SENSACIONES
La asunción del gobierno liderado por Luis Lacalle Pou abrirá un tiempo nuevo en la política uruguaya reciente, que tendrá derivaciones en el mundo de las empresas y los negocios en el país.
A la espera de los primeros anuncios oficiales y en un contexto de estancamiento de la economía, la clase empresarial recibe el cambio de autoridades con optimismo y el crédito abierto, según se desprende de las definiciones de diez referentes empresariales, consultados por El País sobre sus expectativas ante la llegada del gobierno de coalición.
El próximo período presenta, de acuerdo a la visión de los empresarios consultados, varios desafíos nuevos y otros de larga data para impulsar el desarrollo del país.
Así enfatizaron su preocupación por cuestiones como el peso del Estado, su eficiencia y el costo país, la falta de competitividad, la necesidad de mejorar la educación, la inserción internacional de Uruguay, el alto costo de emprender y la todavía baja participación de la mujer en el ámbito laboral.
En tanto, entre las primeras medidas que esperan del nuevo Ejecutivo sugirieron acciones como “aumentar los estímulos a la inversión”, “capacitar y promover la educación en tecnología”, “agilizar los contratos para empresas internacionales que se quieran instalar en el país” y mejorar la “ecuación de rentabilidad de las empresas”, entre otras acciones prioritarias.
Si bien en casi todos los casos existió un diálogo fluido con los equipos del gobierno que hoy asume, varios de los empresarios consultados explicaron que ya tienen entre sus planes solicitar reuniones con el presidente y/o los ministros que inciden directamente en sus áreas de negocios.
Se define como “optimista” ante los cambios, por lo que espera que el relevo de autoridades sea “para bien”. “Siempre se generan expectativas porque uno espera que sucedan cosas que mejoren la situación del país”, afirmó. En su análisis, ve la “crisis” educativa como el principal tema del país a atender, ya que hoy afecta “la generación de talentos que permitan el desarrollo del uruguayo sobre todo de nivel socioeconómico medio y bajo”. La competitividad y la seguridad son otras dos prioridades para el período, estimó. Como primera medida del nuevo gobierno apunta al estímulo de la inversión. “Con más inversión, Uruguay puede crecer más rápido, entonces es necesario tomar medidas muy audaces que la fomenten”, tales como incentivos fiscales o ayudas a la competitividad, dijo. Concluyó: “Hay que meter para adelante, invertir y pensar que el país no depende de un gobierno sino de los uruguayos”.
“Positivas”. Así calificó las expectativas con las que recibe el cambio de gobierno. En parte, porque en reuniones previas con el nuevo presidente, donde el sector presentó sus líneas de trabajo, tuvieron «una linda receptividad», y también porque en el programa del gobierno de Lacalle Pou encontraron varias iniciativas “que coincidían con nuestra visión”, dijo Loureiro. Por ejemplo, la importancia de la tecnología para “mejorar la eficiencia del Estado” y “el desarrollo del talento en la sociedad del conocimiento”. De hecho, “educación” es el tema en el que más urge trabajar, aseguró. “No hay el suficiente personal capacitado para cubrir la demanda del sector; además de perder oportunidades empresariales se pierden oportunidades laborales”, dijo. A su vez, en agenda tiene “mejorar el acceso a mercados internacionales” y “modernizar la legislación laboral, tanto para la inmigración de talento como en teletrabajo”.
El cambio de Ejecutivo y de línea partidaria “genera la expectativa de que elementos que quizás no fueron del todo bien trabajados en una administración anterior puedan ser considerados desde la óptica sectorial”, evaluó el CEO. Sin embargo, resaltó que el país en el rubro industrial cárnico “tiene una institucionalidad con una matriz que no cambia (pero) sí se renueva”. En la agenda de prioridades del sector sobresale la competitividad, opinó Secco. “No es menor porque ahí hay capítulos laborales, de costos y de inserción internacional”, esgrimió. También entiende necesario “revisar la estrategia cárnica que el país quiere tener y en función de eso (definir) los esfuerzos económicos, políticos, jurídicos, sanitarios”. Para Secco, la principal medida del nuevo gobierno debería apuntar a “mirar al complejo industrial cárnico con una visión estratégica de 20 años”. Trabajar en la diferenciación es clave, cerró.
“Recibimos el cambio de gobierno con la misma expectativa que con cualquier otro, que es deseándole lo mejor, porque si al gobierno le va bien, al país le va bien”, razonó el ejecutivo.
A Mercado Libre le preocupa la competitividad. “Tenemos que ser competitivos para que los nuevos puestos de trabajo que se generen en la empresa, no se vayan a otro país sino que vengan a Uruguay”, indicó Hermida. Además, apuesta a la formación en tecnología y al cuidado de los costos. Sobre este punto, planteó que los aranceles de las tarjetas de crédito en Uruguay son “demasiado altos” comparados con el resto de la región. Hermida dijo que esto ocurre por “la falta de competencia en el negocio de adquirencia de las tarjetas”. Un cambio, estimó, le bajaría el costo de operación a las pymes, dotando de “un nuevo dinamismo al consumo” y sería tierra fértil para más innovación en el mundo de las fintech”.
