En el balcón de su apartamento hay una bandera de Uruguay y un cartel de la lista 40. Y en la puerta de su casa está pegada una calcomanía que se hizo viral: la del personaje de Los Simpson míster Burns, a quien se parece. Javier García se lo toma con humor, que se apaga al hablar del Frente Amplio, al que está seguro que la coalición vencerá el 24 de noviembre: dice que tiene como “inspiración ideológica” a Cristina Kirchner, Evo Morales y Nicolás Maduro.
-¿Qué lectura hace del nivel de votación del Partido Nacional el 27 de octubre, teniendo en cuenta los cuatro senadores que logró su sector, Alianza País?
-El nivel de votación del Partido Nacional es similar al del 2019, que contrasta claramente con lo que decían las encuestas. Las encuestas se equivocaron, nuevamente. Se equivocaron con el Partido Nacional y ninguna predijo la votación del 48% de la Coalición Republicana. Las encuestas, hago un paréntesis sobre esto, tienen un problema de sesgo importante, ¿no? Siempre le dan más al Frente y menos al Partido Nacional y la coalición. Y es un problema seguramente metodológico porque es gente profesional, pero los profesionales también se equivocan. Y les ganamos a las encuestas en octubre y les vamos a ganar ahora en noviembre. Cierro el paréntesis. Uno mira que después de los cinco años que pasamos en ejercicio del gobierno, con lo difícil que fue en algunas circunstancias, las cosas que nos tocaron vivir, la pandemia, la sequía, la crisis hídrica, haber tenido la votación que tuvimos creo que habla de una muy buena elección.
-¿Se puede hablar de un cambio en la hegemonía interna del Partido Nacional?
-No, lo que hay es un cambio en la geografía interna y no es extraño que suceda. Con Alianza País nos constituimos como el grupo mayoritario en el Partido Nacional, con 221.000 votos a nivel nacional y cuatro senadores. Creo que es fruto de varias circunstancias. La primera, una militancia de cercanía y permanente. La 40 es una agrupación que tiene una fuerte militancia con un fuerte despliegue territorial, y lo mismo tienen nuestros compañeros intendentes de Mejor País. Y segundo, porque en términos futbolísticos, no se cuidó las piernas en defensa del gobierno.
-¿Eso significa que hubo algunos sectores que sí lo hicieron?
-No, no. Hablo de nosotros.
-¿Siguen existiendo las dos históricas alas del Partido Nacional, la wilsonista y la herrerista?
-Bueno, nosotros logramos reunir la sensibilidad wilsonista, que se nutrió también de la sensibilidad, el espíritu y la humildad de los herreristas, con compañeros nuestros del sector, como Laura Raffo y Sebastián Andújar. Pero al mismo tiempo esto sirvió para romper las molduras y lograr congeniar con otros sectores. Se terminó formando un sector muy plural. Pero no nos formamos para ganarle a ningún otro sector del partido. Sería muy mediocre que ese fuera el objetivo.
-¿Cree que hay un favorito claro para el balotaje o ve una elección muy reñida?
-No tengo duda de que el próximo presidente va a ser Álvaro Delgado. Y que incluso la diferencia va a ser un poquito mayor de lo que fue en noviembre del 2019.
-¿Dónde cree que están las claves para convencer a los indecisos?
-Hay dos modelos en pugna, notoriamente. Y creo que el debate de ideas ha faltado porque se ha buscado esconderlas para no ir a fondo. Uno de los modelos es el nuestro, el de la Coalición Republicana, que es un modelo radicalmente democrático, sin fisuras, que cree en la economía de mercado, que cree en la propiedad privada y en el emprendimiento, y que tiene una fuerte visión humanista que la hemos demostrado en el ejercicio del gobierno. Y que tiene una inspiración que está por encima de todo esto que es la libertad. Del otro lado hay un modelo que tiene en su componente gente con fisuras en sus creencias democráticas, que justifica dictaduras.
-¿A qué gente se refiere?
-Pero vamos… Cada vez que les preguntan sobre Venezuela tartamudean. A ver, la fotografía del Frente Amplio que salió el 27 de octubre es una fotografía totalmente diferente a la de hace cinco años. Desapareció el seregnismo, desapareció el astorismo, de los 16 senadores sale uno solo de sus sectores y lo hace con votos prestados del MPP.
-Hay analistas que hablan de que el MPP hoy tiene un perfil más moderado.
-Lo que dicen los analistas tiene tanto valor como lo que decís tú o lo que digo yo, porque hay muchos analistas y muy buenos, y hay otros que son analistas militantes. Pero sigo: la foto que quedó del 27 de octubre es una foto donde el Frente Amplio es totalmente diferente. De los 16 senadores 15 responden al MPP, al grupo de (Raúl) Sendic, que resucitó, al Partido Socialista que se define ortodoxo, al Partido Comunista y a Carolina Cosse. Estos son grupos que tienen una inspiración socialista. No hay que tenerle miedo a las palabras. Nosotros tenemos un ideal de la libertad y ellos tienen un ideal socialista. La mayoría de ellos no creen en una economía de mercado y en la propiedad privada; no creen en el lucro, y esto las bases programáticas del Frente Amplio lo dicen. Pero no creen ahora y no creían antes. ¿Por qué ahora es diferente? Porque antes tenían el freno del doctor (Tabaré) Vázquez o el propio (Danilo) Astori. Y lo tenían porque había una importante bancada de tres o cuatro senadores y 15 o 20 diputados y entonces había una fuerza política que frenaba estos impulsos. Esa fuerza política no está más. Desapareció. El Frente Amplio cuyo espejo era el socialismo europeo de Felipe González, François Mitterrand y Olof Palme. La inspiración ideológica del Frente Amplio actual es Cristina Kirchner, Evo Morales y Nicolás Maduro. La verdad que el deterioro ideológico del Frente Amplio es dramático.
