ENTREVISTA AL MINISTRO DEL INTERIOR
“La gran grieta que hoy existe está entre la gente honesta y los delincuentes. Las señales que dimos tienen que ver con que debe existir respeto, orden y mando", dijo Larrañaga a El País.
Esta semana Jorge Larrañaga destituyó al jefe de Policía de Montevideo, luego de que reuniera con el frenteamplista Gustavo Leal. En entrevista con El País sostiene que hay jerarquías que están para respetarse, que el nuevo jefe permanecerá en el cargo “por un tiempo”, que hay áreas en las que la administración Bonomi “no dejó ni un papel” y que el ministerio lo alejó de la militancia.
-Ha dicho que es “hincha de la Policía”. Haber cesado a dos jefes en un día, ¿no se contradice con esto?
-La gran grieta que hoy existe en el país está entre la gente honesta y los delincuentes, y nosotros somos hinchas de la Policía porque está del lado de la gente. Las señales que dimos tienen que ver con que debe existir respeto, orden y mando. Esta es una organización sujeta a jerarquía.
-Erode Ruiz, el exjefe de Montevideo destituido, es un policía bien considerado por quienes han estado a su mando. ¿No teme que esta decisión pueda ponerlos en su contra?
-Bajo ningún punto de vista considero que eso pueda pasar. Este es un tema del que ya se dio vuelta la página. Se tomó una decisión, se consultó al presidente y se procedió. Lo que importa ahora es el mañana.
-Fue una decisión que tomó de inmediato luego de que Ruiz se reuniera con Gustavo Leal, exdirector de Convivencia y Seguridad Ciudadana. ¿Ya había alguna molestia con Ruiz?
-La decisión ya está tomada.
-Ruiz había sido elegido por el presidente Luis Lacalle Pou…
-La decisión la tomé con él. El presidente tiene una estupenda forma de trabajar, que es dejar hacer a las personas a las que les dio su confianza.
-¿Qué hay de malo en que un ciudadano, aunque sea un exjerarca del FA, se reúna con un jefe de Policía, para darle información?
-No se trata de un ciudadano, se trata de una persona que tenía y tiene jerarquía política. Pero repito: la página está dada vuelta.
-¿Cómo quedó la relación con las anteriores autoridades de la cartera?
-Acá hay ámbitos donde no se nos dejó ni un papel.
-Fue una transición desordenada.
-No lo califique así, porque nosotros no tuvimos nada que ver. Conversamos con parte del equipo del exministro (Eduardo) Bonomi, tuvimos reuniones en las que recibimos algunas explicaciones, pero no hay nada como estar en el territorio y empezar a gestionar para darse cuenta de las cosas. En algunas áreas no se dejó nada.
-¿En qué aéreas?
-En Convivencia, por ejemplo, no hay registros… Pero la transición ya fue, está muy lejos.
-¿No sería mejor tener buen diálogo con las viejas autoridades?
-Eso es lógico cuando se recorre el camino de la institucionalidad, pero cuando se proyecta una suerte de institucionalidad paralela, no.
-¿Era la primera vez que Ruiz tenía reuniones con un miembro del FA?
-Pregúnteles a los intervinientes.
-¿Pero le consta que haya pasado?
-Fue cesado. Punto y aparte.
-¿Tuvo diferencias antes con Ruiz?
-No importa.
-¿Perdió la confianza solo por la reunión con Leal?
-Hay situaciones que se pueden sortear, puede haber diferencias en cómo se encara la gestión, como las hubo, y puede después ocurrir algo que desde el punto de vista de la relación de jerarquía no es salvable.
-Mario D’Elía fue nombrado como jefe de Policía de Montevideo. Era un hombre de confianza de Ruiz...
-A mí me importa la persona. Conversé con el presidente y le expresé que por un tiempo íbamos a encargar la jefatura al comisario general D’Elía.
-¿Por un tiempo? ¿Es transitorio?
-Está encargado de la jefatura.
-¿Pero va a quedar en el cargo?
-Hasta nueva resolución.
-Leal dijo que tenía información de usurpaciones de viviendas y que por eso le pidió la reunión a Ruiz. Los datos que él entregó, ¿ya los tenían?
-Delitos Complejos y la dirección de Convivencia están analizando ese tipo de situaciones, porque se trata de defender a personas vulnerables, frágiles… En algunos casos también encontramos gente que vende propiedades y luego genera conflictos.
-¿Gente que vende y después denuncia una usurpación?
-En algunos casos sí.
-La información que dio Leal, reitero, ¿ya la tenían?
-No puedo contestar con exactitud, pero manejamos esa información.
