Gustavo Leal: "Pensar que esto es hacer política es de miserable"

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Gustavo Leal. Foto: Estefanía Leal

TRAS LA REMOCIÓN DEL JEFE DE POLICÍA

"Esto que yo estoy haciendo no es política partidaria. Si el ministro (Jorge Larrañaga) entiende eso, está confundido. Capaz que ese es el problema", dijo Leal a El País.

Gustavo Leal dedicó la jornada de ayer a dar su punto de vista sobre la remoción del jefe de Policía de Montevideo, Erode Ruiz, a raíz de una reunión que mantuvo con él sin el aval del ministro Jorge Larrañaga.

El sociólogo y exdirector de Convivencia y Seguridad llegó a su enésima entrevista del día, y mientras intentaba silenciar su celular, preguntó: “¿Querés tener una evidencia de lo que es la información?”. Entonces mostró los mensajes de una mujer que en ese momento le escribía por Instagram contando que la habían expulsado de su casa a tiros. De esos, dice, recibe “decenas”, y a pesar de todo seguirá buscando la forma de trasladárselos a la Policía.

-¿Usted se considera político?

-Yo soy una persona que hace política pública. Me interesan los temas públicos. He tenido gestión pública, pero creo sobre todo en las políticas públicas de largo aliento. Me interesa la construcción de capacidad estatal y lo he defendido siempre. En 2002, plena crisis, fui el coordinador de un proceso de discusión entre todos los partidos, la central sindical y la Iglesia católica, para hacer un documento sobre las políticas sociales.

-Ahí no estaba vinculado al Frente Amplio.

-No.

-Desde que se vincula al FA, ¿se puede decir que hace política partidaria?

-Esto que yo estoy haciendo no es política partidaria. Si el ministro entiende eso, está confundido. Capaz que ese es el problema. Esto es un ciudadano que recibe una información como la que te acabo de mostrar. Involucrarse no es hacer política partidaria, es ser un ciudadano comprometido y sensible. Al Uruguay le hace mal la grieta, el ellos y nosotros.

-Cuando dice grieta, asume que usted está del lado del Frente Amplio.

-No.

-Del gobierno que se fue.

-Bueno, yo estuve en la administración anterior, sí. El ministro dice ‘los que estuvieron antes fracasaron, nosotros vamos ganando’. Eso dijo el otro día, cual hincha de fútbol. Él ahí está trazando una grieta, y lo peor es que se lo dijo a los policías, y eso cayó pésimo. Porque la mayor parte de los policías actuales estuvieron también en la gestión anterior. Entonces, que te digan que sos parte del fracaso traza una línea equivocada porque los propios policías dicen ‘¿y yo dónde estoy?’. Si él conociera el funcionamiento de la Policía, vería que está horadando su propia autoridad.

-Volviendo a usted. Además de estar en la administración anterior, fue el candidato a ministro del Interior del presidenciable del Frente Amplio. ¿Eso no es ser político?

-Pero lo que digo es que una cosa es hacer política partidaria, y otra es hacer política pública. Otra es tener la mínima sensibilidad con las personas.

-Le pregunto esto porque el senador Charles Carrera dijo que si usted hubiera sido político, en ese caso Ruiz sí tendría que haberle consultado a Larrañaga. Pero como usted “no es político”, no era necesario.

-Yo fui como un ciudadano que recibe esto (señala su celular). ¿Y yo qué voy a hacer con esto?

-¿Usted fue como un ciudadano cualquiera o como parte del gobierno anterior?

-Esto me llega porque tuve mucha visibilidad trabajando con muchos testigos. La gente conoce y a veces me referencian. Esto es como cuando un profesor se jubila del liceo: si viene un chiquilín y le hace una consulta, trata de orientarlo. Creo que el ministro ve fantasmas donde no los hay, y eso habla de alguien que es muy inseguro. Saca una circular para que informen de qué van a hablar y lo cuenten por escrito antes. Es dificilísimo construir una política pública de seguridad sobre esa base. ¿Sabés lo que genera en la Policía? Congela.

-¿No cree que Ruiz debería haber consultado a Larrañaga antes de reunirse con usted?

-Yo creo que Ruiz, que tiene 50 años de servicio policial, hizo lo que estimó correcto. No fue una reunión privada.

-Usted sabía que la reunión en Jefatura podía comprometer a Ruiz; de hecho, le propuso reunirse en otro lado.

-Yo le pregunté porque a veces hay malos entendidos y runrún, como esta cacería de brujas que están haciendo ahora. Pero él me dio una explicación que me convenció. Me dijo: ‘Gustavo, yo soy el jefe de Policía, puedo recibir a quien quiera’.

-Usted ya sabía que iba a haber problemas.

-A mí me parece que lo que sucedió es insólito. Es un profundo error y una pésima señal para la Policía, porque genera un clima de miedo y de falta de respaldo. En instituciones complejas necesitás que las personas asuman desafíos y tomen decisiones. No podés estar arriba de todo; tenés que confiar en tu gente, y que después te reporten. Ahora es al revés, todas las decisiones las tienen que informan. Es un freno de mano.

Gustavo Leal. Foto: Estefanía Leal
Foto: Estefanía Leal

-¿Qué “runrún” pensó que podría generarse?

-Es que el ministro se ha dedicado a generar una grieta que ahora ya es una zanja, permanentemente hablando de la gestión anterior, de lo que se hizo antes. ¿Por qué trazar esa línea de hostilidad? El ministro debe elevar la mira.