-¿Entiende que explicando esto y señalando estos dos modelos en pugna se puede convencer a los indecisos que hacen falta para ganar, según las encuestas?
-A ver, estos son los dos modelos que están en pugna. Al mismo tiempo la Coalición Republicana ha construido en estos cinco años un proyecto de desarrollo y de crecimiento económico que el Frente Amplio no ha podido contestar con un proyecto alternativo. El único proyecto exitoso es este proyecto democrático, de crecimiento económico con distribución. Que ha logrado aumentar el empleo, aumentar el salario, disminuir la inflación, hacer una importante revolución de infraestructura y tener índices sociales que son mucho mejores que los del Frente Amplio.
-El último informe de calificación de riesgo de Standard & Poor’s concluyó que gane quien gane el 24 de noviembre no se espera “un cambio significativo en la dirección de las políticas, ya que las diferencias en materia de política económica entre los partidos son estrechas”. ¿No considera que los indecisos pueden estar viendo lo mismo?
-El tema no es si los candidatos usan camisa, corbata y traje. El tema es qué sostiene cada candidato. Y cuando uno ve que el Frente Amplio que surgió del domingo 27 de octubre plantea un sistema de seguridad social que no puede explicar, que le preguntan a Gabriel Oddone y dice que no sabe lo que quieren decir las bases programáticas, que el senador Alfredo Fratti le dice a Oddone públicamente que vaya sabiendo que los que mandan son ellos, y que plantean un sistema no lucrativo en la salud que no sabemos lo que quiere decir, no entendemos y no lo pueden explicar, es porque hay un componente ideológico claramente diferente al nuestro.
-Está convencido de que la coalición no va a tener fuga de votos hacia Orsi...
-Pasó una cosa muy particular. Primero, ninguno de los analistas auguró el 48% de la Coalición Republicana. Ahora, después que lo sacamos, dijeron: “No se preocupe porque va a haber fuga…”. Todos pueden tener algo de fuga, nadie puede garantizar que no haya.
-Pero algunos sondeos indican que cerca de un 12% de los votantes coalicionistas pueden irse. Algunos votantes se van a ir…
-Y sí. Pero hay votantes de Frente que también, no tengo dudas.
-¿Pero la misma cantidad? Se sabe que los votantes del Frente Amplio son más fieles.
-Sí, pero seguramente debe haber electores que votaban un Frente Amplio moderado y se encuentran ahora con este Frente Amplio que está claramente dominado por la izquierda ortodoxa. Nadie puede garantizar que no haya fugas, pero nadie puede dudar que la coalición de gobierno de hoy no tiene nada que ver con la coalición de gobierno que se enfrentó a la elección de noviembre de 2019, entre otras cosas porque en noviembre de 2019 la coalición tenía 10 días de vida, y hoy tiene cinco años de cogobierno, de cogestión, pero al mismo tiempo tiene un referéndum en el medio que ganó la coalición y la elección de octubre con el 48%, que la ganamos por más que el referéndum.
-Una de las conclusiones más importantes de la elección del 27 es que no hay mayorías en el Parlamento. El Frente Amplio tiene una ventaja en el Senado, pero de todas maneras no puede aprobar leyes por sí solo. Delgado se pasó hablando en la campaña de la necesidad de “un segundo piso de transformaciones”. ¿Es posible hacerlo sin mayoría en el Parlamento y que va a obligar a buscar grandes acuerdos y conversaciones intensas con la oposición?
-Absolutamente. Por eso es tan importante ganar la Presidencia de la República. Porque aquí hay que tener en cuenta que el diálogo no puede ser paralizante. Uruguay no puede vivir en estado de asamblea permanente. Y nosotros garantizamos diálogos con ejercicio del gobierno, con realizaciones, con un Poder Ejecutivo que lleve adelante las políticas públicas. Y eso se puede hacer porque justamente el panorama actual, que nadie tiene mayorías parlamentarias, tiene un dato muy importante y es que actualmente hay un Presupuesto votado y eso garantiza la continuidad de las políticas públicas.
-Guido Manini Ríos dijo días atrás que no le veía mucho sentido a la coalición si se pasa a la oposición ¿Qué piensa de eso?
- Lo que es absolutamente objetivo es que hoy hay un espíritu coalicionista. Hay una opinión pública que muchas veces es más coalicionista que partidaria. Es primero la coalición y después el partido.
“El debate puede mover la aguja fina”
-¿El debate puede tener incidencia en estas elecciones?
- No comparto el análisis de que el debate es inocuo. Quizás no mueva la aguja gruesa, porque los fanáticos de los partidos, sus hinchadas, no cambian. Pero en un grupo de personas, que puede sea pequeño, que estén pensando su voto, que sean indecisos o que tengan un voto débil, puede significar algo. Quizás no mueva la aguja gruesa, pero sí la aguja fina.
-Montevideo como tema se ha metido un poco en la campaña, a impulso de Martín Lema. Algunos creen que ya está como instalada su candidatura a la intendencia. ¿Cómo vio esa amalgama entre la campaña nacional y la departamental?
-Estamos a una semana de la elección nacional, y todo nuestro foco ahora está puesto en reelegir al gobierno y en que Álvaro Delgado sea el próximo presidente. Después del domingo 24 de noviembre empezaremos a encarar las departamentales en todo el país.
-¿Es un hecho que Lema será candidato a intendente por el Partido Nacional?
-Creo que no es oportuno hablar de esto ahora. Es una discusión fuera de lugar, inoportuna para hacer una semana antes de la elección.
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