-¿La misma información?
-No sé exactamente cuál es la información que brindó (Leal). No hubo un documento, un papel, nada. De acuerdo a lo que se ha dicho en forma pública, eso ya ha sido manejado.
-Leal dijo que su actitud generaba una “grieta”…
-Ni el presidente ni yo queremos grietas. Demasiados hechos han caracterizado mi historia política como para que se afirme eso. Propuse y logré en su momento que todos los partidos políticos con representación parlamentaria firmáramos con el expresidente José Mujica un acuerdo nacional por la educación y a los siete meses se incumplió. Muchos esfuerzos hicimos y medidas propusimos en materia de seguridad, algo que fue reconocido por el propio Bonomi. Entonces, que no se vengan con músicas disonantes donde no las hay.
-El FA analiza su interpelación...
-Toda fuerza política puede considerar todos los instrumentos que están en la Constitución para ejercer el control parlamentario. Es legítimo, como lo será también analizar toda la otra historia. Podemos hablar, por ejemplo, de los 15 años de gestión del FA. Nosotros vamos solo ocho meses.
-Sin embargo, usted también muestra los datos de estos ocho meses para decir que se ha mejorado.
-Y tengo derecho a hacerlo, porque hemos logrado el descenso de los delitos. Hay un cambio en la actitud de la Policía hacia la delincuencia, porque hay una mayor presencia en el territorio. La molestia en algunos representantes del Frente es porque claramente fracasaron.
-Cuando dice que fracasaron, y teniendo en cuenta que hoy los policías son los mismos que antes, ¿no cree que eso puede generar molestia?
-Es que el fracaso es de quienes dirigían la Policía. Fracasaron los que dirigían el Ministerio del Interior. Hoy existe un mayor respaldo. Los otros días el presidente fue a la Brigada de Droga a comer un chorizo y un pedazo de carne con todos los que participaron de la incautación de 450 kilos de cocaína en Salto. Son gestos que hay que valorarlos y que van en línea con el respaldo.
-¿Es justo medir los números de 2020 en comparación con los de 2019, siendo que en los primeros meses de la pandemia mucha gente permaneció encerrada?
-La delincuencia usó el tapaboca solo para resguardar su identidad, no hizo cuarentena. La cuarentena fue entre el 13 de marzo y el 14 de abril. Me pregunta si fue un año normal, y le respondo que no. Pero tenemos que medir los indicadores, porque tampoco es un año normal para la Policía.
-¿Han tenido problemas para identificar delincuentes por el tapaboca?
-Y sí, un casco más tapaboca confiere una dificultad adicional.
-Aún no hay datos oficiales, pero se sabe que hubo un incremento importante de los homicidios en octubre…
-En octubre de 2019 hubo 38, en noviembre 34, y en diciembre 44.
-¿Y cuántos van en este mes?
-Al viernes iban 28. Nos duele, qué quiere que le diga...
-¿Cuántos son ajustes de cuentas?
-No voy a contestar esa pregunta. Estaría en la línea que muchas veces nosotros terminamos criticando. No sé cuántos, eso lo debe determinar la Justicia. Sí puedo expresar lo que se sabe: en el entorno del 50% tiene antecedentes delictuales. Pero yo no estoy haciendo una justificación, porque enseguida empiezan con el batuque de que estamos recurriendo a lo mismo que antes criticábamos.
-¿Cómo cree que puede afectar la pandemia en los índices de delincuencia?
-Puede afectar, obviamente que sí. La epidemia cambió al mundo y también al Uruguay.
-¿Cuáles son las medidas que se están tomando contra el narcotráfico?
-Tenemos un plan contra las drogas. Usted tiene que comprender que no puedo divulgar estrategias ni contenidos del plan. Lo que sí le quiero expresar es que nosotros estamos dando y vamos a seguir dando una durísima batalla contra el narcotráfico grande y el narcomenudeo. Tenemos récord de bocas allanadas. Estamos dando pasos muy firmes, y esto ha determinado que haya un pico de personas presas: 1.209 de marzo hasta el 30 de octubre, frente a 796 en las mismas fechas del año pasado.
-¿Se está implementando una política de mano dura?
-De mano firme y justa. Con instrumentos legales en donde estamos dando directivas permanentemente del buen proceder policial.
-¿Qué opina de que un policía realice un operativo al grito de “se acabó el recreo”?
-No fue “al grito de”… se trató de una situación en donde había venta de drogas. Vamos.
-¿Lo justifica?
-No hablo de justificarlo, pero una excepción no marca una regla. Acá lo que había era una presunción ideológica contra la Policía.
