Redacción El País
Ni Yamandú Orsi del Frente Amplio ni Álvaro Delgado del Partido Nacional y representante de la coalición republicana en el balotaje, tendrían un escenario favorable en cuanto a la gobernabilidad, debido a que ambos deberán ejercer el poder sin mayorías parlamentarias.
El Frente Amplio tiene la mayoría absoluta en el Senado (16 bancas), sin importar si la coalición —que obtuvo 14 bancas, de las cuales nueve son blancas y cinco coloradas— gana el balotaje,lo que les significaría una plaza más dado que Valeria Ripoll sería la presidenta de la Cámara de Senadores.
En tanto, en la Cámara de Diputados ninguno de los bloque obtuvo la mayoría dado que el Frente Amplio consiguió 48 bancas y la coalición 49 diputados —de las que 29 son del Partido Nacional, 17 del Partido Colorado, dos de Cabildo Abierto y una del Partido Independiente. Las dos bancas restantes serán ocupadas por Identidad Soberana, el partido de Gustavo Salle.
Es un escenario complejo para gobernar, gane quien gane, aunque Orsi o Delgado enfrentarían desafíos diferentes.
De ganar la coalición, Delgado deberá enfrentarse a negociaciones para poder aprobar asuntos en el Senado y Diputados. Pero la situación en el Senado presentaría mayores retos dado que, más allá de los proyectos importantes como el Presupuesto y las sucesivas Rendiciones de Cuentas, en esa cámara se necesita la mayoría absoluta (16 bancas) para votar asuntos claves: el nombramiento de los miembros de los directorios o directores generales, y los cargos de carácter político o particular confianza.
A modo de ejemplo, un desafío sería conseguir la venia de los tres miembros del Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP), dado que se necesitan 19 votos de los 31 en el Senado. Más allá de que el reglamento prevé que se pueda aprobar con mayoría absoluta (16) después de 60 días sin respuesta del cuerpo, la coalición tampoco alcanzaría esa cantidad de bancas, por lo que continuaría en problemas.
Al mismo tiempo, el Frente Amplio con su mayoría en el Senado tendría una carta interesante de negociación en un eventual rol de oposición, es decir, si gana Delgado. Pero, además, sus 16 bancas le permitirían al partido hacer cosas como requerir la presencia inmediata de un ministro en sala para una interpelación cuando considere que se trata de un caso grave y urgente.
Por otra parte, el escenario en la Cámara de Diputados es complicado para la coalición, pero también para el Frente Amplio. Ambos deberán negociar entre ellos o con Identidad Soberana para lograr aprobaciones, por ejemplo —al igual que en el Senado— para sacar adelante el Presupuesto y las Rendiciones de Cuentas.
Una de las llaves —dado que podría darle la mayoría a cualquiera de los dos, sean gobierno u oposición— la tendría Identidad Soberana. Pero, a priori, es incierto cómo actuará dado que ingresa al Parlamento por primera vez y, además, se presenta como contrario a todo el sistema político. Ya en la noche del domingo, Gustavo Salle dio libertad de acción para el balotaje y adelantó que él pondrá en el sobre una lista de su partido.
Hay una leve diferencia entre la situación de la coalición (con 49 bancas) y el Frente Amplio (con 48 bancas) en la Cámara de Diputados. Mientras la coalición necesitaría convencer a un legislador de izquierda o de Identidad Soberana para alcanzar la mayoría absoluta, el Frente Amplio debería inclinar la balanza consiguiendo la voluntad de dos.
El presidente de Cabildo Abierto, Guido Manini Ríos, dijo a El País previo a las elecciones que el Frente Amplio tendría el voto de su partido en las propuestas “que le mejoren las condiciones de vida a los uruguayos”. Y recordó, en ese momento, que no se “privan” de “sacar adelante soluciones sin estar en la mezquindad de quién las propuso”. Cabildo se quedó con dos diputados y ningún senador.
Óscar Botinelli, politólogo y director de la consultora Factum, opinó el lunes que Delgado “va a tener un Senado hostil” si gana la elección, dada la mayoría del Frente Amplio.
Por otra parte, indicó que hay un “conjunto de temas en los que Identidad Soberana puede acompañar al Frente Amplio” en Diputados, como en cambios que se quieran hacer al sistema de la seguridad social, dado que Gustavo Salle “fue un gran impulsor” del Sí del plebiscito.
El plebiscito de seguridad social —que quería establecer en la Constitución la edad de retiro a los 60 años, la equiparación de las jubilaciones y pasividades mínimas al Salario Mínimo Nacional, y la eliminación de las AFAP— no alcanzó el 50%+1 de los votos necesarios el domingo.
Botinelli, además, opinó que era “esperable” la votación que obtuvo Salle, que con su partido Identidad Soberana ingresa al Parlamento por primera vez.
El gran cambio de Uruguay es que “compiten dos bloques”, que son el Frente Amplio y los gobiernos de coalición. No obstante, "hay un sector de votantes” que no “quedó conforme ni con uno ni con otro”. Y continuó: “De los que quedaron disconformes surge un 'yo no quiero a ninguno de los dos'. Y aparece un discurso muy bien elaborado de estar contra todos. Toma todo un término técnico, cleptocorporatocracia, para decir algo que sería un insulto o una acusación".
Además, el politólogo destacó que Identidad Soberana tiene elementos programáticos claros, como el "soberanismo". Pero más allá de eso, es "claro" que el líder del partido tiene un discurso cuyo elemento central es cuestionar el sistema actual, enfrentando a un sistema que viene "gobernando" u "oprimiendo" a los uruguayos.
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