Jorge Díaz debutó este sábado como principal orador en un comité del Frente Amplio, en Los Malvines de Malvín, el barrio donde durante muchos años vivieron sus hijas. El exfiscal de Corte recuerda un solo antecedente de este tipo: “Fui orador en un acto de la lista 51 del Partido Nacional en el año 1984, que apoyaba a (Rodolfo) Nin Novoa como intendente, en Fraile Muerto, Cerro Largo”, su ciudad natal; “esa fue mi única experiencia”.

Díaz explicó en el comité del FA que a pesar de haber dicho que estaba de acuerdo con la habilitación de los allanamientos nocturnos, no votará en octubre la papeleta para habilitarlos, una iniciativa del Partido Nacional que respalda la coalición. “Yo he dicho — no ahora, hace mucho tiempo —, que yo estaba de acuerdo con los allanamientos nocturnos. Es una herramienta. A ver, si te venden el allanamiento nocturno como la solución, te están vendiendo espejitos de colores, porque eso no es la solución de nada, es un instrumento que se puede tener o no”, planteó Díaz, quien agregó que “increíblemente existe en todas partes del mundo, pero se usa muy poco, porque la Policía no quiere hacer allanamiento nocturno”.

Luego dijo que los harán “acá en Malvín” y que “en el Cerro Norte no” porque “la primera obligación de un oficial es cuidar a su personal” para que salga “ileso”. Por eso, “un allanamiento nocturno donde cuando entra la Policía ya te pueden cortar toda la luz del barrio, mandarlos a un territorio que no conocen, a casas que desconocen, que no saben el poder de fuego que hay del otro lado, ningún oficial te lo va a hacer”.

“A mí en su momento me parecía que era un instrumento más; ahora, de la forma cómo está presentado hoy, como la solución, yo no lo voy a votar; no quiero que me vendan más espejitos de colores; espejitos de colores ya nos han vendido bastante como para que sigan. No hay soluciones mágicas. Yo escuché decir que el allanamiento nocturno era la bala de plata en la lucha contra el narcotráfico”, ejemplificó Díaz.

Como estudiante de Facultad de Derecho de la Universidad de la República, Díaz integró la Juventud del Partido Comunista, grupo del que se alejó dos años antes de asumir como magistrado. Luego fue durante 32 años juez y fiscal de Corte, cargo al que renunció en octubre de 2021. Este año fue el abogado de Yamandú Orsi, cuando aún era precandidato a la Presidencia, ante la denuncia por supuestamente violentar a una trabajadora sexual trans. Hoy integra el equipo de asesores de Orsi y dice a El País que hará "todo lo posible para que Yamandú sea presidente”.

Este sábado llegó algunos minutos después del mediodía al comité con un paquete de fideos y otro de arroz que dejó sobre la mesa que reunía los aportes para ollas populares. “Yo no soy un dirigente político, no estoy acostumbrado a este tipo de cosas, no soy candidato a ningún cargo en las próximas elecciones, ni tengo aspiraciones de ocupar cargos en el futuro gobierno. Soy un técnico, que fui juez y fiscal, soy docente, y como tal estoy más acostumbrado a hablarles a los jueces en una audiencia o a los estudiantes en la facultad y no hablar así en público”, dijo al inicio de su discurso, en una vereda soleada, ante un centenar de militantes.

Habló media hora sobre acceso a la Justicia y otra media hora sobre seguridad. “Uruguay en los últimos 15, 20 años, ha desplegado una agenda de derechos que es absolutamente excepcional en la historia del Uruguay, pero también en la historia de los países vecinos (…), pero quedó el pato rengo en el sentido de que podemos tener derechos, pero si no los podemos exigir o no los podemos hacer valer, de poco nos sirven”, alertó. Planteó que en cuanto al “tema del acceso a la justicia hay mucho para trabajar”, como en la idea de crear un servicio descentralizado de la defensa pública, aunque aclaró que “no se arregla solo con autonomía y plata”, sino además con liderazgo.

Díaz celebró que “esta es una de las preocupaciones" de Orsi, aunque advirtió que “la pobreza infantil es el principal” problema que debe enfrentarse.

Francisco Flores/Archivo El Pais

Sin nombrar a Guido Manini Ríos, Díaz aludió a una de sus frases de la pasada campaña electoral. “En ningún aspecto de la vida las soluciones son mágicas y la prueba creo que la tienen algunos que llegaron al gobierno ahora y que creían que parándose en la puerta de la circunvalación del Palacio Legislativo con un cartel que diga ‘se terminó el recreo’ ahí se resolvían todos los problemas. Pasaron cuatro años y medio, parece que el recreo sigue y además es una jauja total. No es con frases hechas o discursos motivacionales a la que vamos a resolver estos problemas, sino con laburo e intelecto”, expresó y admitió que estos problemas “no son fáciles”.

Díaz cuestionó, sin nombrarlo tampoco, al director de la Secretaría de Inteligencia Estratégica de Estado, Álvaro Garcé. Al recordar que el fiscal Nacional de Chile lo llamó para avisarle que eran chilenos quienes explotaban cajeros para robarse el dinero, lamentó que el gobierno tardó un año desde aquella comunicación en implementar el entintado de billetes, que frenó ese delito. “¿Cuántos cajeros nos reventaron en un año? Setenta. Fue muy lento el reflejo, muy lento. Ahora ese problema no existe. Creo que el último que intentó reventar un cajero lo hizo con una garrafa de 13 kilos y casi vuela una manzana entera. No era cualquier gas. Había una técnica. Eso intercambio de información, esa es prevención sobre la que tenemos que trabajar y desde el Estado, no sólo desde el Ministerio del Interior. Yo hoy llamo al secretario nacional de Desinteligencia, no al secretario nacional de Inteligencia; tiene un rol que cumplir, un rol fundamental, pero lo único que nos hemos enterado del secretario nacional de la Inteligencia hasta ahora es que hizo una denuncia penal, presentando tres juegos de papeles diferentes, porque según él se los habían robado y eran secretos de Estado, unos documentos que contenían información que podías acceder a ella a través de Internet. Acusó a los parlamentarios y pretendían sacarles el celular para ver cuál de ellos era el que había cometido ese acto que llegó a calificarse de traición a la patria”. Luego también se refirió a la entrega del pasaporte de Sebastián Marset y a la falta de coordinación entre el Ministerio del Interior y el de Relaciones Exteriores.

Más adelante cuestionó al mandatario: “El presidente Lacalle hace tres años que está en falta, que no ha designado a un fiscal general, y que no me diga que no lo hace porque no hay acuerdo parlamentario, porque la Constitución establece que lo designa el Poder Ejecutivo con la venia del Senado. Hasta ahora no se ha mandado un solo nombre pidiendo la venia. Por lo menos, si hubieran mandado 10 nombres y le hubieran dicho que no, capaz que dice ‘bueno, yo ya no tengo responsabilidad’. Pero además es lo que pasa en todas partes del mundo. Al presidente Boric en Chile, antes de nombrar a mi amigo Ángel Valencia como Fiscal Nacional de Chile el año pasado había mandado tres nombres y el Senado le dijo que no”.

En primera fila del público lo escuchaba la senadora Liliam Kechichian, a quien Díaz definió como una “amiga”.