Historias electorales: el camino de la izquierda, desde lo testimonial hasta el gobierno

Un lento y complicado proceso de acumulación de fuerzas terminaría dando origen al Frente Amplio. En 2019, el FA sufrió por primera vez una pérdida importante de votos y ganó en Partido Nacional.

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Jorge Batlle entrega la banda presidencial a Tabaré Vázquez
Jorge Batlle entrega la banda presidencial a Tabaré Vázquez.
Foto: Archivo El País

Redacción El País
Para los sectores de izquierda, el triunfo electoral de 2004 representó la culminación de un largo proceso de acuerdos, muchas veces terminados en fracasos, iniciado en 1910 con una alianza de socialistas y liberales que obtuvo 3.594 sufragios. Por separado, los partidos de izquierda nunca habían alcanzado el 10% de los votos, hasta que en 1971 el recién creado Frente Amplio saltó a un 18% de apoyo. Un episodio fundamental fue la victoria de 1989 en Montevideo, que hizo de Tabaré Vázquez intendente de la capital y lo proyectó al liderazgo de la coalición.

En las elecciones de 1922 comparecieron los partidos Comunista y Socialista, pero solo con candidatos al Parlamento. La competencia entre ambas organizaciones resultó una constante a través del tiempo, salvo un limitado (y fugaz) acuerdo en 1938, cuando tuvieron la fórmula común Emilio Frugoni-Ulises Riestra bajo el lema Partido por las Libertades Públicas, aunque presentaron listas separadas al Parlamento.

El papel jugado por la Unión Soviética en el triunfo aliado en la Segunda Guerra Mundial llevó al Partido Comunista a crecer hasta el 5% del electorado en 1946 y a contar con la primera senadora de izquierda en América Latina, Julia Arévalo. También el Partido Socialista experimentó un aumento de los votos en aquella ocasión (2,34%) aunque solo presentó listas al Poder Legislativo. En cambio, el Partido Demócrata logró menos del 1% de los sufragios, pese a que llevaba como candidato a Carlos Quijano, director del prestigioso semanario Marcha. Y pese a los avances comunista y socialista, los sectores de izquierda sumados no llegaban a ese 10% del electorado nacional.

Las elecciones de 1962 marcaron los primeros intentos de alianzas en el seno de la izquierda. Por un lado, las tendencias progresistas en el seno de la Unión Cívica impulsaron su transformación en el Partido Demócrata Cristiano (PDC), aunque se registraron desgajamientos ante la resistencia de dirigentes conservadores. Mientras tanto, el Partido Socialista articuló la Unión Popular junto al exministro herrerista Enrique Erro, que abandonó el Partido Nacional, más antiguos ruralistas, la agrupación Nuevas Bases y otros sectores. En cambio, se rechazó incluir en el acuerdo al Partido Comunista.

Este, que a partir de 1955 había rectificado su rumbo político bajo el secretario general Rodney Arismendi, impulsó el Frente Izquierda de Liberación, el Fidel, que ya desde el nombre buscaba inspirarse en la Revolución Cubana. Se le sumaron grupos y dirigentes escindidos de los partidos tradicionales, así como figuras del ambiente cultural.

En 1971 la fórmula frenteamplista fue Seregni-Crottogini.
En 1971 la fórmula frenteamplista fue Seregni-Crottogini.
Foto: Archivo El País

En los comicios de 1962 el PDC mantuvo en términos relativos el respaldo habitual que tenía la Unión Cívica, mientras el Fidel pasó de los 27 mil sufragios del Partido Comunista en 1958 a unos 40 mil. La Unión Popular resultó un fracaso, lo que aparejó consecuencias políticas. El viejo líder socialista Emilio Frugoni se apartó del partido definitivamente; luego el propio PS se separó de Erro. También se alejaron dirigentes y militantes. Algunos de ellos optaron por la lucha armada en el naciente Movimiento de Liberación Nacional (MLN-Tupamaros). En tanto, en numerosos artículos, los medios de prensa afines a la izquierda se preguntaban los porqués de tantos reveses en las urnas.

Las elecciones de 1971 registraron la aparición del Frente Amplio como coalición de partidos, sectores y personalidades de izquierda, que significó el primer desafío importante al tradicional bipartidismo uruguayo. El proceso de alianzas había alcanzado un nuevo empuje en 1970, cuando un grupo de independientes formuló a través del semanario Marcha un llamado a crear un “frente amplio, sin exclusiones, de carácter antioligárquico y antiimperialista”. Se inició una serie de acuerdos que involucró a los partidos Demócrata Cristiano, Socialista, Comunista y otros grupos. A ellos se sumaron fuerzas escindidas de los partidos tradicionales, como la lista 99 de Zelmar Michelini y el grupo del senador blanco Francisco Rodríguez Camusso.

En febrero de 1971 esa alianza se hizo oficial bajo el nombre Frente Amplio, aunque en las elecciones se presentó bajo el lema Partido Demócrata Cristiano para poder acumular votos en diversos sublemas, de acuerdo a la ley vigente. El candidato presidencial fue el general retirado Líber Seregni, militar de origen batllista, acompañado en la fórmula por Juan José Crottogini, médico de prestigio.

