El ministro de Defensa, Javier García, definió como una “inmundicia” el uso del fallecido Jorge Larrañaga, exministro del Interior, en los últimos chats que salieron a la luz del excustodio presidencial, Alejandro Astesiano,con el subdirector ejecutivo de la Policía Nacional, Jorge Berriel, sobre Lorena Ponce de León.
El jerarca sostuvo que utilizan a Larrañaga para “enredarlo” y “ponerlo arriba de la mesa con el objetivo de dañar al presidente de la República con un fin electoral”.
Este miércoles, Berriel acudió a declarar en calidad de indagado ante la fiscal Gabriela Fossati, en el marco del denominado caso Astesiano. El jerarca policial aparece vinculado en diversos chats de WhatsApp con el excustodio presidencial respecto a diversos pedidos de favores que podrían configurarse bajo el delito de tráfico de influencia.
El abogado de Berriel, Andrés Ojeda, dijo tras su declaración que su defendido “recibió una orden directa, concreta, específica, al inicio de este gobierno de parte del entonces ministro Jorge Larrañaga, en la cual le presenta a Alejandro Astesiano y le dice que todo lo que este pida es (sic) como que lo pida el propio ministro, invocando en esa conversación al presidente de la República”.
García indicó en una entrevista en Desayunos Informales en Canal 12 que los chats de Astesiano no “los encuentran debajo de un árbol”, sino que alguien los tiene y los está “dosificando” con un fin político.
Recalcó que la “seguridad del presidente y su familia es una cuestión de Estado. Es una obligación normativa” y toda esta situación hace que no reconozca “este Uruguay” en el que vive.
García aseguró que el Frente Amplio no “busca la verdad” en el caso Astesiano ya que lo que pretende es dañar la “figura del presidente de la República” y “paralizar al gobierno”. Algo que, según él, “no pasó”.
“Cuando se conoció el nombre de Asestiano –por parte de la mayoría de los uruguayos– ya estaba preso” porque “el presidente abrió su casa” y “funcionó un estado de derecho”, declaró García. Por último, afirmó que en esta situación “no hubo un plenario que aplaudió a un vicepresidente y que luego fue procesado”.