El “moderado” optimismo que decían tener los dirigentes del Frente Amplio se diluyó a las 20:10 horas, cuando el centro de cómputos del partido informó al comando de Yamandú Orsi que la diferencia estimada sobre Álvaro Delgado era de 3% del electorado, de unos 70.000 votos, indescontable. Entonces, Rafael Michelini salió del hotel NH Columbia y sonriente abrazó a Rony Corbo con señales de victoria. En los minutos posteriores, la alegría fue brotando al principio de a poco entre la dirigencia hasta que los miles de militantes que se reunieron en la rambla estallaron a las 20:30 al escuchar el anuncio de las encuestadoras.

Orsi esperó los datos en la habitación 616 del hotel, la misma que usó José Mujica hace casi 15 años, el domingo 30 de noviembre de 2009, cuando fue electo presidente. “Las cábalas sirven”, dijo a El País el jefe de campaña de Orsi, Alejandro Sánchez, tras confirmarse la victoria del candidato frenteamplista.

“Volvimos. ¡Vamos que volvimos!”, repetiría luego Sánchez decenas de veces, o quizá cientos, en cada abrazo con sus compañeros. “La ventaja es mayor a la de Lacalle en 2019”, diría a algunos de ellos, un dato que celebró el comando del vencedor. La fórmula formada por Luis Lacalle Pou y Beatriz Argimón logró hace un lustro 37.042 votos más que Daniel Martínez y Graciela Villar, mientras que al cierre de esta edición la diferencia entre Orsi-Cosse y Delgado-Ripoll era de 95.206.

Foto: Leonardo Mainé.

A pesar de la amplitud del triunfo, Orsi esperó casi una hora el llamado de Delgado en el que reconoció su derrota y felicitó a su contrincante. Tres minutos después, sobre las 21:20, lo llamó Lacalle Pou para felicitarlo y, como publicaría inmediatamente en la red social X, para ponerse “a las órdenes y empezar la transición apenas lo entienda pertinente”.

Hay quienes cuestionan el concepto de búnker aplicado al lugar donde los presidenciables esperan los resultados electorales, pero en el caso del hotel NH Columbia, en la rambla Gran Bretaña de Ciudad Vieja, se ajustó al término, ya que fue usado como refugio para protegerse de bombardeos mediáticos. Orsi entró por una puerta trasera del hotel a las 18:30, luego lo hizo su familia y una hora más tarde, su compañera de fórmula, Carolina Cosse. El resto de los dirigentes que estaban acreditados usó la puerta principal y para la prensa se acondicionó una carpa frente al edificio. Asesores vigilaron con celo que los periodistas no se acercaran al ingreso, mientras algunos dirigentes se acercaban a los micrófonos para dar sus impresiones sobre la jornada.

A unos 100 metros del hotel, sobre un escenario montado en la rambla con tres pantallas gigantes, Paola Dalto y Dj Calientacama se alternaron en las bandejas, la primera con preferencia por el hip-hop y el segundo por la música tropical. Miles de frentistas aguardaron los resultados embanderados, bailando o en sillas playeras, muchos de ellos con caretas de Orsi. Al confirmarse la victoria, se multiplicaron los abrazos y los llantos. “A redoblar” sonaba por los parlantes.

La vicepresidenta del Frente Amplio, Verónica Piñeiro, descargó en el hall del hotel su alegría en un llanto que se extendió por algunos minutos. El desahogo inicial decantó en algarabía cuando la fórmula electa bajó las escaleras hacia ese hall a las 21:30, pero pronto dejó lugar a la tensión. Es que, tras el encuentro con la dirigencia, Orsi y Cosse cruzaron una puerta secundaria hacia el exterior del hotel, cuando dos avalanchas -la de los periodistas y camarógrafos, y la de la dirigencia exultante que seguía a la fórmula- chocaron e hicieron trastabillar a la vicepresidenta electa. Entonces, la seguridad partidaria ordenó abortar ese plan y los exintendentes de Canelones y Montevideo regresaron sobre sus pasos y usaron una salida alternativa para acceder al escenario.

Luego de sus discursos, la fórmula emprendió el regreso al hotel por una pasarela vallada a la que se acercaron, entre otros, la senadora electa Blanca Rodríguez y la diputada reelecta Ana Olivera.

La lluvia incipiente llevó a Cosse a apurar el paso para entrar rápido al hotel, pero Orsi se detuvo a saludar a militantes. “Vamos que se viene el agua”, pidió la periodista, mientras aplaudía. “¡Presi!”, le dijo Rodríguez a Orsi al saludarlo, y el mandatario electo le agradeció.

“Vamos a volver, a volver, a volver, vamos a volver”, corearon luego militantes por las calles cercanas bajo una lluvia mansa que cerró la jornada cívica.

Foto: Estefanía Leal.

Mónica Valente, secretaria ejecutiva del Foro de San Pablo y miembro del Ejecutivo Nacional del Partido de los Trabajadores de Brasil, fundado por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, celebró la victoria del Frente Amplio. “Para toda América Latina este triunfo es importantísimo, porque vuelve un gobierno comprometido con el pueblo, con sus deseos, sus necesidades: con la salud, la educación, la vivienda y la seguridad”, dijo Valente a El País. La dirigente petista agregó que “eso será un aliento para la lucha por la justicia social y el desarrollo en toda América Latina y el Caribe”. ¿Orsi es un exponente del Foro de San Pablo? “Yamandú es un exponente del Frente Amplio, y el Frente Amplio es un partido que ha fundado el Foro, que lo ha construido y nos enseña muchas cosas, como la construcción de la unidad. Los uruguayos y uruguayas del Frente Amplio son los maestros de la unidad y es algo que aportan al Foro de San Pablo; es un ejemplo para nosotros”, respondió Valente. El Foro surgió en 1990 a partir de la convocatoria de Lula y Fidel Castro a partidos, movimientos y organizaciones de izquierda para “reflexionar sobre los acontecimientos post caída del Muro de Berlín y los caminos alternativos y autónomos posibles para la izquierda de América Latina y el Caribe, más allá de las respuestas tradicionales”. La enviada del PT también contestó que con Orsi en Torre Ejecutiva “sin duda va a mejorar” la relación de los gobiernos de Brasil y Uruguay, aunque aclaró que “Lula tiene relación con los presidentes elegidos por la gente independientemente de su posición política o ideológica”. Valente prevé regresar a Uruguay con Lula en marzo para la asunción de Orsi.

Foto: Ignacio Sánchez.