-Y decir “se acabó el recreo” en un operativo, ¿no abona esa presunción?
-No, para mí no la abona.
-¿Cómo están las cárceles uruguayas hoy y cómo estarán en 2024?
-Siendo muy suaves en el calificativo, la situación de cárceles que recibimos era muy mala. Estamos haciendo camas para los presos, porque cuando asumimos teníamos 1.800 personas durmiendo en el suelo con colchones de no más de tres centímetros.
-El fiscal de Corte, Jorge Díaz, se refirió a la situación carcelaria del Uruguay y dijo: “No quiero estar en los zapatos de Larrañaga”…
-Nadie quiere estar en los zapatos de Larrañaga. Tenemos una superpoblación. Estamos procurando mejorar la dotación de las cárceles, buscar una redistribución… Estamos mirando algunas situaciones alternativas que no estoy en condiciones de adelantarle. Quizá antes de fin de año vamos a alcanzar los 13.000 presos.
-¿Se evalúan nuevos lugares de reclusión?
-Espacios nuevos en los centros carcelarios que están disponibles, que son 26 en todo el territorio nacional.
-Dijo que iba a trabajar para evitar que se puedan usar celulares en las cárceles. ¿Qué se está haciendo?
-Estamos trabajando a través de requisas y en un plan de instalación de inhibidores de señales.
-¿Hoy no hay inhibidores?
-En funcionamiento no, existieron en su momento pero fueron dañados y no se repusieron.
-¿Son caros?
-El problema casi que no está en eso, sino en cómo hacer para acotar el radio, para no afectar a los vecinos que viven cerca de las cárceles. Tampoco queremos bloquear los celulares de los operadores penitenciarios y del personal policial. Y tenemos el problema de las conversaciones que no se dan por las líneas de celulares, sino, por ejemplo, a través de WhatsApp.
-¿Los inhibidores que instalarán no sirven para bloquear internet?
-Puede ser para las señales y también para internet. Es un esquema complejo que no es fácil aplicar, pero estamos trabajando en eso.
-Lo recuerdo diciendo “no planten nada” durante la campaña de 2014. ¿Sigue estando en contra de la regulación del mercado de marihuana?
-Sí, pero es la ley, es lo que está vigente. Yo no estoy impulsando nada, aunque hay una clara evidencia de que ha bajado la percepción de riesgo. Hemos detectado plantaciones clandestinas de marihuana que con poca inversión se pueden llevarse adelante.
-Días atrás dijo que se iban a realizar mayores controles sobre los clubes cannábicos. ¿Tienen constancia de que plantan más de lo permitido?
-En algunos casos se han constatado más kilos de marihuana.
-Usted mismo dijo irónicamente que Lacalle Pou lo quería mucho por haberle dado este cargo. ¿Cómo han sido estos primeros meses?
-Luego del intento de reforma constitucional de Vivir sin Miedo empecé a ver que podía terminar siendo señalizado como eventual ministro del Interior. Nadie me lo dijo, lo empecé a percibir. Luego el presidente me lo sugirió, pocos días después de la primera vuelta. Mis compañeros me decían que no agarrara. Pero para mí hay una cosa que no es barata, es muy cara, porque me la dejaron mis padres, que es el concepto del deber. Que es bravo, que es complicado, por supuesto. Es la misma sensación, aunque acrecentada varias veces, que cuando resulté electo intendente de Paysandú con 32 años. Parecía que tenía en el lomo una mochila de 500 kilos.
-Ha dejado la militancia para dedicarse de lleno a su trabajo en el ministerio. ¿Teme que esto afecte su carrera política?
-No participé en nada vinculado a la última elección departamental. Ni en un solo evento. Y políticamente no estoy participando tampoco en nada. Estoy 100% dedicando mi esfuerzo en el ministerio. Tengo un compromiso con el presidente y con el partido al que orgullosamente integro, y mi cabeza está en cumplirlo.
-¿Va a volver a ser candidato?
-Le puedo afirmar, por mis cuatro hijos, que no tengo en mi pensamiento esa situación.
-Ser intendente de Paysandú era una mochila que pesaba 500 kilos. ¿Cuánto pesa la de este ministerio?
-Le voy a hacer una confesión: yo iba a operarme de la columna el año pasado, porque tengo una obstrucción en la quinta vértebra lumbar. Pero al final, como incluso tenía que ir al exterior porque aquí no se hace esa intervención, no lo hice. Por eso es que a veces pueden verme medio encorvado, un poco más de la que es mi posición natural. Pesa mucho esta mochila. ¿Pero sabe una cosa? No hay nada que quiebre mi voluntad, absolutamente nada.