El martes pasado el intendente interino de Montevideo, Mauricio Zunino, firmó una resolución para dejar sin efecto el proceso licitatorio que se había abierto para la concesión de la explotación comercial del edificio existente en el Parque Winston Churchill. Se trata del lugar en el que funcionó el histórico Parador Kibón. La decisión incluyó desestimar las ofertas que se habían presentado e, incluso, devolver a los interesados el costo que habían abonado por los pliegos. La decisión representa un nueva frustración en torno al destino del histórico lugar, inaugurado en 1968 y para el que la Intendencia de Montevideo, por el momento, no tiene alternativas.
En julio de 2022 la Junta Departamental de Montevideo había aprobado el llamado a licitación, según las condiciones diseñadas por la administración Carolina Cosse, que en agosto del año pasado había incluso desarmado la “Estación Montevideo Inteligente” que allí se había instalado durante la gestión de Daniel Martínez, y que preveía servicios como conexión wifi y eléctrica, agua caliente e información de interés a partir de pantallas táctiles. En los hechos, dicha estación nunca llegó a funcionar y una parte importante de sus componentes fue vandalizada. En su lugar, la comuna inauguró en octubre un espacio infantil.
Ante la consulta de El País, las autoridades comunales declinaron explicar las razones del abandono de este último proceso licitatorio. Se remitieron, sí, a lo que expresa la propia resolución, que indicó que el Departamento de Desarrollo Económico “viene realizando una revisión de los procedimientos de gestión de los espacios públicos y de los inmuebles de su propiedad”, para “lograr una máxima eficiencia en su uso”.
El proyecto de concesión que terminó por ser declarado desierto preveía el uso del edificio de 1.250 metros cuadrados y los espacios de uso público adyacentes.
El concesionario debía remodelar y reciclar el local -principalmente su fachada- que se entregaba en sus condiciones actuales.
Lo mismo debía hacerse con los espacios verdes exteriores. El ganador podía definir libremente los días y el horario de atención al público, pero el destino comercial quedaba supeditado a la decisión de la IMM. No iba a poder ser utilizado para uso residencial, para instalar un supermercado o un local de juegos de azar.
Se exigía: “Las actividades deberán respetar los principios de igualdad y no discriminación establecidos en la normativa nacional y enmarcados en la Estrategia para la Igualdad de Género de Montevideo”. También existían limitaciones al tipo de cartelería y publicidad en el emprendimiento. El permisario quedaba obligado a acondicionar la zona concesionada, y a su mantenimiento y vigilancia.
El contrato era por diez años. Al concesionario se le exigía el pago de un canon por un monto fijo anual igual u superior a 720 mil unidades indexadas, unos $ 4,3 millones a la cotización actual. Y se sumaba otra variable, vinculada al desempeño económico del emprendimiento.
Fracasos
El histórico predio representa un desafío sin solución aparente para el IMM en los últimos períodos. Luego de años de abandonado, en 2011 se anunció su recuperación.
En 2014 había comenzado a explotarlo un privado, Afacor S.A., que instaló allí un restaurante y salón de fiestas, con una inversión de US$ 3 millones. La concesión debía regir hasta este año pero, según dio cuenta El País, la comuna rescindió el contrato en octubre de 2020. Fue de común acuerdo con la empresa, y significó la condonación de una deuda millonaria.
Ubicado en el extremo del arco de la playa Pocitos, la intendencia considera al Parque Winston Churchill como un “área privilegiada” de la costa, con “aspectos paisajísticos de valor patrimonial y una alta calidad ambiental y recreativa para los ciudadanos”, lo que representa un “potencial diferencial” de la ciudad.
Las cinco dudas
Más allá de su reticencia a fundamentarla, la IMM deberá en breve explicar oficialmente los motivos de su decisión de cancelar la licitación. El edil nacionalista Fabián Bravetti cursó un pedido de informes en el que, en cinco puntos, procura respuestas para las dudas que dejó abiertas la resolución. En particular pidió saber en qué consiste esa “revisión de procedimientos de gestión” de la que habla la comuna sobre sus propiedades y el destino que tendrá el ex Parador Kibón.
Bravetti consultó además sobre el estado actual de ese predio, y cuál fue el costo final que abonaron interesados y que la administración debió devolver. A pedido del edil, la IMM deberá anexar a su vez la información sobre todas las ofertas que se recibieron para explotar el predio.
Bravetti dijo confiar en una pronta respuesta, habida cuenta del bajo nivel de contestaciones que, afirma, han tenido durante este año los pedidos de informes enviados a la administración.
Según el edil, en lo que va de 2024 de la Junta Departamental salieron 32 escritos solicitando información sobre diversos temas. De ese total, señaló, la comuna apenas ha contestado tres y fuera de plazo. Nueve de los pedidos fueron reiterados y siguen sin respuesta.
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