“Espero al nuevo gobierno igual que a todos los gobiernos: con esperanza y optimismo”, manifestó la emprendedora. Asimismo, remarcó que “realmente” le gustaría que se construya sobre lo que se viene haciendo, que exista articulación público-privada y que se evidencie la voluntad política para que se generen las conversaciones que el país “se merece”. Entre los temas que más la preocupan, Botta destaca: la competitividad, el costo de emprender en Uruguay, la coyuntura de los mercados internacionales y cómo todo esto impacta en “la población más vulnerable”. A la hora de mencionar una medida concreta que espera del nuevo gobierno, señaló: “Empujar por políticas que promuevan a más mujeres en posiciones de liderazgo y potencien a las empresarias y emprendedoras”. No descarta pedirle una reunión al presidente porque siempre está abierta al diálogo.
Con “muy buenas expectativas” es que Marcos Guigou, director de Agronegocios del Plata (ADP), espera la asunción de Luis Lacalle Pou, al que definió como “un presidente que muestra un liderazgo claro, enfocado y conciliador”. Sustenta sus argumentos además, en el equipo que integrará el nuevo gobierno, que destaca por juventud, preparación e ideas.
A su entender, el desafío más urgente relacionado al sector agropecuario se centra en la competitividad del país. “Hay un sobrepeso del Estado que recae en los ciudadanos y en las empresas” y que luego se traslada a la economía y “que los productores de transables no podemos trasladar a precios”, indicó. Además, Guigou consideró necesario trabajar en dos temas más: los excesos de trámites y regulaciones y en “el enfoque que se ha dado a las relaciones laborales donde los empresarios siempre son los que tienen la culpa”.
“Con mucho optimismo” aguarda el inicio del gobierno el cofundador de la zona franca, basado en su convicción de que la “alternancia es buena” y la llegada un equipo “joven, dinámico, con ganas de hacer cosas”. Para Ravecca, el “altísimo costo del Estado” es el principal problema a abordar porque se traduce en un “alto costo de vida”. También espera mejoras en la inserción internacional, algo que “Uruguay XXI ha hecho muy bien”, pero que “cuando se asoma la cabeza fuera del Mercosur se complica”. Cree que la educación es otro ítem a abordar porque si bien “el impacto negativo no se ve ahora, se verá en cinco años”. Finalmente, para su sector pide “agilizar” los trámites para la llegada de empresas. “Estamos muy conformes con el trabajo del área de zonas francas, pero hay casos como empresas de renombre internacional que tienen un impacto positivo en el empleo e inversión, que se debería hacer en forma más rápida”.
”Los cambios y renovaciones son favorables. Cinco años pueden ser insuficientes para una gestión, pero la perpetuidad es nociva”, opinó. “Me preocupa que se tomen medidas que contribuyan a favorecer el desarrollo de sectores productivos, impulsores genuinos del crecimiento de los países y sus economías”, aseveró quien considera que el Estado tiene costos muy altos e ineficientes.
Lombardo espera que el próximo gobierno continúe y fortalezca la tarea desempeñada por todos los ministros de Turismo, es decir, que la actividad sea considerada de las más importantes de la economía del país. “Es un sector primordial en la generación de empleo y divisas”, destacó Lombardo. “Siempre hemos estado cerca del sector público, ya sea a través de los ministerios de Turismo y de Obras Públicas o de las intendencias”, dijo y anticipó que prevén presentar proyectos a las nuevas autoridades.
“Un cambio de gobierno siempre nos da esperanza a los optimistas”, sentenció Guerra, quien consideró que el gobierno que termina fue pasivo en muchos aspectos; “vio pasar problemas, sin atacarlos: déficit, educación, convivencia, inserción internacional”. Sobre las empresas, dijo que “hoy tienen mucha tensión en la ecuación de rentabilidad, ventas estancadas (en el mejor de los casos) y costos que suben. Esto debe cambiar para volver a tener buenos crecimientos en el país”, sostuvo. “Los jóvenes están muy desmotivados, les cuesta encontrar oportunidades para proyectarse, y eso vulnera la base de nuestro futuro”, dijo y agregó que espera que esto cambie rápidamente. Por otra parte, consideró indispensable que el país se abra más al mundo. “Es necesario desregular y hacer más sencillo el desarrollo empresarial. Tiene que ser menos burocrático el proceso de crear valor. Es clave para dinamizar la inversión”.
El cambio de gobierno siempre trae expectativas de mejora, indicó Taranto, que sumó otros factores que invitan a pensar con optimismo. Al respecto, habló del “prestigio histórico” de Uruguay como plaza de negocios, lo que en comparación con otros países, puede “terminar de consolidarnos como el principal destino de inversión en la región”. “Además, creo que se puede promover fuertemente un programa de inmigración que nos ayude a mejorar nuestra demografía”, dijo Taranto en sintonía con un planteo del presidente. Para la construcción avizora “hitos” positivos: la construcción de la segunda planta de UPM, la reactivación de la vivienda social y el convencimiento de que el gobierno hará los “máximos esfuerzos” para priorizar la inversión en infraestructura, un “tema enorme” para el sector, dijo Taranto. El pago por productividad en la construcción y la educación, son también prioridades, finalizó.