El combate al delito fue uno de los ejes centrales durante la campaña electoral. Tanto Yamandú Orsi como Álvaro Delgado basaron parte de sus discursos en destacar, según el foco de cada uno, las falencias o los puntos fuertes que tuvo el actual gobierno en este aspecto.
Uno de los planes que el Ministerio del Interior impulsó durante la actual gestión fue aquel que buscó llevar a los barrios más críticos los llamados “interruptores de violencia”. Al momento de ser lanzado generó desconfianza en filas frenteamplistas, que actualmente lo tienen bajo la lupa de cara al próximo período de gobierno.
Desde abril, dos ONG se encuentran trabajando en las zonas de Montevideo con mayores niveles de violencia, según investigaciones de la cartera. Se trata de Vida Nueva y Eco Familia, que recibieron capacitaciones de Cure Violence, una organización internacional que trabaja en varios países de Latinoamérica.
La zona 1 trabaja en Villa Española, Marconi, Casavalle, Peñarol, Manga y Las Acacias, y tiene su punto de encuentro en el Centro de referencia de Políticas Sociales Aparicio Saravia. La otra tiene su sede en el Hospital del Cerro y abarca los barrios Casabó, Cerro, Cerro Norte, La Teja, Tres Ombúes y La Paloma.
En los meses que lleva en marcha este plan, las zonas han tenido una pareja cantidad de intervenciones. La segunda fue la que tuvo más, con 71, mientras que en la zona 1 fueron 66 las acciones de las organizaciones.
Si bien el plan cuenta con financiamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) por cuatro años, y las ONG tienen contrato renovable cada un año, el próximo gobierno puede cortar la iniciativa en caso de no estar convencido sobre su funcionamiento.
Fuentes cercanas al equipo de trabajo de Orsi señalaron a El País que todavía no ha sido discutida la continuidad del proyecto, y que de eso se encargará el próximo ministro del Interior, que será anunciado entre hoy y mañana. “Creemos que es algo que se tiene que analizar”, sintetizaron los consultados.
En una entrevista realizada a fines de 2023 por El País al actual ministro del Interior, Nicolás Martinelli, este habló sobre la “necesidad” de continuar con los proyectos comenzados por la actual gestión. “Honestamente no veo un próximo gobierno tirando por la borda un trabajo que está dando resultados, no importa qué partido gane”, había dicho en ese momento.
Por su parte, el coordinador de Estrategia de Seguridad Integral y Preventiva de la cartera, Diego Sanjurjo, dijo recientemente a El País que su recomendación es “continuarlo y aplicar las recomendaciones que se hagan en las evaluaciones”. “Los equipos tuvieron un gran proceso de aprendizaje, creo que puede tener un impacto enorme”, dijo.
Actualmente se está llevando adelante una evaluación de proceso por parte del académico Emiliano Rojido, que analizará los primeros meses del programa para hacer un balance y hacer recomendaciones metodológicas.
Resultados
Si bien el plan Barrios sin violencia está en marcha desde abril, no fue hasta junio que comenzó a crecer la cantidad de intervenciones. A excepción de algunos meses, las acciones de las ONG han ido incrementando, llegando a 31 en noviembre. En total, con datos relevados hasta el 30 de noviembre, se llevan 137.
En los barrios, los equipos de dividen en duplas, que a su vez trabajan en conjunto con dos técnicos que se encargan de supervisar e intervenir en el proceso. Su objetivo es identificar situaciones de violencia, o que puedan desencadenar en ella, y hacer lo posible para evitarla una cadena de daños.
Las acciones de las duplas son categorizadas según el nivel de riesgo, que se divide en alto, medio o bajo, según la peligrosidad de la situación. El 80% de las intervenciones han tenido un riesgo medio o alto, según informes a los que pudo acceder El País.
Los tipos de eventos son variados. Pueden ser desde conflictos familiares o vecinales, hasta la presencia de grupos delictivos barriales o amenazas y violencia letal que involucra a bandas de narcotraficantes.
Cuando las duplas toman conocimiento sobre estas situaciones, intentan comunicarse con los protagonistas para buscar “una solución que no involucre la violencia”, según contaron desde la coordinación del proyecto a El País.
Del total de intervenciones hasta el momento, el 65% ya fueron resueltas, mientras que las restantes siguen en proceso.
Los barrios involucrados en este proyecto son muchos, pero en los meses que se ha llevado adelante se han marcado claras tendencias sobre cuáles son las zonas en las que los grupos han tenido que poner mayor atención. En los que se registró más actividad fue Casabó, Tres Ombúes, Cerro, Cerro Norte, Peñarol y Lavalleja.
Según los registros que manejan los integrantes del programa, las intervenciones fueron en su mayoría de tarde -64-, mientras que se registraron 42 en la noche, 24 de mañana y solo ocho durante la madrugada.
El coordinador del programa, Diego Rivero, explicó a El País que tienen tres objetivos. Estos son la interrupción de la violencia, el acompañamiento a personas en riesgo y activar la sensibilidad comunitaria.
“Nuestra meta es llegar a las sesenta intervenciones por mes para tener un mayor impacto en la estadística”, aseguró.
Presentan libro blanco del sistema penitenciario
En el marco de las medidas que el Ministerio del Interior impulsó durante la actual gestión, este martes serán presentados los principales resultados del libro blanco del sistema penitenciario, realizado por un equipo que encabeza la investigadora Ana Vigna. El documento aborda los lineamientos estratégicos hacia dónde orientar la reforma del sistema penitenciario. Contendrá recomendaciones para obtener resultados a corto, mediano y largo plazo.
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