El próximo miércoles la ministra de Salud Pública, Karina Rando, recibirá a su sucesora, Cristina Lustemberg, en lo que será el primer encuentro mano a mano entre ambas en lo que respecta al proceso de transición.

El encuentro, que se llevará a cabo en la sede central de esa secretaría de Estado, tendrá como uno de sus ejes la situación de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE). En particular, la deuda que ese organismo viene generando con sus proveedores y que, todo parece indicar, quedará a cargo de la próxima administración. En ese sentido, las futuras autoridades procurarán información que les permite clarificar la situación y el alcance de esos adeudos.

La deuda en ASSE, indicaron a El País altas fuentes del gobierno electo, no se debe necesariamente a la falta de fondos, sino a una decisión de aplazar pagos para, se indica, mejorar las cuentas de este gobierno al cierre de 2024.

Es un aspecto que ya ha sido mencionado en otros ámbitos del Estado por parte de las autoridades entrantes: el traslado de gastos generados este año al año próximo, lo que le permitiría técnicamente al actual gobierno bajar el déficit fiscal con el que cerrará 2024 y trasladar ese diferencia al próximo gobierno.

Un informe en poder de las nuevas autoridades, al que accedió El País, indica que al 31 de diciembre ASSE debía unos $ 8.000 millones. El Ministerio de Economía y Finanzas liberó la mitad de esos fondos, por lo que el organismo hoy, se indica, debe unos $ 4.500 millones, incluyendo los gastos generados en el último mes de año. A la cotización vigente al último día de 2024, equivale a unos US$ 102 millones. En términos generales, se trata de lo que el organismo destina en forma anual solo a medicamentos, para casi sus 1,5 millones de afiliados.

Entre otros adeudos, el informe apunta a deudas por diversos servicios, alimentación y contratos con médicos y no médicos. También servicios adeudados a algunas mutualistas. En algunos casos, se indica,el atraso en los pagos excede los seis meses.

Estos datos, extraoficiales, fueron confirmados este lunes por varios integrantes del nuevo Poder Ejecutivo, que retomó las reuniones de transición.

El País intentó, sin éxito, contactarse con los integrantes del directorio del prestador público y el MEF. Consultado al respecto, el gerente financiero de ASSE Juan Behrend dijo a El País: “La deuda es algo dinámico porque estamos pagando en forma diaria”. Ante la repregunta de en qué orden se ubica el monto que debe ASSE, se excusó diciendo: “Eso, con las autoridades”.

Una de las claves que procura despejar la futura administración es, justamente, si el actual gobierno ordenó a las empresas públicas adelantar ingresos o, bien, postergar egresos en 2024, en particular en lo que refiere a a deudas con proveedores. La situación fue planteada la semana pasada por el designado subsecretario de Economía y Finanzas, Martín Vallcorba. "De existir, mejorarían el resultado fiscal de 2024 en detrimento del de 2025", indicó.

En el nuevo equipo económico se aguarda, además de esta información, algunos datos que se consideran esenciales para la futura gestión económica. Por ejemplo, los números del cierre fiscal de 2024 o la proyección fiscal pasiva para el año que viene, actualizada.

"No hay nada nuevo" se limitó a señalar este lunes el futuro ministro, Gabriel Oddone, cuando se le consultó sobre si le habían enviado la información requerida.

Este lunes El País habia informado que, desde el gobierno de Luis Lacalle Pou, se señaló que el equipo de la actual ministra, Azucena Arbeleche, le "transmitió” al de Oddone que se “mantenía la proyección presentada en la Rendición de Cuentas, a lo que se agregan las inversiones o gastos que el MEF está recopilando de los distintos ministerios y Presidencia”; y que “una vez reunida la información (alguna aún en proceso) se le comunicará a Oddone”.

Con respecto al déficit fiscal de 2024, se indicó que será publicado el 31 de enero de 2025.

Varios proveedores de ASSE, algunos de los cuales vienen vendiendo servicios al ente desde hace más de una década, confirmaron los atrasos denunciados y afirmaron que se trata de una situación que nunca antes se había constatado.

“La explicación que me hace ASSE es ‘no tengo plata’”, dio uno de ellos a El País.

Si bien el plazo de pago se había extendido algún mes más puntualmente, no se había registrado antes una demora en seis meses para cobrar sus servicios. Toda esta situación ha generado que varias empresas evalúen si siguen vendiéndole al Estado, así como también subir los precios para mantenerse durante los meses que no cobran.

Lo que circula en los corrillos del sector es que el impago de ASSE respondería a que el gobierno saliente quiso “bajar” el déficit fiscal, trasladando lo adeudado el año pasado para este año, que asumirá el gobierno el Frente Amplio. “La deuda la tenés, no la estás pagando”, señaló otro proveedor sobre la deuda.

“Tenemos una espalda que tiene un límite”, graficó un proveedor. Entre los proveedores de mediano porte, no se ha planteado en el sector un cierre inminente de empresas por el impago de ASSE. “Antes cobrabas bien”, lamentó un proveedor, en línea con otros.

La inquietud también está a nivel sindical indicaron a El País desde la Federación de Funcionarios de Salud Pública (FFSP). "Tenemos problemas muchas veces con las empresas tercerizadas porque las grandes, las multinacionales, tienen la espalda, pero si a una cooperativa o una empresa del interior no le pagan de corrido no puede con los salarios”, dijo un dirigente.

"Tenemos que andar denunciando en el Ministerio de Trabajo y las autoridades de ASSE para que le paguen a los trabajadores”, marcó otra fuente sindical. “Desde ASSE nos dicen que es una decisión de la gerencia administrativa, pero es que no tienen fondos para cerrar el período y están tirando todo para adelante”, agregó en esa línea un reconocido sindicalista.

Desde la FFSP también denunciaron que ASSE en varias ocasiones se ha contactado con proveedores ofreciendo el pago al instante si aceptan una quita de la deuda, así como también transferir solo el dinero para pagar salarios, y evitar así posibles movilizaciones sindicales.

“Con las empresas de alimentos a veces hay problemas, porque ASSE no paga a la carnicería o frutería, y los nutricionistas o encargados de despensa exigen que les entreguen la comida”, relató otro integrante de la FFSP, señalando que antes estos eran casos más esporádicos. “Podía haber un atraso de un mes o dos meses en el pago, pero nunca esto”, resaltó.