Inserción internacional: gobierno apunta hacia el Acuerdo Transpacífico y busca enviar “señales” para apurarlo

El Poder Ejecutivo enviará al Parlamento un proyecto de ley de acuerdo sobre patentes, un paso previo clave.

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Ley. Acuerdo de patentes debe ser ratificado en el Parlamento.lmuerzo de ADM
Ley. Acuerdo de patentes debe ser ratificado en el Parlamento.
Foto: Leonardo Mainé.

En el plano internacional quedó claro desde el inicio de esta administración que el presidente Luis Lacalle Pou, al menos en lo discursivo, insistiría en la búsqueda de acuerdospara ampliar todo lo posibles la gama de merca- dos que hoy tiene Uruguay fuera de la región y más allá del Mercosur.

Le quedaron pocas cosas por intentar; abrió varios frentes con entusiasmo: en setiembre de 2021, por ejemplo, se comunicó el inicio de un estudio de factibilidad con China con miras a un Tratado de Libre Comercio (TLC), proceso que culminó en julio del año pasado pero que ahora está en un limbo pues Xi Jinping avisó que prefiere esperar por el Brasil de Luiz Inácio Lula Da Silva y el Mercosur. En paralelo, se intentó lo mismo con Turquía pero no hubo mayores novedades al respecto, y en diciembre pasado Uruguay presentó su carta de adhesión al Acuerdo Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (Cptpp), una alianza económicamente relativamente reciente, y que representa aproximadamente el 13,4% de la economía mundial.

Esos son, a grandes rasgos, los tres esfuerzos principales de Lacalle Pou en pos de abrirse al mundo con nuevos acuerdos comerciales, pero en el gobierno son conscientes que pese a valorar el camino recorrido no han habido todavía grandes concreciones ni tampoco puede decirse que se esté cerca. Y esto ha dado lugar a las recurrentes críticas del Frente Amplio que resume la gestión de Cancillería como un conjunto de “anuncios” pero carente de acciones.

Por eso en los últimos meses, tanto en la Torre Ejecutiva como en el Ministerio de Relaciones Exteriores que conduce el canciller Francisco Bustillo, comenzaron a recalcularse las prioridades, y poner el norte en aquellas oportunidades en las cuales sea más probable acercarse a resultados para el final del mandato.

China y Turquía, reconocen todas las fuentes oficiales, son en este sentido objetivos casi inalcanzables, aunque no por eso -sobre todo en el primer caso- se dejará de intentar. De hecho, un enviado de Xi Jinping, Qiu Xiaoqu, dijo a Lacalle Pou y al vicecanciller Nicolás Albertoni en una reunión en Presidencia el 20 de junio que China “no descarta” el TLC con Uruguay en forma bilateral, al margen de que hoy se aguarda por Brasil.

Pero ingresar al Acuerdo Transpacífico, advierten, puede ser más realizable en el corto plazo, y varias señales de estos últimos días dieron algunas dosis de optimismo en el Poder Ejecutivo.

Una de ellas ocurrió mientras el presidente participaba de la cumbre de la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), que en los hechos fue un escenario dispuesto para avanzar en las negociaciones entre el bloque del viejo continente y el Mercosur -y que en efecto arrojó ciertos acercamientos que Uruguay vio con buenos ojos.

Lo que ocurrió fue que el Reino Unido finalmente cerró su ingreso al Acuerdo Transpacífico, y eso significa que la lista de espera en la que se encuentra Uruguay se movió un casillero. Es cierto que antes también están Costa Rica, Ecuador y la propia China, pero de todas formas fue un evento que Uruguay vio con atención.

La esperanza está, según comenzó a analizarse en el gobierno, en que hay una diferencia sustancial entre esta negociación y cualquier otra que busque un TLC: que se trata de un acuerdo “cerrado” -es decir, que todo se limita a aceptar o no los términos de la alianza, algo que reduce sensiblemente los tiempos y la complejidad de las negociaciones futuras-, de manera que lo que se inicia ahora es una etapa en la que quienes esperan por entrar compiten por “quién se mueve más rápido”.

Y hay un paso previo, que el gobierno sabe desde hace tiempo que debe cumplir, como uno de los tantos requisitos que imponen los 11 países que forman parte del Acuerdo Transpacífico: ratificar el Tratado de Cooperación en Materia de Patentes (PCP, por sus siglas en inglés), firmado en Washington (Estados Unidos) en 1970, en vigor desde 1978, y acordado por una abrumadora mayoría de Estados, pero aún no por Uruguay.

“Actualmente han ratificado el PCP 157 países de los cinco continentes, de distinto grado de desarrollo y de los más diversos regímenes políticos. Lo han ratificado Estados Unidos, Cuba, Brasil, Israel, Irán, Rusia, China e India”, reclamó el diputado Ope Pasquet el 11 de julio pasado en sesión de la Cámara de Representantes, en un discurso con el que, en definitiva, pidió al gobierno enviar la iniciativa para sumarse a este acuerdo, algo que fue luego apoyado por los diputados Rodrigo Goñi (Partido Nacional), Iván Posada (Partido Independiente) y Gustavo Olmos (Frente Amplio). “Uruguay -dijo también Pasquet- forma parte del muy pequeño grupo de países, que cada día se hace más pequeño además, que no han ratificado el PCP. Entre ellos está Afganistán. Uruguayos y talibanes no aceptamos el PCP”.

En diálogo con El País, el legislador colorado dijo que Bustillo y el ministro de Industria, Omar Paganini, le adelantaron en fechas recientes que el Poder Ejecutivo se aprestaba a enviar el texto “en estos días”.

Asimismo, y aunque Uruguay esté lejos en la fila de ingreso al Cptpp, al ratificar el acuerdo de patentes sería también una forma de “dar señales de movimiento” a los integrantes de esta alianza, indicaron fuentes diplomáticas.

“No hay protección para los inventores”

Más allá del requisito para la firma del Acuerdo Transpacífico, la ratificación del acuerdo de cooperación de patentes es un debe en el que se encuentra Uruguay desde hace décadas y que, entre otros, preocupa al diputado colorado Ope Pasquet por la desprotección en que se encuentran los inventores uruguayos. “La gran ventaja es que pasaríamos a proteger a nuestros creadores, porque hoy en el país no tenemos un margen jurídico que les dé protección de forma adecuada”, dijo. Lo que en los hechos pasa, lamentó el diputado, es que si hoy un uruguayo hace un invento solo podrá patentarlo en Uruguay o individualmente en cada país en donde estime que puedan hacerse uso de su creación. “Esto permitiría que al momento de hacer el registro el inventor quede protegido en cualquiera de los 157 países que ratificaron el acuerdo”, concluyó.

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