-La semana pasada Larrañaga respondió a los senadores que lo citaron para dar explicaciones de su gestión. Dijo: “Creo que en el Frente hay gente que está enojada porque fracasaron, perdieron, y también porque no pueden soportar que estamos teniendo resultados muy superiores a los que ellos tenían”. Usted ha dicho que Larrañaga tiene rencor, pero al parecer él también ve rencor en el FA.

-Preguntale a él. A mí me cuesta entenderlo. Yo no hice ninguna declaración pública hasta ahora. A mí me han llamado todos los medios desde el 1° de marzo, y a todos les he respondido que no; que hay que dar tiempo, que los temas de seguridad son complejos. Yo estuve ahí.

-¿Cuál es su vínculo con el FA hoy?

-Soy votante del FA. Pero yo hablo con todo el mundo. Hablo con gente del gobierno que no está muy de acuerdo con esta grieta que está construyendo Larrañaga. Si yo hubiera sido ministro, lo primero que habría hecho era reunirme con todos los exministros del Interior, y pedirles tener un equipo de apoyo. Porque como estuve ahí, en lugares concretos y no en el discurso, soy consciente de que se necesita elevar la mira. Cuando voy al velorio de la policía Daniela Da Silva, el 6 de marzo (como fui a todos los velorios porque eran compañeros míos de trabajo), y me suena el teléfono de alguien que me dice que fue testigo presencial, yo tengo la obligación moral de informarle a la Policía y tratar de convencer a ese ciudadano de que hable. Eso no es política. El que piensa que eso es política, es un miserable. Eso es simplemente tener conducta humana.

-Al decir eso parece despegarse de la política.

-No, no. Me refiero a esa acción concreta. Si yo quisiera favorecer la grieta, le diría a esta señora que me escribió ahora: no es mi tema, cambió el gobierno. Yo tengo una actitud de compromiso y prefiero que un homicidio se aclare. Yo quiero que el ministerio mejore las estadísticas, incluso mejor que la administración anterior. Ojalá. Porque solo el que estuvo cerca de víctimas o familiares entiende la importancia de que se haga justicia.

-Ahora que no está Ruiz, ¿a quién va a entregar la información?

-Al jefe de Policía.

-Después de todo esto puede generarle un problema a Mario D’Elía, el jefe interino.

-Si el jefe de Policía tiene un problema por recibir información…

-Pero viendo lo que pasó con Ruiz, ¿cómo va a proceder?

-Diciéndole ‘tengo esto’. Si él decide hacer oídos sordos a una cosa como esa -supongo no lo va a hacer-, será su responsabilidad. Pero él es profesional. Si viene un ciudadano y dice ‘mirá lo que está pasando’, los policías están especializados para discernir y chequear la información.

-¿Por qué cree que le escriben a usted y no a alguien que actualmente esté en funciones?

-No lo sé. Capaz que porque no hacen ese trabajo.

-¿Cómo definiría ese trabajo?

-Es estar en los barrios, estar con la gente, trabajar muchas horas. Yo estaba desde las 8 de la mañana hasta las 8 de la noche. Responder. Interesarte por los temas. Involucrarte. Esa mujer (la que le escribió al comienzo de la entrevista) está pidiendo un asesoramiento. Yo tengo una historia larga de trabajo social y me involucro con las cosas. Si me llega algo así, yo me ocupo. Esté en el ministerio o no esté. Este lío que el ministro armó es un profundísimo error. Haber sacado a Erode es un profundísimo error. Ojalá revean la decisión.

-Usted dijo que no hicieron transición con usted. ¿Eso podría haber ayudado?

-Ah, es muy probable. Yo trabajé enero y febrero, no me fui de licencia, pensando que alguien iba a venir. Pregunté varias veces, no se sabía quién estaba designado, y me fui sin saber. Después me enteré de quién era la persona, y por un conocido supe que era chofer y secretario de Larrañaga.

Gustavo Leal. Foto: Estefanía Leal
Foto: Estefanía Leal

-¿Nunca intercambió con él (Santiago González)?

-Se ve que no tenían interés.

-¿Cuál es su situación laboral? ¿Está trabajando?

-No. Estoy buscando trabajo.

-¿De qué tipo?

-Me he presentado a llamados académicos y en algunas áreas vinculadas a Naciones Unidas.

-¿Volvería a la sociedad civil?

-Obviamente, me encanta.

-¿Y volvería a hacer política partidaria?

-Yo en el ministerio hice política pública. Participé de la campaña electoral cuando Daniel Martínez me designó eventual ministro. Ahí sí tomé licencia en el ministerio e hice campaña partidaria. Sigo estando convencido de que el proyecto del Frente Amplio es el mejor para el país. Pero los tiempos electorales terminaron hace rato, y el ministro debe entender que ahora es tiempo de ponerle el hombro al país y gobernar. Y toda la sociedad debe entender. Yo quiero que le vaya bárbaro al ministro. ¡Porque yo vivo acá!

-En suma: usted no es un ciudadano más, tiene todo ese bagaje político.

-Sí, bueno, pero todas las personas son algo antes. Todos somos nuestra historia. La mía es recontra pública. Pero hoy, cuando me llega la información, voy como ciudadano. Es como cuando alguien va a la seccional y dice ‘tengo información de que en tal lado están las cosas que le robaron al vecino’. Me parece que pensar al Uruguay en permanente campaña electoral le hace mal al país. Yo me considero un servidor público, es mi mejor definición. ¿Un servidor público con opiniones políticas? Sí, por suerte. Pero el mundo no pasa por el cerrojo de la política partidaria, sino por el cerrojo de los valores.

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