La gran capacidad de movilización -reflejada en un importante acto final sobre la entonces avenida Agraciada, hoy del Libertador- y el fuerte arraigo en Montevideo hicieron pensar a muchos adherentes que se podía lograr el triunfo. La realidad resultó diferente: en la capital desplazó a los blancos al segundo lugar pero en el interior el respaldo fue mínimo. Sin embargo, el 18% de los votos totales representó un avance histórico para la izquierda.

Danilo Astori, Líber Seregni y Tabaré Vázquez
Danilo Astori, Líber Seregni y Tabaré Vázquez
Foto: Archivo El País

Poco después llegaron la dictadura y la persecución. Seregni fue detenido durante años, Michelini fue asesinado en Buenos Aires y otros dirigentes terminaron exiliados o presos por el régimen. La intención del gobierno militar fue liquidar a la izquierda y de allí que cuando en 1982 comenzó un limitado proceso de apertura, los partidos que pertenecían al Frente Amplio siguieran prohibidos.

Finalmente, para las elecciones de 1984, que significaron la salida de la dictadura, el Frente Amplio fue rehabilitado, aunque Seregni y otros dirigentes y algunos sectores siguieron proscritos. En esa ocasión, la coalición de izquierda alcanzó 21% de los votos.

Cinco años más tarde, el Frente Amplio enfrentó una seria disidencia interna, que culminó con el alejamiento del PGP y del PDC para formar el Nuevo Espacio. Sin embargo, ello no impidió que conquistara con Tabaré Vázquez, médico y presidente del club de fútbol Progreso, la Intendencia de Montevideo, plataforma para su posterior crecimiento (desde entonces siempre ganó en la capital). En las elecciones generales alcanzó otra vez 21%.

En 1994, con Vázquez como nuevo líder y candidato presidencial, el Frente logró 30,6% de los votos y estuvo más cerca que nunca del triunfo, en un escenario cercano al triple empate (el Partido Colorado obtuvo 32,3 % y el Nacional 31,2%).

Ese resultado impulsó un movimiento de reforma de la Constitución que estableció la segunda vuelta electoral, entre otras innovaciones que según sus promotores buscaban facilitar la gobernabilidad. Muchos frenteamplistas interpretaron que era una maniobra de los partidos tradicionales para evitar el acceso de la izquierda al gobierno, pero otros, como Líber Seregni y Danilo Astori, se pronunciaron a favor. En las elecciones de 1999, Vázquez resultó el candidato más votado (40%), pero el apoyo oficial de los blancos a Jorge Batlle lo terminaría convirtiendo en presidente en la segunda vuelta (54% contra casi 46%).

Jose Mujica
En su chacra: José Mujica fue presidente entre 2010 y 2015.
Foto: Archivo El País

Sin embargo, el Frente Amplio ya estaba en las puertas del gobierno, pues no cesaba de crecer elección tras elección. La crisis de 2002, mientras tanto, debilitó en forma especial al Partido Colorado. Así, los comicios del 31 de octubre de 2004 llevaron a Vázquez a la Presidencia ya en la primera vuelta (51,7%) y con mayoría absoluta en el Parlamento.

Para esa instancia, la izquierda concretó una alianza mayor, denominada Encuentro Progresista-Nueva Mayoría-Frente Amplio, por la incorporación de nuevos sectores, en particular una parte del Nuevo Espacio, así como algunos dirigentes blancos (el exintendente de Cerro Largo Rodolfo Nin Novoa acompañó a Vázquez en la fórmula).

Esa mayoría absoluta se repitió en 2009 con el antiguo jefe tupamaro José Mujica y de nuevo en 2014 con Vázquez, aunque en ambos casos hubo segundas vueltas que el Frente Amplio ganó con comodidad.

Ya en 2019, con el desgaste de 15 años de gobierno y datos económicos menos auspiciosos que en los períodos anteriores, el Frente Amplio sufrió su primera pérdida importante de sufragios: en la primera vuelta obtuvo 39%, si bien mantuvo su condición de partido más votado. La Coalición Republicana (o “multicolor”) de varios partidos, encabezados por el Partido Nacional, finalmente llevó a la Presidencia a Luis Lacalle Pou en la segunda vuelta. En esa instancia, pese a resultar derrotado, se registró un repunte del respaldo al candidato de la izquierda, Daniel Martínez, que estableció la diferencia entre los dos grandes bloques en alrededor de 37.000 votos.

Fórmulas

En 1971 la fórmula frenteamplista fue Seregni-Crottogini. En 1984 el médico encabezó la fórmula porque Seregni estaba proscrito y el candidato a la vicepresidencia fue el sindicalista José “Pepe” D’Elía. Seregni volvió a buscar la presidencia en 1989 con Danilo Astori como postulante a la vicepresidencia. En 1994 Tabaré Vázquez fue el presidenciable y lo acompañaba como candidato a la vicepresidencia Rodolfo Nin Novoa. La fórmula se repitió en 1999 y en 2004 cuando ganó.

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