, y eso todo el mundo lo reconoce. Son frenteamplistas. Tengo tanta confianza en ellos como en el resto de los compañeros.
-¿Por qué dijo que el resultado de estas elecciones fue un “gran revés” para Lacalle Pou?
-Hay una derrota de Lacalle Pou, que no fue reelegido. Lacalle eligió participar de la campaña, a mi gusto violentando la Constitución, participando en la discusión por el plebiscito. En la segunda etapa, nadie hizo más campaña que Lacalle Pou en el Partido Nacional.
-¿Fue más una derrota de Lacalle Pou que de Álvaro Delgado?
-Sin duda. Se reelegía el gobierno de Lacalle, no el de Delgado. Se reelegían las políticas de Lacalle. De hecho, fue el primer candidato a senador para que desde allí empujara. Claramente, es el gran derrotado.
-¿Cuánto pudo haber influido en el triunfo del Frente Amplio la irrupción de José Mujica en el último tramo de la campaña?
-Pepe influye siempre. Fui a conversar con él el sábado (antes del balotaje). Llegó también (Ruben) Rada. Fue una linda conversación, de las que nunca más me voy a olvidar. Pepe se arrepentía de no haber hecho más, y yo le agradecí el enorme impulso que nos había dado. Pero que todo el trabajo, de Carolina, de Yamandú, de la campaña, funcionó a la perfección. Cuando hay unidad en la izquierda, la gente lo nota. Pepe sintió la necesidad de participar, y creo mucho en los hombres que militan toda la vida. Mujica es el líder más representativo del Uruguay.
-¿A quién prefiere para negociar dentro de la futura oposición?
-Hay varios dialoguistas y varios que no.
-¿Lacalle Pou, Delgado, Ojeda o Bordaberry? ¿Cuál sería?
-Si me preguntás, Bordaberry. Es un hombre que ha demostrado ser dialoguista dentro del Parlamento. También Delgado fue en su momento negociador. Lo puede retomar si le queda el liderazgo del partido. Pero eso lo definirá Orsi. En estos días hemos recibido señales positivas. Luego, habrá que gobernar y ver si esas señales se concretan. Estoy muy esperanzado en que sí, porque el Uruguay precisa acuerdos.
-¿Piensa en otro período como presidente del Frente Amplio?
-Voy a cumplir mi mandato hasta 2026 y ahí pensaré qué hacer. Ya tendré 61 años. Evaluaré en qué circunstancias me encuentro, qué apoyo tengo, si la gente sigue pensando en que puedo seguir dando una mano y hasta qué momento eso debería suceder. He dejado la vida en esto. No he tenido fines de semanas libres, pero también lo he disfrutado. Uno de los mayores honores que he tenido es ser presidente del Frente Amplio. El otro es haber sido presidente del Pit-Cnt.
-¿Está descartada una posible candidatura a la Intendencia de Montevideo, como se había manejado en determinado momento?
-Totalmente.
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