La senadora nacionalista Graciela Bianchi afirma tener un deseo. Un deseo que, sabe, técnicamente será imposible de cumplir y que, políticamente, no le dejarían hacer realidad. “Ser director de un liceo no se aprende por vidas ni se aprende por libros. Si hay algo que yo quisiera volver a ejercer es la dirección del Liceo Bauzá”, aseguró. "Sigo siendo directora en el alma".

Su deseo fue expresado este martes en la Comisión de Educación del Senado, en la que el Consejo Directivo Central (Codicen) informó sobre los pormenores del conflicto que se vive el IAVA. Un tema sobre el que realizó una larga exposición, que incluyó un análisis desde su visión como docente.

En diálogo con El País, Bianchi expresó que su deseo de volver a ejercer ese cargo responde a su voluntad de "dar una mano" en la implementación de la transformación educativa que comenzó a aplicar este año el Poder Ejecutivo. También, apuntó, para seguir trabajando en el proyecto educativo que pretendió aplicar en el Bauzá y cuya columna vertebral, explicó, se basaba en el concepto del "ejercicio de la autoridad legítima, el respeto y los valores".

La senadora realizó un particular análisis de la situación que se vive en el IAVA y que, a juzgar por sus declaraciones, está lejos de responder solamente a los reclamos de los estudiantes agremiados. “Acá ninguno es inocente”, dijo. “Todos vimos en las fotos de las sentadas que había dirigentes políticos y gremiales, que sí son los que dan las órdenes”, señaló.

Durante la sesión de comisión con el Codicen salió a colación el tema del famoso video a realizado a través de una cámara oculta en el que la aún directora Bianchi aparece discutiendo con un grupo de alumnos del Bauzá, del que se recuerda particularmente su pregunta de "¿Perdón?". La senadora le dijo a El País que está convencida que su difusión terminó beneficiando en cierto sentido a su posterior carrera política.

Foto: @dges_Uruguay

"Pueden preguntar a mis alumnos si se negociaba el salón gremial", les dijo a sus colegas en la comisión. "Estaba bajo control de la dirección. "Les daba llave a los alumnos, pero yo tenía una copia", recordó. Al respecto, dijo haber sentido vergüenza al ver a través de la televisión uno de los graffitis que adorna la pared del salón gremial del IAVA. "Decía, 'hetero sorete' y no sé qué otra cosa más", se alarmó. Bianchi se preguntó si la dirección del liceo puede considerar que ese tipo de cosas pueden resultar naturales.

Para Bianchi, lo que sucede en el IAVA parece propio de una "dimensión desconocida". Allí aludió al término "amotinamiento", que es como desde ciertos sectores se describió la actitud de los estudiantes de ese liceo y aprovechó para recordar una serie de circunstancias que le tocó vivir como directora del Bauzá, incluyendo cánticos agraviantes por parte de "ciento y pico" de estudiantes pese a lo que, aseguró, jamás sancionó a ninguno.

Bianchi reconoció que los alumnos tienen derecho a expresarse, siempre que lo hagan con respeto. “A lo que no tienen derecho los adultos es a usar a los muchachos”. Recordó también a los que no fueron consultados sobre si querían ocupar o no, y no se atreven a hacer otra cosa. "Muchas veces tienen miedo, doy fe", dijo. "No es fácil enfrentarse a determinadosdirigentes sindicales".

La senadora nacionalista marcó también la diferencia entre lo que sucede ahora en el IAVA y lo que ocurría en sus épocas como directora. “Nos agarraron del pescuezo y nos dieron contra las verjas en las ocupaciones, y nunca hicimos denuncias”, aseguró. En su exposición trazó un paralelismo entre esta ocupación del IAVA y una que se dio en 1996. "Es igualita" dijo, con la diferencia que hoy hay "muchos menos estudiantes". La razón: "se ve que la gente aprendió o están en un 60% de deserción, que es tremenda".

Bianchi marcó otra diferencia: los estudiantes de hoy tienen una formación mucho menor. "Todo el mundo sabe de las discrepancias que yo puedo tener con Leandro Grille (periodista y director de Caras y Caretas), pero era el mejor estudiante que tuve en el liceo Bauzá en años", aseguró. "Era uno de los dirigentes, igual que (Alejandro) "Pacha" Sánchez, que hoy senador. Me duele ver y escuchar cómo se están expresando los estudiantes en este conflicto", sostuvo.

La senadora reparó en particular en Gerónimo Sena, el alumno que oficia de vocero del Gremio Estudiantil del IAVA. "No tengo ningún problema sobre cómo se viste, pero me preocupa cómo habla", señaló. A su juicio, el "avasallamiento" del idioma español es uno de los problemas más grandes que se viven hoy. Bianchi cuestionó la manera en la que el joven, en los últimos días, se refirió al director de Seguridad y Convivencia del Ministerio del Interior, Santiago González. "Le tomó el pelo, y es algo que no se lo podemos permitir a los menores de edad, a nuestros hijos ni a nuestros nietos", sostuvo. "Si queremos realmente educarlos en libertad, los chicos necesitan límites".

Foto: Juan Manuel Ramos

En nombre del Partido Nacional, la senadora dejó en claro la postura sobre la suspensión y sumario al director del IAVA, Leonardo Ruidíaz. "Lo del director no se negocia, no se puede negociar", afirmó. "Invertiríamos el Estado de Derecho". Cuestionó a Ruidíaz por "confundir los roles" y "mimetizarse con los estudiantes", algo que a su juicio es lo peor que puede hacer un director.

La ocupación de 1996, recordó la senadora, dejó de "rehenes" a los alumnos de esa época. "Había un trancazo político entre determinados partidos, a los que yo pertenecía, y los sindicatos".

Bianchi aprovechó para recordar para que en ese momento el general Líber Seregni ya había renunciado a la presidencia del Frente Amplio. A su entender, ambos hechos tuvieron vinculación. Recién tras las gestiones de Seregni, remarcó, el conflicto comenzó a destrabarse. "Esto lo iba a contar en un libro pero ya, a esta altura, no lo voy a escribir", dijo.

La mención le valió a la senadora una reprimenda del presidente de la comisión, el frenteamplista Sebastián Sabini, que le pidió que limitara a hablar del tema previsto en la convocatoria. "Yo voy hablar lo que quiera", concluyó Bianchi, que le pidió a su colega que no se excediera en sus facultades.

Durante su exposición Bianchi aludió al motivo aparente del conflicto que hace varios días afecta al IAVA: la intención de las autoridades de construir una rampa de acceso a través del salón gremial que utilizan los estudiantes. A la senadora le parece insólita esa discusión, pero la aprovechó para realizar un comentario de "sentido común".

A su juicio, un ascensor -como que el está el IAVA y que está roto desde hace cuatro años- en un instituto de Bachillerato "va a romperse cada cinco minutos". En su opinión, debería ser reservado para los chicos con alguna dificultad de movilidad. "Si lo usan todos los alumnos, antiguo o nuevo, no resiste". Bianchi puso como ejemplo los ascensores ubicados en el Palacio Legislativo. "Están más rotos que sanos".