Redacción El País
El presidente Luis Lacalle Pou llegó ayer al mediodía a Río de Janeiro, acompañado por el canciller Omar Paganini, con el cometido de participar de una nueva Cumbre del Mercosur, escenario en el que insistirá con reclamos que ha transmitido a lo largo de su gobierno: que el bloque asuma una mayor flexibilización y permita a Uruguay negociar con terceros países, y que además sería bienvenido un Mercosur que esté más abierto al mundo.

El encuentro de presidentes -que se realizará mañana- tendrá como particularidad la presencia del argentino Alberto Fernández en las últimas horas de su mandato, ya que este 10 de diciembre deberá dar paso al economista Javier Milei, quien ganó las elecciones realizadas días atrás con una impronta liberal que genera altas expectativas en la Torre Ejecutiva. Esto es así porque ello supondrá -siempre valiéndose de las palabras que Milei pronunció como candidato- un giro relevante en la política exterior argentina hacia una dirección que Lacalle Pou ve con buenos ojos: más mercado, menos restricciones comerciales y el afán de reformular el funcionamiento actual del Mercosur.

A esta realidad hizo referencia el presidente en un discurso que pronunció el miércoles pasado, en un evento realizado por el Centro de Estudios para el Desarrollo (CED). Allí dijo que no tenía dudas de que con la victoria de Milei se producirá un cambio en la región. “Bueno, nosotros tenemos que aprovechar”, declaró.

El asunto político que probablemente se llevará la mayor atención en la reunión que se hará hoy entre los cancilleres -instancia que funciona como antesala del encuentro presidencial- será conocer qué avances tendrá Brasil para comunicar acerca de las negociaciones que se han mantenido en los últimos meses con la Unión Europea en pos de firmar el postergado acuerdo comercial entre los bloques, que se negocia desde 1999.

Lacalle Pou espera también con expectativas saber de primera mano a qué resultados llegaron los equipos negociadores, y qué evaluación hará Luiz Inácio Lula da Silva, quien en la cumbre anterior del Mercosur se había comprometido a conducir las conversaciones con los europeos a buen puerto, y que se superaría el escollo impuesto por el viejo continente con nuevas exigencias en materia ambiental -que habían caído bastante mal sobre todo a Brasil y Argentina.

Como informó ayer El País, las señales recibidas hasta el momento no han sido precisamente buenas: el gobierno de Fernández, aunque está de salida, no dio su aval técnico para poder llegar a estampar una firma que pueda permitir dar pasos significativos, por lo que los actores diplomáticos asumen que la situación quedará en stand by.

De hecho, Lacalle Pou, quien siempre se ha mostrado entre cauteloso y pesimista respecto a la probabilidad real de que los bloques puedan firmar el acuerdo, viajó a Río de Janeiro sorprendido con las declaraciones recientes del francés Emmanuel Macron, quien volvió a mostrarse bastante crítico con la posibilidad de esta alianza comercial.

Por lo demás, el ministro Paganini hará hoy su estreno como canciller en un ámbito diplomático de alta exigencia. Como ministro de Industria ya ha sido parte de un sinfín de delegaciones de este gobierno, y ha sido protagonista también de los esfuerzos de esta administración por ampliar mercados, sobre todo con China, país con el que Uruguay busca un Tratado de Libre Comercio (TLC) con insistencia, algo que se volverá a mencionar en estas horas los socios del Mercosur.

Esto último, además de ser una prioridad para Lacalle Pou, sintetiza también el espíritu de los reclamos que volverá a plantear: que el bloque se abra o, en su defecto, que permita a sus socios avanzar a “diferencia velocidad” con terceros países para obtener acuerdos que posibiliten un mejor desarrollo económico.