SALUD PÚBLICA

El octágono negro que alerta por excesos de azucares, grasas saturadas o sodios en los paquetes de alimentos sigue ocasionando cruces entre el gobierno y la oposición. Sin embargo, las autoridades de la actual administración sostuvieron ayer que no han modificado las pautas que fueron establecidas por la última administración de Tabaré Vázquez.

A mediados de setiembre un decreto del actual gobierno resolvió parámetros más estrictos del nivel de grasas y azúcares en los alimentos, para decidir cuáles debían llevar los hexágonos en sus paquetes. El cambio motivó reclamos del sector empresarial, que alertaba que esos números se alejaban de los aceptados por el Mercosur. Así fue que en los últimos días se dio marcha atrás, y se ajustó nuevamente la norma a los niveles iniciales que fueron planteados por el Frente Amplio.

Esto abrió un nuevo debate político, ya que desde la oposición sostienen que el gobierno nacionalista de Luis Lacalle Pou cedió terreno al lobby empresarial, y que lo hizo en desmedro de la salud de la población.

En declaraciones a Telemundo (Canal 12), el ministro de Industria, Energía y Minería, Omar Paganini, afirmó ayer que el decreto actual mantiene los mismos parámetros de sodio, azúcares, grasas totales y grasas saturadas para alimentos sólidos que el que fue publicado durante el gobierno del fallecido expresidente frenteamplista.

Paganini explicó que para el decreto publicado en setiembre de 2020 -que revisó las unidades que se utilizan para la base de cálculos cambiando calorías por gramos- se usaron valores que corresponden a una fase ulterior del proceso. Y que para su elaboración se utilizó un procedimiento similar al que ha implementado Chile, que es el modelo en el que se basó la norma uruguaya. Sin embargo, contó Paganini, el gobierno uruguayo entendió que había sido “demasiado exigente” para lo que ameritaba una primera etapa de un proceso que debe ser gradual y razonable.

Por ese motivo fuentes oficiales del Poder Ejecutivo explicaron a El País que luego de volver a analizar la medida, y de consultar a la academia y a los actores interesados en el proceso técnico, decidieron dar marcha atrás y volver a los valores que proponía el decreto de Vázquez. A su vez, la corrección que se planteó ahora mantuvo las cifras en gramos y no en calorías como se planteó en el gobierno pasado.

Del decreto del Frente Amplio también se tomó la excepcionalidad para la lactosa, frutas y verduras, y los frutos secos, algo que ahora ha sido muy cuestionado por técnicos que trabajaron y apoyaron la norma original, sostienen las fuentes.

Desde el gobierno dijeron que el decreto actual contó con el aval explícito del Ministerio Salud Pública y remarcaron que la decisión tiene como objetivo final “generar hábitos alimenticios saludables en la población”, al mismo tiempo de lograr una reeducación por parte de la industria para estar dentro de los “parámetros deseados”.

La norma que está vigente desde el lunes establece que el límite de sodio es de 500 miligramos cada 100 gramos; el de azúcar, de 13 gramos; el de grasas totales, de 13 gramos; y el de grasas saturadas, seis gramos.

En el decreto inicial, el de Vázquez, se planteaba que el límite de sodio era de 520 miligramos cada 100 gramos; el de azúcar, de 13 a 23 gramos; el de grasas totales, de 13 gramos; y el de grasas saturadas, de 4 a 8 gramos.